domingo, 2 de enero de 2011

Se Necesita una Justicia Mayor


Mateo 5:20 – Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Jesús afirma en los versos anteriores que la ley de Dios es permanente y que exige obediencia. Pero no es cualquier tipo de obediencia. No es una obediencia como la de los escribas y fariseos.

¿Qué quiere decir Jesús con esto? Si hacemos un recorrido por el Sermón del Monte notaremos que el término justicia en el contexto significa buenas obras, santidad de vida, moralidad. O sea, que el punto del texto no es que necesitamos la justicia de Cristo a favor nuestro para entrar al reino de los cielos, aunque eso es totalmente verdad, sino que el punto es que nuestra piedad, nuestra moralidad debe ser mayor que la de los escribas y fariseos. Eso no quiere decir que si ellos tenían 245 reglas nosotros debemos tener 250. O que si ellos cumplían 230 de las reglas nosotros debemos cumplir 235. Nuestra justicia debe ser mayor, pero no en numero, sino en calidad. No es una demanda cuantitativa, sino cualitativa. Debe ser un tipo de justicia diferente. Debe ser una moralidad más profunda.

La justicia de los escribas y fariseos se caracterizaba por ser muy amplia, pero poco profunda. Tenían cientos de reglas y mandamientos basados en tradiciones humanas, pero eran superficiales y externas. No tenían raíces profundas que llegaran al corazón.

Si leemos todas las veces que Jesús reprende a los fariseos, casi siempre reprende su dualidad, su hipocresía. Aparentaban algo pero el interior era otro. Su conducta no surgía de un corazón que amaba la justicia, sino de un corazón orgulloso cuya motivación era recibir los elogios de los hombres. Por eso su obediencia era deficiente. Es mas, no solo deficiente, sino desagradable a Dios.

En los próximos párrafos el Señor da ejemplos de particulares de esto. La justicia externa se conforma con no cometer los hechos del pecado, mientras que la justicia que Jesús exige ser limpio tanto en los hechos como en los deseos del corazón.

* Vs. 21-26. La justicia de los fariseos se conforma con no matar, pero odia, murmura, insulta y guarda rencor. Cristo exige una justicia que ame al prójimo y que se arrepienta ante Dios aun por decirle estúpido.
* Vs. 27-30. La justicia de los fariseos se conforma con no acostarse con la mujer del prójimo. Cristo exige una justicia que no mire a una mujer para codiciarla.
* Vs. 33-37. La justicia de los fariseos se conforma con cumplir los juramentos y los contratos notariados. Cristo exige que nuestro hablar sea sin doblez y que siempre cumplamos nuestra palabra aun cuando no haya juramento o contrato. Que nunca hablemos c0n engaño en el corazón.
* Vs. 38-48. La justicia de los fariseos se conforma con amar a los amigos y familiares. Cristo exige que amemos, seamos generosos y oremos por aquellos que nos han hecho el mal. La voluntad de Cristo es que sinceramente deseemos su bien.
* Vs. 6:1-4. La justicia de los fariseos busca ser visto cuando da. Cristo exige que demos en secreto para que nuestra motivación se la recompensa de Dios y no la de los hombres.
* Vs. 6:5-8. La justicia de los fariseos se conforma con orar bonito en publico. Cristo exige una oración sincera en privado.

En fin, la justicia de los fariseos se enfoca en los hechos externos, mientras que Cristo exige que los hechos externos sean el reflejo de una realidad interna. Como dice el profeta: Jehová mira el corazón.

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