miércoles, 20 de agosto de 2008

Sana Doctrina a Favor de la Unidad

En Efesios 4:1-16, el apóstol Pablo nos habla sobre la unidad de la iglesia. Como mencionábamos en nuestra publicación anterior, la humildad, mansedumbre, paciencia y un espíritu perdonador so indispensables para mantener una iglesia unida y en paz.
Pero el apóstol, en los versos 11-16, nos habla de un segundo factor que contribuye a la unidad del cuerpo de Cristo y este es la enseñanza de sana doctrina.
11 Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; 15 sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Cristo ha dado maestros a su iglesia con el fin de que la instruyan para que sean más fuertes contra los engaños del maligno y de falsos maestros. Así que en lugar de pensar que "Cristo une y la doctrina divide", Cristo utiliza la enseñanza de predicadores, maestros, líderes de estudios bíblicos, padres en los hogares y cualquiera dentro de la iglesia que enseñe, para desarrollar en los miembros raíces más profundas para resistir todo viento de doctrina.
Finalmente, esta es una razón más para ver la enseñanza de sanas doctrinas bíblicas como una de las principales misiones de la la iglesia de Cristo.

lunes, 18 de agosto de 2008

¿Por qué esforzarse por la unidad de la iglesia?

Efesios 4:3-7 nos dice:
esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
  • Porque la realidad es que si mi hermano es creyente y yo también, entonces pertenecemos al mismo cuerpo universal, tenemos el mismo Espíritu Santo, la misma esperanza, el mismo Señor, la misma fe, el mismo bautismo el mismo Dios y Padre quien es la autoridad suprema sobre ambos. En otras palabras en lo que se refiere a lo que es verdaderamente importante, somos idénticos y no tiene sentido tener diferencias con alguien que es idéntico a mi.
  • La diferencia realmente está en la medida de gracia que se nos ha dado. A uno mas y a otro menos y por diferencia en medida no vamos a afectar la unidad pues andamos en la misma dirección, simplemente que uno va más adelante que otro. Y si uno va más adelante es por gracia, es un don de Cristo.
Si tengo diferencias con algún hermano dentro de la iglesia he de recordar que estas son solo diferencias en la medida de gracia que se nos ha dado, pero en lo esencial estamos en el mismo camino yendo en la misma dirección y mi Señor me manda a esforzarme por preservar la unidad. La unidad no es natural, requiere esfuerzo.

martes, 12 de agosto de 2008

Como la Afliccion nos enseña a Guardar la Palabra de Dios

John Piper escribió:

El Salmo 119:67 y 71 nos muestran que Dios envía aflicciones para ayudarnos a aprender su palabra.

  • Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.

  • Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos
Hay múltiples maneras en las que las aflicciones nos ayudan a entender y guardar la palabra de Dios. He aquí cinco:
  1. Las aflicciones le quitan el desparpajo a la vida y nos hacen personas más serias para que nuestra mente esté más sintonizada con la seriedad de la palabra de Dios.
  2. Las aflicciones desmoronan nuestros apoyos mundanos y nos fuerzan a confiar más en Dios, lo cual nos sintoniza más con la meta de su palabra.
  3. Las aflicciones nos llevan a escudriñar las escrituras con mayor desespero por ayuda en lugar de tratarlas como algo marginal en nuestras vidas.
  4. Las aflicciones nos hacen partícipes de los sufrimientos de Cristo de tal manera que tengamos una mas cercana comunión con el y veamos al mundo a través de sus ojos.
  5. Las aflicciones mortifican los engañosos y distrayentes deseos de la carne y por consecuencia nos lleva a una estructura espiritual que encaja mejor con la palabra de Dios.
Mi oración es que no resintamos la pedagogía de Dios.