sábado, 12 de marzo de 2011

Meditación del 12 de Marzo

“Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois” (Lucas 9:55).

El Señor no permitió a Jacobo y a Juan disfrazar su desamor con santo celo, les quitó la careta. Cristo nunca permitirá que una buena causa en los Suyos se haga violando el amor. Buenos sentimientos no excusan malas acciones. 
Es cierto que tenían buenos sentimientos por Jesús, pero no los excusaba de ser reprendidos: censura cortante y amarga, por sentimientos desordenados.

Nota sus palabras: “Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” (v54). La respuesta de Cristo es como si hubiese dicho "aunque lo hayan aprendido de la Biblia, sus sentimientos no son bíblicos ni del cielo como el fuego de Elías." 
Lo que imprime sello de fidelidad bíblica a nuestras declaraciones, no es sólo que lo hagamos citando un verso de la Biblia, sino que además esté bien aplicado. Mire cómo los discípulos disfrazaron un sentimiento carnal con ropaje bíblico. El hábito no hace al monje. Mire cuán fácil el amor por Cristo se torna en crueldad. 
La misericordia nuca es cruel, ni severa, ni desordenada, es apacible. El Señor Jesús prohíbe la venganza personal en Su nombre. Los cristianos no somos águilas, ni buitres, sino mansas palomas. Oiga esto: “Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado” (1Reyes 19:12). El Señor vino después de la serena voz.
 
Ellos dijeron: “Como hizo Elías” (v54). Le pusieron color divino a sus impotentes deseos, pero el color era falso, disimulado. No habían considerado la diferencia entre el espíritu de Jesús y el de ellos, por una simple impaciencia fueron movidos a una sugerencia furiosa. 
Para imitar correctamente a los santos de Dios en acciones particulares, hay que hacerlo sobre los mismos fundamentos, de lo contrario sería una burla o torpe imitación. 
“¿Quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas” (v54-56)
Esto es, vuestras acciones serán dignas de elogio y alabanza cuando sean acordes con Mis acciones de salvación.  
Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

viernes, 11 de marzo de 2011

Quo Vadis?

Cada materia u oficio tiene su propio lenguaje.
El término "gramática" no está limitado al idioma sino al estudio de las reglas fundamentales que gobiernan cada materia.
Lógica se refiere al estudio de las relaciones ordenadas que se producen entre los particulares de una materia dada. Por ejemplo, ¿qué relación existe entre el período de la Reforma en Europa y la colonización de América? ¿Cuál es la relación entre el sujeto y el restante de la frase en una oración?

A medida que se aprenden reglas o principios involucrados (gramática) y las relaciones que mantienen las partes entre sí (lógica), entonces aprendemos a pensar, a no caer en la simple memorización (embotellamiento) de fragmentos de conocimiento.

Retórica se refiere al arte de bien expresar, con claridad, lo que se ha aprendido. Una tarea de Historia ha de escribirse con la misma claridad y elegancia que una tarea de Lenguaje. Una presentación oral de Ciencias ha de mantener coherencia en todo momento. No es suficiente que los conceptos sea correctos, también han de ser bien expresados.

¿Cómo estimular en nuestros hijos amor por aprender y luchar por alcanzar plenitud?
Nosotros los padres somos llamados a ser el modelo visible de esta tarea. Si no hay verdadero amor en lo que hacemos, entusiasmo en la santidad, ¿podrá esperarse que nuestros hijos lo tengan?

Si educamos como la Biblia requiere, el futuro es promisorio para nosotros y nuestros hijos. Si no lo hacemos, el futuro será promisorio para ellos, no para nosotros. La Escritura dice que la tierra será llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mar.
Los niños serán enseñados en el Señor, la pregunta es si nuestros hijos estarán incluidos en ese número.

¿Cómo saberlo?
La respuesta se encuentra en la obediencia al mandato divino de instruir a nuestros hijos en todo momento, como padres amorosos y santos, en el Señor.

Meditación del 11 de Marzo

“Más los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido” (Números 13:32).

La incredulidad hace que los hombres actúen contrario. La sabiduría de los israelitas consistía en levantar bandera y marchar hacia la conquista de 
Canaán, en cambio se sentaron, lloraron de miedo y levantaron sus voces en quejas y murmuraciones. La vara de los egipcios nunca habría sido tan adecuada para todos ellos como ahora, al llorar como niños lo que debieron haber defendido como hombres. Si por algo debieron llorar era por su pecado de desconfianza en las promesas de Dios. Lloraron por miedo a enemigos imaginarios.

Moisés es colocado frente al dilema de perder el trabajo que le costó traerlos hasta aquí: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!” (14:1-2). El pueblo se volvió a Egipto en sus corazones y ahora en sus cuerpos se prepararon para emprender el regreso. 
La incredulidad también los llevó a la locura, pues quisieron morir por un simple miedo a la muerte. 
El incrédulo tiene su alma soldada a la idea de vivir una vida fácil y sin problemas. Es una locura pensar que Moisés les prometió un país de buenas tierras, que harían prosperidad fácil y que no tendrían dificultades. Su locura fue aun más lejos, ya que prefirieron confiar en las bondades de los egipcios que en la promesas de un Dios fiel. En lenguaje presente: prefieren al mundo antes que a Cristo.

Hermano, tu seguridad es hacer lo que Dios te mande, porque El mismo ha prometido protección. La humanidad gasta fortunas tratando de comprar seguridad del cuerpo y también del corazón, pero tristemente ignora que la verdadera y eficaz seguridad se encuentra en el camino del deber cristiano.
Procura no salirte de ese camino, cultivar dominio propio, ser justo en el trato con tu prójimo, y ser piadoso. Si te sales, por la misma puerta que salgas entrará el error mental. No te apoyes en tu propia inteligencia, aprende del error de estos israelitas. 

Cuarenta días de investigación incrédula les costó cuarenta años de  humillación. Recuerda que el mismo Señor que te mete en el campo de batalla es el mismo que ha prometido bendecirte. Sin olvidar que la vida es una vida de muchas privaciones -requiere esfuerzo- y trae no pocas aflicciones, pero al final tendrás vida eterna, felicidad completa y para siempre.
Dichoso el hombre que en Dios confía.
Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Imposición o anticipación amorosa?

¿Es imposición lo que los padres tratan de enseñar a sus hijos? ¿Atenta contra la personalidad de los retoños? ¿Será una rémora en su desarrollo?

Estas y otras preguntas semejantes se las formulan muchas familias al socaire de las modernas tendencias pedagógicas actuales. Respondiendo a esta mentalidad, formulada por un profesor en un periódico, alguien que firmaba simplemente "Una Madre" escribió al mismo periódico lo siguiente:

CARTA DE UNA MADRE
Paso a mencionarle algunas de las más flagrantes violencias e imposiciones que han sufrido mis vástagos:
- cuando han nacido mis hijos, no les he dejado decidir su sexo, ni tampoco el tamaño ni el color de sus ojos y pelo;
- cuando los he alimentado, no les he preguntado qué marca de leche ni que clase de papilla querían;
- cuando han tenido la edad, no han podido decidir si quedarse en casa conmigo o ir al jardín de infancia;
- cuando han enfermado, no han podido elegir médico ni tratamiento acorde con sus preferencias;
- cuando han debido ir a la escuela primaria, no les he mostrado todas las posibles para su elección.

Hay también otras facetas en las que no han elegido:
- les he dado mi sangre y mi vida sin consultarles;
- les he dado mi corazón sin consultarles;
- les he dado noches sin dormir y días de dolor sin consultarles;
- les he dado mis privaciones, mis esfuerzos y mis ilusiones sin consultarles.
Y continuaré sirviéndoles en lo que pueda, sin consultarles.
Creo que, en cuestiones de amor, no se funciona por consultas populares ni decisión de la mayoría.
Y mal podrán ser útiles a la sociedad los que no saben amar.
Una Madre.
(de un recorte de La Vanguardia, 25-12-77).

El paso de los años no ha hecho perder actualidad a esta carta. La madre tiene razón: el amor toma la iniciativa siempre. Se anticipa constantemente a las necesidades del ser amado.
Este ha sido siempre el método de Dios. "Con amor eterno te he amado" -le dice Dios a Su pueblo, aún más, desde toda la eternidad, desde antes de la fundación del mundo.

La bondad del Creador convertido en Salvador responde a un plan amoroso de buena voluntad hacia los pecadores, un plan sobre el cual no fuimos consultados sino solamente beneficiados, bendecidos, salvados y transformados.
Porque el amor se anticipa, obsequia y se goza en el amado.
"De su plenitud -de la plenitud de Cristo- tomamos todos, y gracia sobre gracia."

¿Has tomado tu parte?
¿Te has sumergido ya en el amor que Dios te brinda en Cristo Jesús?
José Grau, España
1997

Meditación del 10 de Marzo

“Más no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? ” (Lucas 9:54).

Es cierto que Elías bajó fuego del cielo, pero fue para quemar su holocausto, no para consumir a posibles creyentes. Juan -futuro apóstol del amor- y Jacobo no se percataron ni habían entendido que estaban siendo entrenados, no para quemar gente, sino para luego venir y predicar el Evangelio con fines de salvar, no destruir. 
El punto es la debilidad incluso de grandes apóstoles. Así que no te desanimes de seguir tras Jesús a pesar de tus debilidades espirituales.

Es cierto que fueron impacientes e intolerantes con la debilidad ajena, sin embargo actuaron como verdaderos discípulos ya que no se limitaron a pedir fuego sobre los samaritanos, sino que preguntaron al Maestro. 
La pregunta fue inmisericorde, pero consultaron. 
Es cierto que Jesús tenía poder para mandar sobre cielos y tierra, pero limitado a libertar las almas del pecado, no para tanto. Un verdadero discípulo de Cristo es como el automóvil que va sólo donde el conductor lo dirija. Es como si ellos hubiesen preguntado: ¿Debemos dirigir el carro hacia allá?

¿Dónde reside su falta? Fue doble, presumidos, y deseos de venganza personal. Su arrogancia en que no preguntaron si la moción era de Su agrado, sino que lo dieron como un hecho. Esto es soberbia o arrogancia. Pidieron permiso y eso es correcto, pero sin la voluntad el Señor consideraron correcto enviar fuego. 
El hecho de preguntar deja entrever como si pensaran que Jesús lo aprobaría,   una ofensa contra el santo carácter del Señor. Se hicieron crueles y vengativos. Su celo no era de elogio, sino de censura. Pidieron igual trato que contra sodomitas, cuando en este caso la falta había sido simple descortesía.

Volvamos a leer: “Más no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén” (v53). Es muy probable que si Jesús hubiese venido como simple hombre y vestido para ir a Jerusalén le habrían recibido, pero no le recibieron porque se dirigía hacia la fiesta en Jerusalén, de modo que el rechazo no fue a Su Persona, sino a su nación, quizás por el maltrato que los samaritanos habían recibido de los judíos en el pasado. 
No hubo rechazo de hijo de Dios, ni blasfemia, ni injurias, ni asaltos, ni persecución ni opresión. Todo se reduce a esto: “no le recibieron”
¿Merecían ser arrasados con fuego de la faz de la tierra? De ninguna manera. Oigamos lo que Jesús había dicho que se aplicara: “Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos” (9:5). Y eso pronunciado sólo cuando fuesen rechazados como predicadores del Evangelio. Pero aquí se trata de simples viajeros a quienes les han negado hospitalidad.

Cuando corresponda, pues, hacer juicio en nombre del Señor, no vayamos más allá de lo que El mismo ha establecido en Su Palabra. No pongamos la misma medida a las ofensas contra el Señor, hay grados.
 Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

miércoles, 9 de marzo de 2011

Proverbios 20:11

Meditación del 9 de Marzo

“Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30).

Su reacción fue buena, confiada en el poder y promesa de Dios: Dios no estuvo de acuerdo con la desconfianza de los demás, nos les mandó a espiar la tierra,  más bien lo permitió para probar lo que había en sus corazones. 
Caleb salió victorioso de la prueba. 
Es sabido, por la Biblia y nuestra experiencia, que en toda sociedad hay hombres y mujeres corruptos, pero al mismo tiempo es difícil que no aparezca un hombre fiel, helo aquí. Entre los doce apóstoles hubo un Judas, y entre los doce espías un Caleb y un Josué. Dios no abandonará nuestras buenas causas, aun cuando sea con poco.

Josué guardó silencio, sabiamente pospuso hablar para un momento más adecuado, con Caleb era ahora suficiente. 
Es notorio que Caleb era un hombre de fe, de mente espiritual, pues su convicción le impulsó a hablar y le sostuvo cuando toda la multitud estaba en contra. En ningún momento se  le oye decir: "¿Qué podemos hacer yo y Josué contra todo un pueblo? ¿O ir en contra de diez príncipes?" Al contrario, mire su valentía de fe: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego”
Nadó en contra de la corriente, condujo sus amigos a la verdad y los enemigos contra su persona. Aceptó el reto y enfrentó la multitud.

Un hombre de convicción, cuando se dispone a defender algo, no considera tanto el número o capacidad de sus oponentes, sino la legitimidad de la causa a defender. El individuo tampoco pone mucha atención a si está sólo o acompañado. Caleb no cuidó ser popular, sino agradar a Dios. 
Vio algo que los otros no pudieron ver, pues miró con ojos de fe, mientras que los demás lo hicieron con ojos físicos. El miedo carnal agranda los peligros y la fe los disminuye. Muchos de tus problemas se agrandan por tu incredulidad. Los valientes que hay en este mundo, son hombres de fe. Hubiese sido un éxito para Israel si hubiesen seguido el consejo de Caleb. 
Hermano, la Iglesia no se gobierna por el sentir de la multitud, sino por la Palabra de Dios.
Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

martes, 8 de marzo de 2011

De apuntes viejos

Matemáticas es la disciplina que comprende 1) los símbolos y operaciones empleados para representar propiedades cuantitativas -medibles- del mundo físico y 2) los principios y relaciones que gobiernan a los símbolos y a las operaciones.
Las ideas matemáticas revelan y estudian al mundo que nos rodea: la estructura interna del universo, la externa y por ende su arquitectura inteligente.

Cuando un pequeño es capaz de reconocer y ver la imagen de Dios en sus estudios matemáticos,  estimularemos su crecimiento personal en la imagen de Cristo en las siguientes áreas:

En su carácter y servicio en general.
Analizar estructuras y procedimientos proporciona claridad mental (lógica, por ejemplo, disminuye la posibilidad de caer en error o ser víctima de falacias como el falso dilema, la culpa por asociación, la ansiedad de conocer la respuesta, etc.). El niño apreciará el valor de la honestidad y certeza al enfrentar hechos e ideas. Aprenderá el valor de la perseverancia al resolver un problema difícil (quizás al fallar varias veces en obtener la solución).

Sentido de limitaciones.
¡Cuán difícil nos resulta aprehender este concepto! Saber que hay muchas verdades que están todavía más allá de nuestra capacidad. Saber mantener sentido de nuestras propias limitaciones. Nos permitirá apreciar las advertencias escriturales de no apoyarnos en la propia prudencia e instruir a nuestros hijos en ello.

Proceder basado en principios.
Permitirá transferir este hábito matemático a la vida moral y espiritual (por la gracia de Dios y analogía de pensamiento). Aprender a considerar y basar decisiones en aquellos principios que regulan la conducta y el crecimiento cristiano. Entender que así como la des-obediencia a principios matemáticos acarrea consecuencias (académicas si es un examen, públicas si es negligencia profesional), así también acarreará humillación y ruina personal si menospreciamos principios espirituales y morales.

En resumen, aprender y enseñar matemáticas de acuerdo a modelos bíblicos eficaces nos ayudará a respetar la verdad divina como es revelada en la Palabra de Dios y expresada en Su Creación, y en el proceso dar gloria a Dios por las verdades que enseñemos.

Meditación del 8 de Marzo

Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura” (Números 13:31).

Subieron a investigar, y ahora se muestra la verdadera motivación o realidad de sus almas: no confiaban en Dios, sino en ellos mismos. Esto es idolatría: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.” (v31).

Dios nunca les dijo que haría esa obra con el poder de ellos, sino con el Suyo: “Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo Jehová” (Exodo 6:8). Hubiera sido mejor examinar su propia debilidad, y no investigar la fortaleza de sus enemigos. 
Su tarea era confiar en las promesa divina. Si se hubiesen examinado, habrían visto sus debilidades, hubieran doblados sus rodillas en oración para mortificar  su corazón incrédulo.  

Cuando medimos éxito espiritual basados en nuestro propio poder, seremos vencidos antes de pelear. Quien espera vencer el mal debiera ver la boca y mano de Dios, quien ha prometido y es poderoso para cumplir. 
No tenemos fuerzas para luchar contra las obras de las tinieblas. Cuántas veces hemos sido avergonzados por la debilidad de nuestro carácter moral o hemos causado daño a quienes amamos, prometemos cambiar de carácter y no podemos, repetimos las mismas ofensas contra el prójimo, caemos en desespero y nos deprimimos. No podemos, la lucha es desigual. 
Somos como hormigas frente al poder de los demonios, pero si viéramos el poder de Dios, entonces no seríamos frustrados; la victoria estará de nuestra parte. ¡Oh si los hermanos viésemos esta realidad más a menudo, tendríamos menos problemas entre nosotros mismos!

La incredulidad anula la razón y borra de la memoria las buenas experiencias tenidas con Dios. Los hijos de Israel olvidaron que los amalecitas eran mucho más fuertes que ellos, lo mismo Faraón y su gente armada. Pero el ejército de Israel destruyó los amalecitas con sólo Moisés mantener su mano levantada, y los egipcios ahogados en el mar como si fueran plomo sumergido. 

Decimos que la incredulidad anula el razonamiento, porque comparar una cosa con otra es facultad del buen juicio, ellos fueron incapaces de comparar sus adversarios con otros, sino sólo contra ellos mismos. Como si no pensaran, o estaban apoyados en su propia prudencia y capacidad. 

La fe es el canal para traer a nuestro favor el poder de Dios, pero la incredulidad lo aleja. El reporte fue veraz: “El pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas” (v.28). El miedo les hizo subestimar su propia fuerza, rebajó sus tallas y agrandó la estatura del enemigo. 
La desconfianza en Dios hace ver nuestros peligros más grandes de lo que son, y peor aun, predecimos una derrota más grande. Y si el peligro es sólo una posibilidad, entonces lo vemos seguro. 
La desconfianza desfigura la realidad, somos vencidos antes de salir. 
Pero si aprendemos a ver y confiar en el poder de Dios, no seremos frustrados; la victoria estará de nuestra parte.
Amén.
P.Oscar Arcoha,
www.ibgracia.org

lunes, 7 de marzo de 2011

Cómo se dibuja un buzo

Para dibujar un buzo...
Se hace un muñeco vestido
que resulta divertido.

Espaldas anchas de atleta
y en vez de botas, aletas.
Por el traje -que es de goma-
solo la cabeza asoma:
no es pescador, no es marino
-no tiene caña ni barca,
¡es cazador submarino!

Gafas grandes de cristal y el tubo de respirar;
burbujea burbujeante
bajo el agua tan campante.

Avanza bajo la ola, en la mano la pistola.
Ve jardines en el fondo y corales en lo hondo,
ve perlas y calamares en el fondo de los mares.

Al buzo, como otras veces, le rodean muchos peces,
son de colores brillantes y de formas elegantes.
¡Una raya como un rayo pasó veloz a su lado!

Como era buzo-poeta, no disparó la escopeta.

Gloria Fuertes, España.

Meditación del 7 de Marzo

“Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” (Juan 9:54).
 
Es cierto que los hermanos fueron impacientes e intolerantes con las debilidades ajenas, sin embargo actuaron como verdaderos discípulos pues no se limitaron a pedir fuego sobre los Samaritanos sino que preguntaron al Maestro. 
La pregunta fue inmisericorde, pero consultaron. Es cierto que Jesús tenía poder para mandar sobre cielos y tierra, pero limitado a libertar las almas del pecado, no para tanto. Un verdadero discípulo de Cristo es como el automóvil que no va a otro lugar, sino sólo a donde el conductor lo dirija. Es como si ellos hubiesen preguntado: ¿Debemos dirigir el carro hacia allá?

¿Donde residió la falta de estos discípulos? Fue doble, presumidos, y con deseos de venganza personal.

Su 
arrogancia fue que no preguntaron si su moción era de Su agrado sino que lo dieron como un hecho. Esto es soberbia, arrogancia. Pidieron permiso y eso es correcto, pero sin la voluntad del Señor consideraron correcto enviar fuego. El hecho de preguntar tal asunto deja entrever como si pensaran que Jesús se lo aprobaría, lo cual constituye ofensa contra el santo carácter del Señor. “Perdieron la chaveta”. Se hicieron crueles y vengativos. Su celo no era de elogio sino de censura. Pidieron igual trato que a sodomitas, cuando la falta de aquellos samaritanos había sido simple descortesía.

Lo otro fue 
venganza cruel. Volvamos a leer: “Más no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén” (Juan 9:53). Es muy probable que si Jesús hubiese venido como simple hombre y vestido para ir a Jerusalén le habrían recibido, pero no le recibieron porque se dirigía hacia la fiesta en Jerusalén, de modo que el rechazo no fue a Su Persona, sino a su nación, quizás por el maltrato que habían recibido de los judíos en el pasado. 
No hubo rechazo del Hijo de Dios, ni blasfemia, ni injurias, ni asaltos, ni persecución ni opresión. Todo se reduce a esto: “no le recibieron”

¿Merecían ser arrasados con fuego de la faz de la tierra? De ninguna manera. Oigamos el merecido que Jesús había dicho que se aplicara: “Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos” (9:5). Y esto pronunciado sólo cuando fuesen rechazados como predicadores del Evangelio. Pero aquí no se trata de ello sino de simples viajeros a quienes les han negado hospitalidad.  
Cuando corresponda, pues, hacer juicio en nombre del Señor, procura no ir más allá de lo que El mismo ha establecido en Su Palabra. No pongamos la misma medida a las ofensas contra el Señor, hay grados.
 
Aprende lo siguiente: El Señor toma ocasión de tu sentido de debilidad para abrirte la llave de Su gracia. El es el Único y sabio Dios; puede hacer que tu sentido de debilidad o impureza abunde para Su gloria.  Leamos: “Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió…” (v.54-55). Nótese el "entonces": tan pronto como Jesús vio su desacierto entonces les trajo Su ayuda de corrección.

Ahora examinémonos, y usemos nuestras debilidades para ir a Cristo por ayuda,
porque Su oficio es perfeccionarnos y salvarnos para siempre.

Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

domingo, 6 de marzo de 2011

Quo Vadis?

Para que la educación sea cristiana no es suficiente tomar los programas escolares, rociarlos con oraciones e incluir clases de Biblia y después proclamar que el resultado es "cristiano."
La educación secular coloca al hombre como el centro de todas las cosas. La educación cristiana coloca a Dios.
No hay posturas neutras. Cada hecho, cada verdad, se entiende o se enseña a la luz de un cierto punto de vista. Significa que Historia, Arte, Música, Matemáticas, etc., se entiendan y se enseñen bajo la óptica de la existencia de Dios y Su revelación en Su Hijo.

Es fundamental que la visión del hombre y su naturaleza se apoye bíblicamente, que nosotros -padres- veamos a nuestros hijos bajo perspectivas bíblicas adecuadas, tener ojos espirituales y sobre todo que la gracia de Dios anide en el corazón y se manifieste en la vida diaria.

Cuando se tolera hipocresía, el punto de vista cristiano se convierte en ortodoxia muerta.
Si enseñamos visión cristiana, vivamos de acuerdo a la verdad proclamada. A menos que estemos dispuestos a estimular, alentar, amonestar, instruir, reprender, corregir, en el Señor, las cosas no sucederán por sí solas.
Tenemos la responsabilidad de sembrar y echar agua, y de reconocer que el crecimiento solamente proviene de Dios. Educación, por sí misma, no perfecciona a nadie. Caer en este tipo de error conduce al fariseísmo. Solamente las buenas nuevas que Dios nos ofrece en Cristo proporcionarán los principios de vida que necesitamos para volver el corazón de nuestros hijos a Dios.  Buena instrucción apoyada y edificada sobre el Evangelio, que Cristo murió por nosotros -pecadores- y resucitó al tercer día, producirá mentes cristianas racionales y vidas santificadas que den gloria a nuestro Señor.

Como padres, nuestra meta es ser instrumentos de Dios para traer cada hijo nuestro a los pies de Cristo. Entonces, y solo entonces, podremos integrar el resto de educación que proveamos.

Meditación del 6 de Marzo

“Entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré” (Marcos 6:22).
 
El plan fue elaborado antes, ahora ha llegado el día, la ocasión y el lugar de la trama, empieza la acción. Como dicen por ahí, "tal cual la hija, tal la madre." 
La madre conquistaba haciendo negocio de su cuerpo, no es de extrañar que en la mente de su hija la idea de éxito resultara igual. 

Danzar no es malo en sí mismo, si se hace de manera regular, con armoniosos movimientos del cuerpo. Es tan legítimo como caminar o correr. Pero he aquí que las circunstancias pueden transformarlo en pecado. Es indecente que una virgen contorsione su cuerpo en presencia de hombre encendidos con alcohol, aun si fuese su propia casa, cualquier cosa puede pasar. Como es en la naturaleza, también en los hombres. Un suelo sin cultivar produce yerbas y abrojos. Un corazón sin las enseñazas de la gracia produce mundanalidad.

Herodías y su hija tuvieron éxito en la trama: “Agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa”. Cosas indecentes son de agrado al ojo indecente. La muchacha se empleó a fondo y lo logró. Es posible que Herodes viese en la indecencia de la hija insinuaciones carnales de su madre y como otras veces, le gustó. Herodías sabía qué cosas eran del agrado del rey, así que compuso bien la escena. Ninguna mujer sería tan agradable y atractiva para Herodes como la hija de su amante.

Comentando sobre esto el ministro Hall dice: "No hay mejor espejo para discernir el rostro de nuestros corazones que aquellas cosas que nos dan placer." Uno es como sus placeres, vanidad o santidad. En otras palabras: si tu mayor placer son las cosas del mundo, eres mundano. Si tu mayor placer es el dinero, eres codicioso. Si tu mayor placer es Cristo, Su reino, Su casa de oración, entonces  eres cristiano. Herodías planificó su vida tras el diseño de sus deseos y placeres mundanos.

De los malos hombres el apóstol lo dice así: “Andan según sus propias concupiscencias” (2Pedro 3:3). Una de las facultades que el hombre o mujer cristiano guarda y protege con más cuidado es el impulso de sus deseos. 
Si son carnales los mortifica, si son espirituales los cultiva y promueve. Cuidemos, pues, la inclinación de los deseos que se levanten en nuestros pechos.

Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

sábado, 5 de marzo de 2011

Creatividad

Luego sucede que al escuchar la palabra "creatividad" se despiertan sentimientos contradictorios en nuestro ser. Por un lado admiración ante la capacidad creadora de otros y por otro lado prejuicios sin fin.
Cuántas veces, al identificar a una personalidad como creativa también la asociamos con excentricidad, temperamental, extravagante... y si el sujeto es un niño, lo asociamos con ruptura, rebeldía y más por el estilo.

Si la imagen es incorrecta, ¿cómo entonces pensar? ¿Cómo son las personas creativas?
En general, personas creativas poseen facilidad de pensamiento, flexibilidad, originalidad. Trabajan con las ideas y están dispuestas a asumir riesgos, aman la complejidad y demuestran montones de curiosidad e imaginación.
Sin embargo, cuando un niño alcanza edades mayores ha aprendido a sustituir el pensamiento creativo por ideas que eviten errores. Si creatividad es aprender a usar y desarrollar capacidades del pensamiento, luego entonces no es algo exclusivo a los artistas.

Considere cuán necesario es esta cualidad de ser creativos en los negocios, la política, las ciencias, el evangelismo. ¿Qué misionero no requiere de creatividad ante los formidables obstáculos de una cultura ajena?

Nos falta sensibilidad.

Meditación del 5 de Marzo

"Más Roboam, dejando el consejo que le dieron los ancianos, tomó consejo con los jóvenes que se habían criado con él, y que estaban a su servicio” (2 Crónicas 10:8).
 
Es un arte buscar consejo y también saberlo buscar, pues podría uno encontrarlo y seguir actuando como si no se hubiese recibido. El hecho de que 
Roboam -el hijo de Salomón- consultara sus compañeros de juventud muestra su debilidad para pensar y apropiarse de lo correcto, porque los ancianos de Israel le habían dado acertado consejo, sustentado por la sabiduría y  amor a su padre Salomón. 

Pudiera ser correcto consultar los jóvenes, y luego con los mayores; lo que no parece sabio es descender de las canas a los que todavía están con sus juguetes. La edad trae experiencia y sería una vergüenza que los años no trajeran sabiduría. 
La juventud, en cambio, suele ser presurosa, soldada a su voluntad carnal, muy guiada por sus sentimientos, insolente, contraria a la razón y buen juicio, buena para ejecutar pero no tanto para aconsejar. Como dice el refrán: "La madera verde se dobla fácil, en cambio la añeja es constante y firme."

Ahora notemos el desacierto de los jóvenes: “Le contestaron: Así dirás al pueblo que te ha hablado diciendo: Tu padre agravó nuestro yugo, más tú disminuye nuestra carga. Así les dirás: Mi dedo más pequeño es más grueso que los lomos de mi padre” (v.10). Sus palabras tenían veneno. 
Mientras el consejo de los ancianos fue racional, tomar las cosas como son y no como uno quisiera que fuesen, o apegado a la realidad de las circunstancias, el de los jóvenes apelaba al orgullo, al sentido de grandeza de Roboam, y que hablara con terror al pueblo. 
El pueblo pidió rebaja de impuestos, los jóvenes aconsejaron darle sangre y con lenguaje áspero. Fue un consejo sangriento. Como quien dice: "Yo no recibo presión de nadie." El consejo no podía ser peor. Irrazonable y sin juicio.
¿Quién albergará esperanza de un gobernante que promete tiranía y cuya boca habla cosas infladas? Meter miedo al pueblo es la peor vía para cuidar la gobernabilidad. Si algo bueno ha de hacer un gobernante -o cualquiera que se encuentre en posición de ejercer autoridad- es castigar los culpables, no empobrecer los bolsillos del pueblo.

Evitemos los enemigos de la sabiduría y el buen consejo. 
Esta virtud tiene dos grandes enemigos: carnalidad y orgullo. La desgracia vino sobre Roboam y su casa por oír el consejo de los jóvenes, envenenado con esos dos vicios: carnalidad juvenil y arrogancia. 
Un hombre no será sabio y a la vez adicto a los placeres de esta vida. Los presumidos tampoco pueden ser amigos del buen juicio, porque la humildad es el deleite del saber: “Dios encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera” (Salmo 25:9).

Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org

viernes, 4 de marzo de 2011

Recibiendo la Biblia por primera vez, en su propia lengua



Regocíjate, permite que tu corazón arda de amor y alegría por estos hermanos, a quienes conoceremos allá en los cielos, como escribe Justin Taylor, en este video sobre la tribu Kimyal.

Meditación del 4 de Marzo

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación.” (Hebreos 5:8).
 
Maestra del Señor Jesús en Su ministerio terrenal fue la paciencia, la cual alimentó su experiencia, sintió la adversidad y agregó sentido espiritual a su fe y discernimiento. 
El corazón de Cristo fue un océano de amor por los hombres; no obstante le fue necesario aprender misericordia y compasión por nosotros en una manera experimental. Es decir que no es posible perfección o madurez espiritual sin la compañía del tiempo, o más específicamente de la experiencia. Los sentidos espirituales, no los corporales, maduran con el vivir cristiano y en particular con el sufrir por amor a la verdad, el amor por el Evangelio: “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos… Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:10,18). 
Dios educaría a Su Hijo en todas las facultades y lecciones de un ser humano,  pasó por el camino del conocimiento experimental hasta la perfección.
El conocimiento espiritual o discernimiento se perfecciona con la experiencia.

Los sentidos espirituales han de ejercitarse para estar en capacidad de aprobar lo mejor y crecer en santificación de vida. 
El discernimiento no es un don sino un arte espiritual, ser diestro depende del ejercicio o práctica. Tal como médicos, pintores y otros, donde su talento depende del conocimiento experimental así como del intelectual. Así el creyente maduro en la fe. Es algo que se practica, nótese: “Ejercítate para la piedad” (1Timoteo 4:7)
Esto es, consigue destreza tal como hacen los estudiantes con sus lecciones. Para adquirir discernimiento como hombre o mujer creyente es necesario que nuestros sentidos espirituales sean ejercitados.

La destreza de un ebanista crece a medida que trabaja con cuidado la madera. Entre los artesanos suele haber tres grados, el aprendiz, el ebanista y el maestro. Tal escalafón  depende de la experiencia. 
De manera semejante ocurre en la vida cristiana, de ahí la oración de Pablo: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento” (Filipenses 1:9). 

Comentando esta oración Thomas Goodwin dice: "Que en el camino de la piedad seamos llevados a toda clase de pruebas de gracia y veamos el cumplimiento de las promesas de Dios. Y que así, habiendo sido probados o experimentados en todas esas conclusiones, seamos perfeccionados como cristianos en el conocimiento espiritual y en todo discernimiento o en todos los sentidos del alma creyente."

Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org