"Cuando acabó de dar instrucciones a sus hijos, recogió sus pies en la cama y expiró. Y fue reunido con sus padres (Génesis 49:33).
Jacob murió con gozo (Génesis 49:33). ¿Cómo morir como él? Asegúrate que tus pecados fueron perdonados.
Todos los poderes del diablo y la muerte cuelgan del pecado, por eso hasta que tu pecado no sea derribado y enterrado donde nunca más pueda salir, no estarás libre del mal del pecado.
Hay un solo hoyo donde el pecado puede ser enterrado y nuca mas salir, ese profundo hoyo se llama la tumba del Señor Jesucristo.
La tumba de Cristo es un hoyo lo suficientemente profundo para enterrar todos los pecados del mundo: "Porque somos sepultados juntamente con él por el bautismo" (Romanos 6:4).
No solo obres la fe: asegúrate del amor de Dios por tu alma.
El asunto no es solo obedecer a Dios -necesario e imprescindible- sino también experimentar el gozo de la salvación, pues solo así estaremos preparados para morir. Solo el gozo de la salvación puede ahogar los terrores y dolores de la muerte. Cuando Jacob vio de nuevo a su hijo José, después de tantos años y de haber perdido toda esperanza de recuperarlo, dijo: "Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aun vives" (Génesis 46:30). Esto es, el gozo de ver el amor de Dios por el destino eterno de mi alma me ha habilitado para morir en paz.
Mortifica tus corrupciones. La sentencia bíblica dice: "Tu vida por su vida". Los pecados deben ser muertos por ti o tú mismo morirás.
Todos los hombres son pecadores y están infectados de malos deseos y motivaciones pecaminosas, es decir que si ellos en ti están vivos, y tú también estás vivo, los dos están vivos, pero uno de los dos debe morir: tú o el pecado.
Mientras Jacob vivió una vida humilde y sencilla, matando el pecado y buscando el agrado de Dios, su hermano Esaú gastó su vida dando complacencia a sus deseos carnales. Hoy Esaú está en el infierno y Jacob en gloria.
Entiéndase que debes matar tus deseos pecaminosos o ellos te matarán a ti.
Si diariamente das muerte a esos pecados, entonces tu morir será dulce, en paz, como Jacob.
Procura una vida santa, corazón sincero y conducta irreprochable. Los hombres viven como si nunca fueran a morir, y cuando la muerte llega mueren como si nunca fueran a vivir. Por eso la mejor manera de morir es vivir bien. Quienes no estén avergonzados de vivir no estarán miedosos de morir. Procura, entonces, vivir con la aspiración de una limpia conciencia delante de Dios por causa de la resurrección de Jesucristo.
No todos los hombres pueden decir como el apóstol: "Gracias sean dadas a Dios, que nos la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 15:57). No podrás morir en Cristo a menos que vivas en él.
Un hombre no podrá nunca encontrar felicidad a menos que la vea antes de poseerla. Nadie podrá morir en paz con Dios e ir al cielo, a menos que estando en la tierra vea que la verdadera felicidad y el gozo eterno están en Cristo, viviendo para su servicio. Después que vea, entonces y solo entonces podrá salir como un peregrino hacia allá, como está escrito de Jacob y los patriarcas: "Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra" (Hebreos 11:13).
Amén.
P.Oscar Arocha,
www.ibgracia.org
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