¿Alguna vez se han puesto a considerar la seriedad con la que Dios toma Su gloria?
Toma este ejemplo: Nadab y Abiú, hijos del sacerdote Aarón. El relato bíblico señala que cuando ellos ofrecieron fuego extraño, "fuego salió de delante de Jehová" y los quemó, murieron (Levítico 10:1-2).
Enfoquémonos en la parte que dice "fuego salió..." Gracias al cine tenemos idea exacta de cómo se ve una explosión o de cómo actúa un fuego sin control.
Ahora, en el ejemplo bíblico todo sucedió por causa de desobediencia a un mandamiento (Exodo 30:9 no ofreceréis sobre él incienso extraño..."). ¿Se imaginan?
¿Que cada vez que uno pecara, que uno ofenda a Dios, que le lleváramos incienso extraño, que le estemos "adorando" cuando nuestra cabeza anda en "Belén con los pastores"... que saliera fuego de delante de Jehová y al igual que aquellos del relato muriéramos quemados por entero?
Pienso que si entendemos mejor estas cosas y consideramos lo serio, SERIO, que Dios toma Su gloria, no jugaríamos con el pecado -como hacemos- a cada rato y voluntariamente.
Isaías Enrique López.
jueves, 20 de enero de 2011
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