Oh padre misericordioso, en el nombre de Cristo te imploro que perdones todos mis pecados conocidos y secretos que haya cometido -ya sea en palabras, pensamientos u obras- contra tu Divina Majestad, y líbrame de aquellos juicios que merezco por causa de mis pecados, y santifica mi corazón con tu Santo Espíritu, de manera que procure un vivir más santo y piadoso en este día.
Oh Señor, alabo tu santo nombre, pues me has refrescado durante la noche con sueños moderados y descanso para mi cuerpo. Te pido que así me defiendas el día de hoy de todo peligro y acechanza contra mi alma y cuerpo, entrego a tu bendita protección y gobierno toda mi persona y todas mis acciones y te ruego, Señor, ya sea que viva o muera, que viva o muera para Tu gloria y la salvación de mi alma, la cual Tú compraste con tu preciosa sangre.
Bendíceme Padre en mis entradas y salidas y concede en este día que todos mis pensamientos, mis palabras, lo que toquen mis manos, lo que mis ojos vean, lo que escuchen mis oídos, todo sea para la gloria de Tu nombre, para el bien de otros y para el consuelo de mi propia conciencia cuando venga a rendir cuentas delante de Ti.
Concede esto, oh Padre celestial, por causa de Tu bendito Hijo Jesucristo, en cuyo nombre doy a Ti toda gloria, en cuyo nombre te imploro por todas aquellas gracias tuyas que necesitaré este día y siempre, apoyado en las promesas que Tú mismo nos has dado. Amén.
Tomado de THE PRACTICE OF PIETY. A puritan devotional manual. A brief prayer for the morning. Lewis Bayly, 1611
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