miércoles, 17 de marzo de 2010

Meditación del 17 de Marzo

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual ni nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos" (2 Crónicas 7:14).


Hay una terapia eficaz para librarnos de los juicios de Dios. Es como si dijera, cuando la providencia nos salga en contra y no haya manera de librarse, cuando todo camino parece cerrado, cuando las almas se angustian y las conciencias se atribulan con sus pecados, entonces recuerda que en Dios hay remedio: "Si se humillare mi pueblo… ".

Si los miembros de una Iglesia local están bajo juicio, entonces hay un deber que hacer: Humillación como recurso para una liberación rápida.

El Señor tiene especial aprecio incluso si el humillado es el "peor" miembro del pueblo, porque el Señor muy misericordioso es. Ejemplo: "Entonces vino la palabra de Jehová a Elías el tisbita, diciendo: ¿Has visto cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa" (1Reyes 21:28-29). Acab había perseguido para matar a Elías profeta del Señor, sin embargo cuando se humilló fue atendido.


Aunque se levanten obstáculos en tu buen camino de fe, no por eso te faltará poder y ayuda del cielo para hacer el bien divino. El ejemplo clásico por excelencia es Jacob. Dios le dijo que regresara a su hogar paterno: “Levántate, sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento” (
Génesis 31:13). No le faltaron adversidades pero al mismo tiempo no escaseó la ayuda de gracia.

El patriarca tan pronto sali fue perseguido por su suegro Labán (Génesis 31:23). Luego se levantó Esaú para destruirlo (Génesis 32:6). Su hija Dina fue violada (Génesis 34:2). Dos de sus hijos cometieron traición o impiedad con los hombres de Siquem (Génesis 34:25). Raquel se le murió en el camino (Génesis 35:19).


Todas estas adversidades fueron sobre Jacob, y bien pudo haberse preguntado: ¿Estoy Yo en el camino que Dios quiere para
mi? Sí, él estaba bajo la voluntad del Señor. Por tanto, cuando vengan las dificultades no te desalientes sino anímate a seguir haciendo la voluntad de Cristo, porque no te faltará la ayuda de gracia. Hazlo así, y más en estos tiempos malos, donde la fe será cada día más difícil.
¡Que Dios nos ayude! Amén.

P.Oscar Arocha, www.ibgracia.org

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