"Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón” (Hebreos 11:24-26).
En el pasaje se pueden ver varios asuntos: a) Un personaje, “Moisés”, b) una elección: “Escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado”, c) una causa instrumental: “Por la fe”, d) una razón o motivo: “Porque tenía puesta la mirada en el galardón”.
Note que la expresión no es literal ya que el galardón no estaba delante de los ojos, sino fijo en su mente, o que meditó sobre la promesa ya conocida de lo cual sacó fuerza, o que la meditación es como gasolina a la fe, la gracia que usa el Espíritu Santo para transformar y llevarnos al deleite.
Tan grande fue su deleite en Dios, que los maltratos recibidos le fueron como picadas de mosquitos. Nuestro fin ultimo como cristianos es deleitarnos en Dios, el Espíritu Santo utiliza Su palabra y nuestra fe para ser transformados, y que veamos la hermosura de Cristo y llevarnos al deleite.
Ahora bien, la meditación juega importante papel en esto ya que enciende el fuego del alma creyente.
Cuando un niño enfermo rehúsa el doloroso remedio entonces su mamá le ofrece regalos o mejores cosas. La meditación tiene por objeto poner en la mente mejores cosas que las opresiones, tentaciones y sufrimientos que hayan por delante.
Esto hizo Moisés, o que la meditación no le permitió que su mente fuese presa de las pasiones carnales que se levantan contra el alma en la senda que lleva al deleite en Cristo. Moisés vio que su felicidad descansaba en ser semejante a Cristo y disfrutarlo por siempre. Amén.
P.Oscar Arocha, www.ibgracia.org
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