martes, 6 de julio de 2010

Los Puritanos y la Consejería.1 al 6

[Para facilitar su lectura hoy reunimos las partes 1 a 6, luego el resto si Dios lo permite].

RESUMEN GENERAL

Los escritos de los Puritanos constituyen un rico manantial de ayuda a la consejería bíblica porque:

(1) Estaban comprometidos con la autoridad funcional de la Escritura; la Biblia era el manual por excelencia para resolver todos los problemas del corazón.

(2) Desarrollaron un sistema de diagnóstico sofisticado y sensible para problemas personales, distinguiendo entre una variedad de causas físicas, espirituales, temperamentales y demoníacas.

(3) Desarrollaron balance notable en sus terapias porque no se apoyaron en ninguna "teoría de la personalidad" individual que no fuera las enseñanzas bíblicas sobre el corazón.

(4) Fueron realistas sobre las dificultades de la vida cristiana, en particular conflictos relacionados con pecado remanente persistente.

(5) Su enfoque no era solo conducta sino motivos y deseos subyacentes. El hombre es adorador, los problemas derivan de una "imaginación pecaminosa" o de la creación de ídolos.

(6) Consideraban que el remedio espiritual esencial era creer en el evangelio, usado tanto para arrepentimiento como para el desarrollo de un adecuado entendimiento propio.


IMPORTANCIA DE LOS PURITANOS

¿Por qué otorgarles consideración especial? Porque constituyeron la Primera Escuela Protestante de Consejería Bíblica. Toda persona que anhele cultivar consejería bíblica debe adentrarse profundo en el estudio de los Puritanos.

J.I. Packer, quizás uno de los pastores contemporáneos más versados en los escritos puritanos, lo dice así:

"...los puritanos... eran fuertes justo donde los cristianos evangélicos de hoy son débiles... he aquí hombres de poder intelectual fuera de serie, en quienes los hábitos mentales cultivados mediante sobria escolaridad estaban unidos a celo flameante por Dios y conocimiento minucioso del corazón humano."


Los estudiosos bíblicos de hoy no entienden el corazón humano, dice Packer, mientras que los consejeros no conocen la Escritura. Los Puritanos son una generación entera de hombres que combinan ambas fortalezas.

El continúa:

"Lo vacío de nuestro biblicismo se torna aparente una y otra vez cuando dividimos las cosas que Dios ha unido... predicamos un evangelio sin ley y una fe sin arrepentimiento... al enfatizar la experiencia cristiana hablamos de gozo, paz, felicidad, satisfacción, quietud del alma, pero sin referencia balanceada con el descontento divino de Romanos 7, la lucha de la fe del Salmo 73, o cualquiera de las cargas de responsabilidad o providencias circunstanciales que caen sobre el hijo de Dios... consultan a sus pastores, y éste a su vez no les ofrece otro remedio que enviarlos al psiquiatra! Ciertamente necesitamos ayuda y la traición puritana puede darla."


LECCIONES A CONSEJEROS

1. Los puritanos estaban comprometidos con la "autoridad funcional" de la Escritura en consejería.

Consideraban la Escritura más que suficiente para lidiar con cada aspecto básico de problemas o condición humana. John Owen brillaba producto de su experiencia pastoral y la diversidad de "casos" de su época, pero agregaba una advertencia difícil de ignorar: nada substituía al estudio diligente de las Escrituras, a la meditación sobre lo estudiado, la oración ferviente, el sentir de las cosas espirituales y el conocer las tentaciones del alma propia, con observación prudente a la obra de la gracia en el alma.

Sin estas cosas, es vanidad toda pretensión de habilidad y deber en el oficio pastoral.


Los Puritanos descansaban su consejería en la Escritura.

Leer sus obras es un "laboratorio" excelente para estudiar consejería bíblica, porque no tienen influencia alguna de modelos psicológicos. Muchos, hoy en día, claman ser estrictamente bíblicos en sus enfoques consejeros y sin embargo evidencian la fuerte influencia de Maslow, Rogers, Skinner, o de Ellis. Los puritanos no tenían competencia secular en el área de consejería. Necesitamos considerar muy seriamente sus modelos.


2. Tenían un sistema plenamente desarrollado para diagnóstico de problemas.

Escritos y más escritos de cientos de casos, de distintas condiciones espirituales y problemas personales diferentes. John Owen es muy representativo cuando enseña que cada pastor debe comprender los diferentes casos de depresión, temor, desaliento y conflicto del alma de los hombres.

Esto es muy necesario para aplicar "las medicinas adecuadas que remedien cada úlcera del temperamento". Los puritanos fueron verdaderos médicos del alma. Sus estudios de la Escritura y del corazón humano les condujeron a elaborar finas distinciones entre condiciones y a clasificar muchos tipos y subtipos de problemas que requerían tratamientos diferentes.


Condiciones sobre Discernimiento

Thomas Brooks en su libro "Preciosos Remedios contra las Artimañas de Satanás" [Precious Remedies Against Satan's Devices] y el "Directorio Cristiano" de Richard Baxter [A Christian Directory] son manuales clásicos.

Brooks discute ¡doce clases de tentaciones, ocho variantes de desaliento, ocho tipos de depresión, y cuatro clases de orgullo espiritual! La sección sobre "Tentaciones" se dirige a cualquiera que lucha con patrones establecidos de pecado, en particular luchas contra patrones de adicción. Como pastor, a menudo he consultado este manual para ayudar a personas confundidas que han caído en tentaciones viejas luego de años de libertad. Invariablemente he descubierto que, aún habiéndose fortalecido contra un par de tentaciones, todavía se hallaban indefensos contra otras más de las que menciona el manual.


La sección sobre "Desaliento" aplica a personas que sufren de "cerebro quemado" así como de ansiedad, tristeza, decepción. Brooks distingue entre el desaliento causado por la codicia, por falsas expectativas, por un espíritu complaciente a los hombres, por la auto justicia, por la distorsión doctrinal, o incluso por una simple carencia de auto disciplina.


Cuando escribe sobre "Depresión", lidia con personas cuya desesperanza surge de culpa o proveniente de "baja imagen de sí mismos". Los Puritanos llamaban "acusación" a esta condición, cuando la conciencia y el diablo atacan a la persona en referencia a sus fallas y pecados. Brooks reconoce varios tipos de patologías de la conciencia: la conciencia idiotizada, la conciencia herida, la conciencia marchita, y la conciencia super escrupulosa.


Por último, la sección sobre "Orgullo" discute varias formas de este grande pecado. Trae a la superficie casos de materialismo, de lujuria por el poder, de arrogancia intelectual, de amor por la ignorancia y crudeza, de amargura, y de celos.


El Directorio de Richard Baxter es enorme en su alcance y comprensibilidad. Ocupa 900 páginas de finas hojas escritas a dos columnas. Permítanme ofrecerles este índice general.

ETICA CRISTIANA

A. Para la persona no convertida

1. 20 direcciones para el no convertido

2. 30 obstáculos que separan de Cristo a los hombres

3. 10 maneras en que el no convertido es engañado y cree que ha sido convertido

B. Para cristianos débiles

20 direcciones de cómo crecer en la gracia

C. Direcciones Generales para Caminar con Dios

D. Para luchar con "grandes pecados más directamente contrarios a la santificación" [raíces motivadoras que subyacen en patrones más obvios de conductas pecaminosas].

1. Incredulidad

2. Dureza de corazón

3. Hipocresía

4. Idolatría de la aprobación; buscando complacer a otros

5. Idolatría del poder / influencia; orgullo

6. Idolatría de las posesiones; materialismo y afán

7. Idolatría de la apariencia física; sensualidad

E. Luchando contra resultados de "raíces" pecaminosas (más obvias conductas pecaminosas)

1. Control del tiempo (el pecado de perder el tiempo)

2. Control de los pensamientos

a. pensamientos vagos

b. meditación vs. introspección

c. pensamientos depresivos

3. Control de las pasiones

a. sobre dependencia ("amor pecaminoso") a cosas o personas

b. descontento

c. humor pecaminoso

d. ira y amargura

e. duda y desesperación

4. Control de los sentidos

a. glotonería

b. adicción a la bebida

c. fornicación e inmoralidad sexual

d. lujuria

e. regulación del sueño

5. Control de la lengua

a. procacidad, proferir juramentos

b. mentiras y decepciones

c. infantilismo/ñoñería

d. sarcasmo/burlas

3. 30 otros pecados de la lengua

6. Control del cuerpo

a. trabajo y pereza

b. deportes y recreación

c. moda y apariencia


Esta es solamente la primera sección del Directorio. ¡Hay tres más!

"Economía cristiana" se refiere a relaciones cristianas: esposos y esposas, el empleador y el empleado, de padres e hijos. Además, Baxter incluye aquí la relación del cristiano con Dios, el estudio de la Biblia, la oración, la comunión de los santos, los sacramentos, problemas de seguridad e inseguridad.

En las secciones tercera y cuarta se refiere a cristianos en la vida de la iglesia, y finalmente, en "Política cristiana" define las responsabilidad social cristiana.


Al llegar a este punto Baxter denota mayor madurez de pensamiento que otros puritanos (¡y la mayoría de consejeros de hoy!), quienes caen en esquemas individualistas y a menudo pietistas en sus enfoques sobre el discipulado. Al contrario, Baxter describe en detalle los deberes públicos de discipulado de cristianos pobres y ricos, de quienes ejercen autoridad legislativa, de profesionales -abogados, médicos, profesores-, y del personal militar.


Discernimiento de Causas

Los Puritanos fueron capaces de hacer distinciones finas para diagnosticar la raíz causal de los problemas. El sermón de Baxter "¿Cuál es la mejor manera de conservarse en contra de la melancolía y la preocupación excesiva?" [What are the Best Preservatives against Melancholy and Overmuch Sorrow?] discierne cuatro causas posibles de depresión (pecado, fisiología, temperamento, actividad demoníaca) en una diversidad de inter relaciones.


Baxter enumera una lista de pecados que alimentan la depresión.

Primero señala inclinaciones pecaminosas ocultas como terreno para la misma: impaciencia, descontento, demasiado amor por el mundo material, egoísmo, desconfianza en Dios, falta de sumisión real a la soberana voluntad divina. Concluye que cualquier culpa sobre la voluntad pecaminosa (por ejemplo una mala conciencia) es causa de depresión.

Pero distingue cuidadosamente entre causas físicas y espirituales de un problema:

"en muchos sucede que una gran parte de la causa se debe a mal temperamento, debilidad, enfermedades del cuerpo -el alma se ve grandemente incapacitada por ello- pero cuando surge de tales necesidades físicas, puede verse que la pecaminosidad es menor y menos peligrosa al alma, no deja de ser un problema, pero es menor".


Luego señala algunas causas específicas del "excesivo afán" que se manifiesta como depresión. Incluye "dolor extremo, que el cuerpo es incapaz de soportar"; debilitamiento de las capacidades mentales (como la decadencia mental de personas muy ancianas); y "cuando el cerebro y la imaginación enloquecen" por otras razones corporales.

Demuestra balance notable.

Baxter reconoce que algunas depresiones no se derivan de pecado o de fallas para manejar la vida de acuerdo a como Dios dice (de hecho, al final de su sermón sobre la depresión provee direcciones para el cuidado de la salud!). Pero por otra parte reconoce lo complejo de la relación entre lo físico y lo espiritual. En la cita mencionada dice que si la afección es de origen físico "será menos dañina o peligrosa al alma".

Hay grados de pecaminosidad y de responsabilidad. En algunos casos, cuando el dolor de una persona es moderado, su tristeza pudiera deberse a rechazar confiar en Dios. Pero si el dolor es violento e insoportable, el cuadro de histeria tendría poco pecado involucrado.


Esto es muy instructivo. La investigación moderna ha encontrado bases fisiológicas para todo, desde adicciones hasta esquizofrenia hasta el egoísmo. Por un lado existe el peligro de que los consejeros bíblicos ignoren esta información e insistan que virtualmente todo problema deriva completamente de pecados deliberados. Pero por otra parte hemos de resistir la creciente tendencia a nombrar cada problema como "enfermedad", sobre la cual el paciente no tiene control y tampoco responsabilidad.


Pero Baxter no ha terminado.

Expone otras dos raíces como causa de depresión, "esta complicada enfermedad del alma". Temperamento es un factor. Algunos exhiben un "temperamento natural" timorato y apasionado, que si bien no es la causa primaria puede considerarse como inclinación a la tristeza. Agrava el "excesivo afán" y ciertamente produce que las personas sean más proclives al mal que otras.


Además, enfoca su atención en la actividad satánica como causa de depresión. "Debo señalar que la persona melancólica es sincera, a punto tal que el conocimiento de causa de la actividad satánica sería más de consuelo que de tristeza". Ciertamente el diablo posee las almas de impíos, pero también es verdad que intenta aciones frecuentes contra los santos.

Estas acciones pueden incluir enfermedades del cuerpo (pone a Job como ejemplo) y también tentaciones que inyectan corrientes de pensamientos pecaminosos y blasfemos en la mente.

Baxter señala con todo cuidado que Satanás "no puede hacer lo que desea contra nosotros, pero que nosotros le otorgamos ventaja para hacerlo. No puede romper nuestra puerta, pero entrará si la dejamos abierta. Puede tentar fácilmente a una persona ...tranquila a la pereza, ...una colérica hacia la ira, ... una sanguínea hacia la lujuria..."

Es importante darse cuenta que Baxter no busca trabajar pastoralmente sobre Satanás en forma directa, dirigiéndose a él autoritativa y directamente, comandándole, como algunos hacen hoy en día. En lugar de ello, el puritano busca "cerrar la puerta" que hemos dejado abierta al diablo. "La mayoría de las acciones diabólicas sobre el alma tienen a Satanás como padre y nuestro propio corazón como madre."

Baxter lucha contra la actividad satánica permitiendo que la persona atormentada no se sienta culpable por sus pecaminosos pensamientos e imaginación (los cuales provienen de Satanás), siempre y cuando tal persona no actúe en pos de ellos.


Intriga el balance provisto por Baxter. No cree que la actividad satánica deba ignorarse en el diagnóstico y tratamiento. De hecho consuela a la persona afligida al mostrarle la mano de Satanás en sus problemas. Confronta la actividad demoníaca con oración ferviente y estimula al creyente a usar la autoridad que posee en contra de conflictos espirituales. Muestra al creyente cómo eliminar los "agarres" que ha otorgado a Satanás (como amargura, por ejemplo, ver Efesios 4:27; 2Corintios 2:10,11).

Sin embargo, el puritano no califica la "posesión demoníaca" como la causa principal de cualquier problema cristiano.

Otro autor, Lovelace, desglosa el enfoque puritano cuando escribe que "el remedio ordinario pudiera no ser exorcismo sino consolación en la plenitud de Cristo, incluyendo mejor entendimiento de nuestra autoridad contra agentes demoníacos y fortaleciendo nuestra resistencia contra ellos en áreas débiles de nuestra personalidad."


El balance de los Puritanos en el conocimiento de las raíces de problemas personales no se replica en la práctica pastoral de los evangélicos modernos. Los consejeros de hoy tienden a "especializarse" en alguno de los factores descritos por Baxter.


Algunos delimitan el pecado personal como causa de casi todos los problemas.

Otros han construído un método de consejería basado en el análisis de "temperamentos transformados".

Otros más han desarrollado "ministerios de liberación" donde analizan problemas personales básicamente en términos de actividad demoníaca.

Y por supuesto, algunos evangélicos han adoptado por entero el "modelo médico" de enfermedad mental, removiendo todo concepto de "culpa moral" del paciente, quien no necesita arrepentimiento sino el tratamiento de un médico.


Pero Baxter despliega ante nosotros una apertura objetiva para el descubrimiento de cualquiera de estos factores en el diagnóstico y nos muestra que de hecho todos son factores esperables, usualmente presentes. Cualquiera de ellos podría ser principal, con el cual hay qué lidiar primero para luego combatir los demás.


Vemos pues la sofisticación del enfoque Puritano como médicos del alma.

Es verdad que a veces hacen más distinciones de la cuenta (cualquier lector de un sermón puritano de 14 puntos podría reducirlos a tres o cuatro encabezados!). Pero por desgracia para los consejeros bíblicos de hoy, a menudo se nos acusa correctamente de ser simplistas.

Hemos de aprender de los cuidadosos métodos diagnósticos de estos Padres de la Fe.


3. Los puritanos dieron soluciones balanceadas, no apoyadas en "teorías de personalidad" particulares.

Hemos visto cuán balanceados fueron en sus diagnósticos de causas de problemas personales. No debiera sorprendernos descubrir cuán balanceados fueron también en sus prescripciones y tratamientos.

Muchos consejeros cristianos tienden a reflejar enfoques seculares que, o fijan su atención en los sentimientos (como el enfoque provisto por Rogers, centrado en el cliente), o lo hacen en las acciones (como el enfoque conductista de Skinner y colegas), o lo hacen en "raciocinio" (como las terapias emotivo-racionales de Ellis y Beck).

Los Puritanos no caen en ninguna de estas categorías modernas.


Considere la discusión clásica sobre tentaciones que hace Thomas Brooks en "Remedios Preciosos" [Precious Remedies]. Cada tentación tiene raíces doctrinales. Brooks describe raíces de tentación en falsos arrepentimientos, en entendimiento inapropiado de la santidad de Dios, y en el hueco entendimiento del pecado remanente.

Muchas otras tentaciones tienen raíces sociales, por ejemplo malas compañías, la idolatría de buscar la complacencia de otros, o la desilusión provocada por líderes cristianos inconsistentes. Y muchas tentaciones provienen de pensamientos distorsionados sobre fuentes verdaderas de satisfacción. Tendemos a "racionalizar el pecado como si fuera virtud."


En cada caso Brooks considera de tres a cuatro "remedios", es decir enfoques de consejería. Algunos son conductas de "tareas en casa", como el alejarse de maas compañías. Otros son remedios de consuelo puro, como por ejemplo a la persona que repetidamente cae en pecado de la naturaleza. En lugar de sólo exhortar al arrepentimiento, Brooks alienta tiernamente. Puntualiza que "incluso el más renombrado y ahora coronado de los santos, en sus días terrenales tuvo recurrencias en el mismo pecado. Una oveja también puede caer en el pozo, igual que un cerdo."

Con gentileza, recuerda también al creyente desconsolado que ninguna experiencia de convicción de pecado o incluso del amor divino puede "vacunar o asegurar el alma contra la posibilidad de recurrir en el mismo pecado". Hasta personas como Pedro, testigo de la gloria de Cristo en el monte, más tarde le negó. Esta clase de consejería se dirige a traer consuelo y paz a la persona sujeta a dolor emocional.


Con todo, los remedios de Brooks parecieran muy similares a la terapia "cognitiva".

El puritano ve los problemas como debidos en gran medida a distorsiones doctrinales, a incredulidad, a mentiras que creemos de Dios y de nosotros mismos. Por lo tanto sus remedios son apasionados argumentos escriturales en los cuales confiar con fuerza y constancia de modo consciente contra las mentiras que estén dominando en el corazón.

Urge constantemente al lector a "profundizar" en verdades particulares.

Por ejemplo, reconoce que muchos son tentados a presumir de la gracia. Creen que "la obra de arrepentimiento es fácil, y por ende su alma no tiene que lidiar con pecado. ¡Cómo! Supón que pecas -dice Satanás- bueno, no es tan difícil regresar, confesar, estar contristado y pedir perdón".

Brooks dice a la persona que se halla bajo el poder de semejante distorsión que recuerde cuál es la naturaleza del diablo, un mentiroso. Antes de pecar, te dirá que es fácil arrepentirse; pero después de pecar te dirá que arrepentirse es muy duro! Ambas cosas son mentira. "Ah almas, les tienta a pecar al sugerir lo fácil del arrepentimiento mientras socava hacia la desesperanza, y luego presenta el arrepentimiento como lo más difícil del mundo, como un trabajo tan arduo para el hombre así como el cielo lo es el infierno, como la luz a las tinieblas. Oh que tú fueras sabio para romper tus pecados con oportuno arrepentimiento! Arrepentirse es una obra que debe hacerse oportunamente, o nunca jamás se logrará."


En otro ejemplo explora el problema de la prosperidad de los malvados. Muchos cristianos se autocompadecen y pecan al ver la prosperidad de impíos y sus vidas confortables. Brooks ayuda a que la persona tentada "observe la cuenta estricta que los hombres vanos habrán de rendir sobre los bienes que han disfrutado." Cita a Felipe de España en su lecho de muerte, clamando "¿de qué me sirve toda mi gloria si soy atormentado en mi muerte?". Brooks recuerda al creyente ver las cosas desde la perspectiva de los juicios de Dios. Que no hay mayor miseria en esta vida que no haber padecido miseria ni aflicción, no haber experimentado la vara de Dios! (Oseas 4:7)." Poderosos argumentos para que el creyente "considere."


Es un balance notable. Tal pareciera que los remedios de Brooks son semejantes a la terapia "cognitiva": cambio de ideas para aliviar ansiedad, miedo, depresión. Tal pareciera en ocasiones como un "conductista": cambio inmediato de patrones de vida.

La realidad es que Brooks no tiene miedo de profundizar buscando motivos y deseos. Consuela. Toma muy en serio estados emocionales.


Luego entonces, ¿es Brooks conductista, terapeuta cognitivo, consejero Rogeriano? No. No es ninguno de ellos.

Su balance proviene del hecho de no ser controlado por modelos cognitivos sobre la personalidad ni por modelos conductistas. No considera que el pensamiento o la conducta o las emociones constituyan las porciones más básicas de la personalidad. Tampoco ofrece su propia versión teórica de la personalidad donde interrelacione estos componentes en un patrón nítido de causa-efecto.

Más bien se concentra en el corazón (una palabra que a menudo intercambia con alma). Los "movimientos" del corazón son pensamientos, sentimientos y acciones. Los problemas se presentan cuando el corazón opera en incredulidad. Los problemas se solucionan cuando se "presenta" al corazón la verdad de la Palabra de Dios (terminología de Brooks), e influye sobre los pensamientos así como la voluntad y emociones.

Brooks instará a obedecer una verdad de inmediato y al mismo tiempo reflexionar y meditar hasta que el principio pensamientos e sentimientos, ambos.


4. Los puritanos fueron realistas sobre el pecado remanente, conflictos y problemas que son rutinarios en el caminar de la vida cristiana.


La visión puritana del pecado

Con pocas excepciones, fueron de teología reformada. Creían en la depravación radical del corazón humano y en la continua presencia del pecado remanente en el creyente.

Los evangélicos de hoy no suelen reflejar este realismo debido a un nebuloso entendimiento de lo que es el pecado.

En algunos círculos, la tendencia es catalogar la conducta compulsiva fuertemente arraigada como posesión demoníaca o algo semejante y rechazar que un creyente verdadero pueda experimentar tal conducta. Otros evangélicos adoptan el "modelo de enfermedad" para cualquier adicción. Esta visión absuelve al paciente de responsabilidad: es la víctima de condiciones biológicas o algún otro severo trauma sufrido en su niñez.


Estas ideas presumen una visión no-Agustiniana sobre el pecado (como acciones voluntarias, de la voluntad). Tal visión teológica del pecado que no lleva al inmediato arrepentimiento y a esfuerzos de disciplina personal se considera demónico o físico (o imposible!). Pero los Puritanos, debido a su conocimiento del pecado remanente (la carne), reconocían la existencia de problemas profundos asociados a pecado y que solamente habrían cambios como resultado de la gradual "penetración de la verdad."

Para analizar la visión y entendimiento del moderno super optimismo evangélico de la vida cristiana basta con hojear los títulos de los materiales más populares sobre discipulado. Por citar un ejemplo, el material de Los Navegantes "Diseñado para Discipular" [ The Navigator's Design for Discipleship]. Este material se utiliza como parte de un curso de dos años llamado "Series 2:7". Todo el programa de dos años dedica sólo tres capítulos al tema de juicios y conflictos con el pecado.


Contraste lo anterior con el concepto puritano "diseñado para discipular" del Directorio de Baxter. Baxter analiza a profundidad el deslizamiento y la pérdida de seguridad (el sentido de estar distanciado de Dios). Provee inventario específico de los "grandes pecados" (incluyendo materialismo y orgullo, no mero sensualismo), provee ayuda contra tentaciones, los "beneficios de las aflicciones", e instrucciones maravillosas para confrontar la muerte. Mientras que el material de Los Navegantes asume una existencia general tipo clase media, segura, Baxter enfoca los problemas particulares del pobre, del rico, del oprimido, así como del profesional.


Y Baxter no es un autor aislado en este "realismo". Otros dos textos puritanos son clásicos sobre el tema de la depresión (Thomas Goodwin's A Child of Light Walking in Darkness y William Bridge's A Lifting Up for the Downcast). Ambos asumen que el cristiano verdadero con "verdadera paz" atravesará períodos desérticos -tiempos donde se ha escondido la luz de Dios.

Bridge cita diversas causas en la pérdida de paz:

(1) "grandes pecados" (conducta pecaminosa obvia)

(2) "debilidad en la gracia" (aumento del orgullo y deseos idolátricos subyacentes)

(3) "negligencia en el deber" (de disciplinas básicas en los medios de gracia)

(4) "falta de seguridad" (acusaciones demónicas sobre la consciencia)

(5) "tentaciones"

(6) "deserción" (distanciamiento deliberado de Dios con propósito de disciplina)

(7) "aflicción"

(8) "inutilidad" (falla en usar dones para ministerios)

(9) "desalientos derivados de la condición misma" (deprimirse porque se está deprimido!)


El dominio del pecado

En esencia, la causa principal del realismo puritano deriva de su total entendimiento sobre la naturaleza del pecado remanente. Las cuatro obras de John Owen le convierten en el maestro por excelencia: "Sobre la Mortificación del Pecado en el Creyente", "Sobre Tentaciones, su Naturaleza y Poder", "Naturaleza, Poder, Decepción y Prevalencia de los Remanentes del Pecado en Creyentes", y su "Tratado sobre Los Dominios del Pecado y la Gracia" [“Of the Mortification of Sin in Believers,” “Of Temptation: The Nature and Power of It,” “The Nature, Power, Deceit, and Prevalency of the Remainders of Indwelling Sin in Believers,” and “A Treatise on the Dominion of Sin and Grace.”].

Para Owen, la principal diferencia entre creyentes y no creyentes es la ruptura del dominio del pecado (Romanos 6). Sin embargo, en el creyente permanece la influencia del pecado con sus mismas tendencias básicas, aunque debilitadas. Por lo tanto hay dos problemas pastorales: convencer de su ubicación a quienes todavía estén bajo el dominio del pecado y convencer de su nueva ubicación a quienes ya no están bajo el dominio del pecado. Un buen consejero bíblico debe prepararse para ambas tareas con sumo cuidado.


¿Cuáles son los signos del dominio del pecado?

Para Owen, algunas veces el dominio es muy discernible ...como en el caso de quienes visiblemente entregan sus miembros a ser instrumentos de injusticia y pecado. Una vida abiertamente licenciosa muestra a tal persona sujeta al dominio del pecado -sin importar lo que diga. Pero Owen rápidamente nos muestra que el dominio del pecado no siempre es evidente.

Una vida de moralidad externa, de interés en estudios bíblicos, de gozo en los deberes religiosos, y de arrepentimiento de pecados externos no son sinónimos de estar libres del dominio del pecado (todos estos signos pudieran estar presentes y sin embargo que el pecado reinara en tal persona). El pecado reina cuando la "imaginación" (es decir los motivos) del corazón se halla controlada por el pecado.

Los patrones básicos de la imaginación pecaminosa son tres, según Owen: (1) "orgullo, auto-exaltación, deseo de poder y de grandeza", (2) "sensualidad y falta de limpieza de vida", (3) "incredulidad, desconfianza, pensamientos duros acerca de Dios". Egoísmo, auto-gratificación, voluntariedad.


Si bien el creyente ya no está bajo el dominio del pecado, sin embargo no escapa a su influencia. La influencia tiene poder real, permanece en el creyente aunque esté destronada. La "carne" se refiere a esa corrupción remanente que anhela ser Dios en lugar de colocarse bajo Dios. Es un principio de aborrecimiento a Dios.

Egoísmo, auto-gratificación, voluntariedad están presentes en cada uno de nosotros. Como cristianos hemos de aprender a detectar la carne y sus operaciones cuando, como en las raíces de viejos árboles, penetra y enreda la vida por debajo de la superficie. A menos que seamos capaces de discernir tales raíces, nos controlarán y distorsionarán y nos harán realizar incluso deberes piadosos con motivaciones falsas.


Egoísmo, auto-gratificación y voluntariedad deben discernirse cada vez que aletean y afectan nuestra conducta, relaciones, actitudes, posturas. Los puritanos no se asombrarían con las revelaciones sobre líderes cristianos (aparentemente) efectivos en inmoralidad sexual. Ellos sabían cuán fácilmente es que un cristiano verdadero haga su ministerio y buenas obras bajo el control de la carne.

Lovelace: "no es sorpresa darse cuenta que muchas congregaciones llenas de personas regeneradas están, sin embargo, medio muertas en lo espiritual, puesto que la vida espiritual demanda metanoia, una nueva mente arrepentida, y esto requiere mucho más que programar el corazón contra las sombrías expresiones del pecado -como cuando el creyente recién es convertido... muchas congregaciones de cristianos profesantes están saturadas de esta clase de justicia muerta... justicia superficial que no proviene de fe y acción renovadora del Espíritu, sino de orgullo religioso condicionado conforme a tradiciones..."


¿Cómo entonces establecer diferencia entre dominio del pecado y pecado remanente en el creyente? Owen escribe cuán crucial es para un consejero poder decir la diferencia.

Especialmente importante porque el pecado puede ser más violento y en apariencia más fuerte porque ha sido destronado y está muriendo.

Owen primero enseña que el dominio del pecado se nota en la "dureza de corazón." Los creyentes que pudieran sufrir la influencia del pecado se entristecen de sus propias motivaciones pecaminosas. Tal tristeza y preocupación de su pecado es signo saludable de que esta persona no está bajo el reinado del pecado.

También, puntualiza que el creyente verdadero experimenta "mortificación": reconocen y trabajan en sus motivaciones pecadoras y no solamente en su conducta externa. "Cuando las únicas restricciones sobre el pecado son las consecuencias de las acciones, el pecado tiene dominio sobre la voluntad."


Los Puritanos (y Owen no es la excepción), fueron preocupados al extremo para clasificar todo. Pero incluso Owen admite que hay un tipo de "condición intermedia" en la cual es imposible decir si una persona está bajo el dominio del pecado o si ha caído en una pérdida de poder espiritual irrecuperable con los medios ordinarios de la gracia. Por ejemplo el caso de David en los meses posteriores a su adulterio con Betsabé. En tales casos un pastor debe enfrentar a la persona como lo hizo Natán, advirtiéndole en los más fuertes términos sobre el peligro.


Por supuesto, el tipo de consejería para quienes están bajo el dominio del pecado es evangelismo. Owen nos dice que estas personas están adoloridas por las consecuencias de su pecado, pero son incapaces de ver su pecado como pecado. Necesitan la presentación clara y directa del evangelio.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuan urgente es que pastores de hoy lean estos libros , cuanta bendición traerían a la iglesia de Dios.

Unknown dijo...

Quisiera esos libros de los puritanos sobre todo el de Baxter, donde puedo obtenerlos?

Unknown dijo...

Hola queridos hermanos yo necesito los temas de richard baxter por los necesito mucho gracias