miércoles, 3 de febrero de 2010

Meditación 3 febrero 2010

“Todos comieron y se saciaron, y se recogieron doce canastas llenas de lo que sobró de los pedazos” (Mateo 14:20).

Un buen carácter no será dispendioso, sino económico, ya que no solo pensará en el presente, sino que sabrá atesorar para el porvenir. Hay personas que no comen "alimentos trasnochados" o del refrigerador por simple vanidad, irracionalidad, pero he aquí a Cristo y Sus discípulos hacer provisión para comer en otra oportunidad del alimento que sobró.


Es deber de todo cristiano hacer que las cosas duren, que su bienes materiales tengan uso prolongado: en ocasiones hemos de remendar, arreglar, zurcir, pintar...


Las cosas se gastan con el uso, pero un pequeño trabajo de reparación puede hacer que esas mismas cosas sean mantenidas útiles y ahorremos tener que comprarlas otra vez. Como dijo alguien: “Un vestido puede no estar a la moda, pero una pequeña alteración puede ponerlo al día”. Aunque tuviéramos mucho dinero no debiéramos ser gastadores y mucho menos derrochadores, es mejor guardar el dinero y emplearlo en ayudar a los necesitados.

Que en todo seamos ordenados y aprendamos a cuidar con esmero lo que Dios nos ha dado. No abusar de los favores divinos. Un buen carácter no será dispendioso sino económico, ya que no solo piensa en el presente, sino que sabe atesorar para el porvenir.


Algo más: hemos de aprender a comprar por necesidad más que por lujo o vanidad; la vanidad estará casi siempre inclinada más a lo novedoso que a lo útil, la naturaleza humana tal como en los atenienses:
“Todos los atenienses y los forasteros que vivían allí no pasaban el tiempo en otra cosa que en decir o en oír la ultima novedad” (
Hechos 17:21).

Cuando vayas a comprar, procura comprar lo que valga tu dinero. No es una extravagancia pagar buenos precios por cosas buenas. Pero nunca te metas en deudas simplemente por darte gusto, eso es vanidad, mundanalidad o carnalidad.


Aprendamos a ser moderados en comida, bebida, ropa y en todo.

Como está escrito: “Por tanto, ya sea que comáis o bebáis, o que hagáis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1Corintios 10:31). Amén.

P.Oscar Arocha. www.ibgracia.org

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