jueves, 11 de febrero de 2010

¿Atemorizado, sin idea o desinformado?

De cara a cambios y oportunidades significativas, a menudo la gente cae en alguna de estas tres categorías. Y si tú quieres ser de ayuda, es muy útil reconocer en cuál están.

Los desinformados necesitan información y visión para tener idea de lo que harán. Se acercan a los problemas con calma y optimismo, pero requieren ser enseñados. El término desinformado no es peyorativo, sino un estado temporal.

Los sin idea son gente que no saben qué hacer, y que ignoran que no saben qué hacer. Ignoran las preguntas que deben hacer. Resulta insuficiente darles instrucciones. Primero hay que mostrarles cómo luce la plataforma en que están y luego empezar a trabajar...

Y los atemorizados son gente que resistirá cualquier ayuda que puedas proporcionales, y que te culparán por el estrés que el cambio produce. La gente miedosa gusta de dispararle al mensajero. Patos.

La peor clase de gente atemorizada es aquella con poder. Por ejemplo, alguien dentro de una multitud de personas atemorizadas, alguien con una pistola, alguien gerente de una compañía. Si eres confrontado por un gerente así, es tiempo de correr.
Antes de que alguien cambie, tiene que aprender; y antes de que aprenda, es necesario que cese de tener miedo.
Una de las razones de que grandes ideas se originen en compañías pequeñas es que hay menos temor al cambio en niveles superiores. Es un error cuando el consejo directivo o los accionistas recompensan a un gerente hiper-confidente pero temeroso, en lugar de llamarlo a capítulo cuando se aira contra el cambio.

La primera vez que quise surfear, me dió miedo. Luce genial, pero en una gente de mi edad...
Un instructor paciente disipó mis dudas hasta que estuve en disposición de empezar. Cuando uno empieza, encuentra que las cosas que creía importantes resultan irrelevantes, mientras que las cosas desconocidas son importantes para meterse al océano. Al final, y solo entonces, uno es lo suficientemente listo para aprender.
Ahora surfeo, bastante mal por cierto, pero al menos sé por qué.

Consuela al temeroso, entrena al sin idea y enseña al desinformado.

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