lunes, 8 de febrero de 2010

EL PECADO IMPERDONABLE

Con la atención última otorgada a las adicciones y la pornografía, pudiera ser que los escrupulosos entre nosotros se sintieran desatendidos. Pero, al igual que existe un adicto en nuestro interior, también hay un legalista que se siente culpable e incapaz de alcanzar la medida. He aquí algo para este legalista.


Palabra por palabra, el pasaje sobre el pecado imperdonable nos deposita la mayor carga de culpa en toda la Escritura.

“A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero” (Mateo 12:32).


Esto es suficiente para captar la atención de ambos, del libertino y del escrupuloso. Me pregunto cuántos de ustedes quisieran saltar este pasaje. Podemos recordar con exactitud el día que encontramos por primera vez este problemático verso. La mayoría fuimos capaces de seguir adelante y enfocarnos en otros pasajes más suaves de la Escritura. Pero hay una pregunta remanente cada vez que encontramos Mateo 12:32 “¿Seré yo?.”


Para otros, este pasaje es pegajoso, hasta la obsesión.“¿Seré yo?” no es ya una pregunta sino una confesión “Soy yo.” Si existiera alguna duda, la simple lectura puede invitar un pensamiento fugaz desagradable acerca del Espíritu Santo. Helo aquí: si no has cometido antes el pecado imperdonable, lo acabas de hacer; seguro que no querías hacerlo en serio, ¿o sí? Tal parece como una respuesta mucho más común que “No pienses en elefantes rosas.” El elefante aparece mágicamente. En uno u otro caso, el pensamiento blasfemo emergió y te sentiste sentenciado.

La lista de obsesionados por este temor es muy larga.

El consuelo popular ofrecido por amigos de buenas intenciones es bien conocido: “si piensas haber cometido el pecado imperdonable y te sientes miserable por ello, significa que no lo hiciste. Puesto que te sientes mal por ello, no eres culpable de ello. Así que no te preocupes. Sólo a quiénes no les importa son los potencialmente culpables.”

Esta respuesta tiene buen sentido en el contexto mayor del pasaje. El problema es que solo funciona para aquellos temporalmente atrapados por un momento y que de todos modos saldrían de ello. Para quiénes se hallan en problemas profundos, el consejo requiere de más substancia.


Entonces, ¿qué hacemos con este bellaco pasaje?


El contexto inmediato del pasaje. Los fariseos acababan de ser testigos de la curación de un hombre endemoniado, ciego y mudo. Otros que habían sido testigos de la exhibición de poder tenían una respuesta apropiada. “Y toda la gente estaba atónita, y decía: ˘¿será éste aquel Hijo de David?” (Mateo 12:23). Los fariseos, sin embargo, permanecieron endurecidos de corazón, “por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios” (9:34). Sin duda alguna, estaban comprometidos en su arremetida contra Jesús. Está claro el pecado imperdonable: es blasfemia hablar contra el Espíritu Santo, y blasfemia, en esta situación, significa atribuir el poder del Espíritu Santo al poder de Satanás.

De modo que si deseas tener una primera idea en la aplicación del pasaje, lee la historia del milagro hecho por Jesús. ¿Crees que Jesús lo hizo porque estaba alineado con Satanás? Y no le des mente a tus fugaces pensamientos.

Los fariseos no tenían dudas. ¿Crees en verdad, en tu corazón, que Jesús hizo este milagro por el poder de Satanás? No, no lo crees. Una persona así no leería nada sobre el pecado imperdonable.

Esto es el comienzo, pero sigue siendo un pasaje de difícil interpretación. Para poder derivar de él conclusiones precisas, tomaré algunos principios generales obvios de la Escritura o claros a partir del texto mismo. Después, como haríamos con cualquier otro texto difícil, consideraremos el contexto mayor, tanto en el evangelio de Mateo como de la Escritura en general para obtener ayuda que sostenga y refine estos principios.


En primer lugar, el pasaje se refiere a los líderes del pueblo. La Escritura establece con claridad que los líderes conllevan estándares diferentes porque sus pecados acarrean consecuencias mayores. Moisés fue el primer ejemplo, y hay muchos más (Ezequiel 34, Jeremías 23). Santiago escribe que “no os hagáis maestros muchos de vosotros, hermanos míos, sabiendo que recibiremos mayor condenación (3:1). Si tú no eres líder oficial de una iglesia, el pasaje de Mateo no se dirige a ti en primer lugar.


En segundo lugar, el pasaje se refiere a líderes de corazón endurecido que ni se inmutan ante las palabras de Jesús y que están determinados a socavar Su ministerio. Si tienes consciencia (y la tienes), fácilmente puedes encontrar episodios de dureza de corazón en tu propia vida, que te hacen pensar de nuevo que el pasaje habla de ti. Pero la dureza de corazón de los fariseos muestra agresividad. Incluye resistir la obra del Espíritu (Hechos 7:51), hablar blasfemia contra el Señor, e influir sobre otros para que hagan lo mismo. Tú no tienes estrategias con la intención de desbaratar la fe de otras personas. Tus pensamientos condenatorios son temporales. Se quedan dando vueltas en tu mente cuando tú mismo preferirías que se fueran.


El pasaje no está hablando de ti. Lo que Jesús dijo es verdad, por supuesto, pero hay muchos pasajes de la Escritura dirigidos a gentes específicas que no son las palabras de Dios para ti en particular. Sin embargo el pasaje puede inquietarnos todavía. La pregunta molestosa es: ¿será posible que algunos pecados no sean perdonados? Esta es realmente LA perturbadora pregunta. Y para responderla veamos el contexto mayor.


El contexto general del libro de Mateo. Hay dos temas relevantes al pasaje: conflicto con los líderes judíos y perdón de pecados.

Respecto a los líderes, el Evangelio según Mateo no dice nada bueno. Al inicio Juan el Bautista confronta a los líderes como “generación de víboras” (3:7). Juan no pelea contra la gente. Juan pelea contra los líderes.

Después, Jesús establece una distinción entre los líderes y el pueblo. Caracteriza al pueblo como “ovejas perdidas” (9:36), pero a los líderes -fariseos y saduceos- como pastores opresores, egoístas, malos conductores. En todo el libro de Mateo las líneas de batalla están muy definidas, los líderes están resueltos en su antagonismo contra Jesús. Sin excepción, cada mención sobre los líderes es negativa. Y el evangelio arriba a una conclusión con los sietes ayes de Jesús dirigidos contra ellos (v.23), las parábolas de Jesús, denuncias apenas cubiertas con velo finísimo (v.25), y el esquema de los líderes para encubrir toda evidencia de la resurrección (28:11-15).


Dado el énfasis de Mateo sobre este antagonismo, uno tiene la impresión de que una persona laica ordinaria no sería culpable del pecado imperdonable. Este es el tenor del libro. La acusación es contra líderes inconmovibles en su oposición y blasfemia. Ellos no luchan contra pensamientos de elefantes pintados de rosa. No, su blasfemia viene en un paquete que incluye su total compromiso en arrastrar a otros lejos de Jesús. Antagonistas de corazón no les importan las palabras de Jesús.


El otro tema relevante en Mateo es el perdón de pecados. “Le pondrán por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados” (1:21). Así empieza el libro. En lugar de decirle a un paralítico que ha sido sanado, Jesús escogió decirle “tus pecados son perdonados” (9:2). Al hacerlo proclama que El realmente tiene autoridad para perdonar pecados. Mateo cierra su libro de modo similar que empezó. Inmediatamente antes de Getsemaní, Jesús reveló el significado más profundo de la Pascua, cuando dijo “esta es mi sangre del pacto, derramada por muchos para perdón de pecados” (26:28). El corazón del Evangelio de Mateo es el perdón de pecados, así como es el corazón de la Escritura. No hay mezquindad para nada en la oferta de perdón de Jesús.


Cuando uno pide perdón, Dios perdona. Esto es fundamental al evangelio de Cristo. Entonces, ¿qué nos informa sobre el texto esta clara verdad?


Jesús dijo que había perdón para palabras dirigidas contra él. ¿Por qué dice que no hay perdón de pecados dirigidos contra el Espíritu? Para tener lugar algo único. Típicamente, Jesús no toma para sí insultos y acusaciones blasfemas (Lucas 23:33; 1 Pedro 2:23-24). El resolvió vivir en dependencia del poder de su Padre y del Espíritu (Lucas 4:14). Cuando tomó posición, lo hizo a nombre del Padre (Juan 2:14-17) o, en este caso, del Espíritu Santo. Jesús estaba agudamente consciente que sus milagros eran consecuencia del poder de la obra del Espíritu en él (Lucas 5:17). De manera que, para él, los fariseos estaban en última instancia contra el Espíritu.


¿Acaso decía Jesús “pueden enredarse conmigo, al menos en este momento histórico, pero no con el Padre o el Espíritu”? Mínimo era precisamente esto. ¿Hablaba de blasfemia persistente más que un momento ocasional? Sí. ¿Decía que si los líderes no tenían inclinación a solicitar perdón, pues no recibirían? Sí.

El contexto mayor de la Escritura, como un todo, confirma estas direcciones. Y descubrimos, como era de esperar, que Jesús repite enseñanzas bien conocidas del Viejo testamento.


El contexto del resto de la Escritura. El obvio precedente es el Faraón en Exodo. Al igual que los fariseos, observó las señales milagrosas del Señor y rehusó creer.

“Y dijo Jehová a Moisés: cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Exodo 4:21)


“Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho” (Exodo 8:19).


“Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que soy Jehová” (Exodo 14:4).


El juego entre el Faraón endureciendo su corazón y Dios endureciendo el corazón del hombre ha mantenido a los intérpretes muy ocupados, lo menos que podemos decir es que el proceso fue decisión mutua. El Faraón no ardía en deseos de escuchar al Señor; su compromiso era la gloria de Egipto y los propósitos de Dios no servían a sus intereses.


Ahora Jesús, el gran Moisés y verdadero emancipador, ha venido con señales milagrosas, y la historia se repite. La dureza de corazón del faraón anticipa el corazón de los fariseos. Aquél no quiso liberar al pueblo de su esclavitud; los fariseos no quisieron que el pueblo lograr la libertad provista por Jesús. El primer opresor fue Egipto, luego Roma, pero ambos prefiguran la esclavitud al pecado y la muerte. A pesar de la oposición, Dios librará a su pueblo, y la resistencia de sus líderes sólo dará más gloria al rescate de Dios. Ningún poder humano puede restringir la liberación asegurada por Jesús.

Este es el mensaje real de la interacción entre Jesús y los fariseos: Dios endurece el de por sí duro corazón de los líderes y libera al pueblo. Lo de Egipto fue un ensayo, lo real es con Jesús. Cuando te localices en el pasaje, colócate a ti mismo entre aquellos liberados.


Esto pone de cabeza nuestro condenatorio “¿Seré yo?” Al ver el panorama por entero, cuando los líderes endurecen sus corazones y se distancian del perdón de pecados, y cuando pretenden influir en otros a que hagan lo mismo, algo sucede. Estos eventos tuvieron lugar justo antes de mostrarse la gloria de Dios en el mundo. La liberación está en camino. La oposición farisea es señal de que Dios actuará de modo decisivo.


Nos encontramos ahora en el otro extremo de la liberación. Jesús fue a la cruz y fue levantado de los muertos. No hay nada que nos impida perdón de pecados. La Cena del Señor, seguridad del perdón de pecados y comunión completa con Dios mismo, ha reemplazado la Pascua. Gozo, no condenación, es la orden del día.

Sin embargo la liberación ha tenido lugar en mitad de la Historia, no al final. Al final, no habrá más pecado, pero por ahora, luego que Jesús fuese a la cruz y antes que retorne y ponga fin a la injusticia, al pecado y a la muerte, a todos el pecado nos es familiar.

Para ser precisos, a medida que crecemos en el conocimiento de Dios vemos más pecado que antes en nuestras vidas. Pudiera ser que el pecado no sea tan evidente en nuestras acciones externas, pero el Espíritu Santo nos ayuda a ver que todas nuestras buenas obras están manchadas de fidelidad mixta. Este pensamiento no resulta placentero en principio, pero su fin no es desesperarnos. Al contrario, sólo un pecador conoce la belleza del perdón. Sólo un pecador puede amar tanto así (Lucas 7:47).


Conclusiones. Al reunir todo el material podemos dibujar lo siguiente.

  1. Claramente, son los líderes quienes están en la mira. Mateo no dice nunca una buena palabra sobre ellos. El crudo lenguaje del Evangelio está siempre dirigido contra los líderes, no al pueblo. La gente común nunca fue recipiente de tales reproches. Por ejemplo, Pedro, todavía no un líder, negó a Jesús -ciertamente una forma de blasfemia, pero es perdonado por completo. En contraste, los fariseos no sólo endurecieron sus corazones sino que intentaron que otros hicieran lo mismo. Una cosa es alejarse de Jesús. Otra muy diferente es hacer que otros lo hagan.
  2. El pecado imperdonable es altamente significativo. No es resultado de pensamientos compulsivos, intrusos, que preferiríamos restringir o borrar. Proviene de un corazón contumaz contra Cristo, que le menosprecia en palabras y obras. El pecado no es un pensamiento que pasa. Es desafío pertinaz. Si tu fe se tambalea pero no te dedicas a alejar a otros de Cristo, este pasaje no se refiere a ti.
  3. Los fariseos son una señal. Son los faraones del Nuevo Testamento y simbolizan la oposición del mundo a la palabra de Dos. En el caso del Faraón, la narrativa nos enseña que su dureza no le fue meramente “impuesta” por el Señor. El Faraón estuvo más que dispuesto a endurecer su propio corazón; Dios cooperó al darle al Faraón lo que éste quería.
  4. Los fariseos son una advertencia. Es difícil identificar cómo luce hoy en día el pecado imperdonable. La intersección única entre el ministerio terrenal de Jesús, sus milagros, y los recalcitrantes líderes judíos es todo un reto para las aplicaciones personales. Pudiéramos aplicar el pasaje a los líderes de la iglesia que caen en pecado, pero la mayoría no guía a otros intencionadamente al mismo pecado, y muchos se arrepienten. Esto no cae dentro del patrón del pecado imperdonable. El caso más evidente parecería ser el de teólogos y predicadores que niegan la deidad de Jesús, su sacrificio expiatorio y resurrección, y que intentan que otros hagan lo mismo. Una aplicación es cierta: los fariseos y otros líderes son señal y advertencia para nosotros. Recibe a menudo el estímulo del evangelio, y cree la verdad de la Escritura.
  5. Dios perdona a quienes vienen a El. Siempre que vayamos a Cristo en arrepentimiento, encontraremos perdón. En la Escritura no existe ningún recuento de alguien con santa tristeza y arrepentimiento, que no haya sido perdonado. Nadie. Ni uno.
  6. Si todavía luchas con el miedo de haber cometido el pecado imperdonable, permite que tu iglesia te ayude. Si has hecho pública profesión de fe, y te encuentras en buena posición en tu iglesia, entonces acepta con seriedad los juicios de tu iglesia. Dios obra a través de su pueblo. Si tus líderes te conocen y no te han disciplinado, busca consuelo en su supervisión y créeles cuando te dicen que tú no has cometido este pecado. También, asegúrate de tomar la Cena del Señor. La pregunta #81 del Catecismo de Heidelberger dice “¿Quién viene a la mesa del Señor? Quiénes estén verdaderamente molestos consigo mismos por causa de sus pecados.” Esto aplica a ti.


Edward T. Welch, M.Div., Ph.D., is a licensed psychologist and faculty member at CCEF. He has counseled for over twenty-five years and has written many articles, booklets, and books including When People Are Big and God Is Small; Addictions: A Banquet in the Grave; Blame It on the Brain?; Depression: A Stubborn Darkness; Crossroads: A Step-by-Step Guide Away from Addiction; and Running Scared: Fear, Worry, and the God of Rest.

Posted 1-27-2010

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15 comentarios:

vanessaah92 dijo...

MUCHÍSIMAS GRACIAS. GRACIAS A ESTE TEXTO HE ENCONTRADO PAZ YA QUE YO ME ENCONTRABA PERDIDA DESDE HACE ALREDEDOR DE 3 AÑOS POR PENSAMIENTOS OBSESIVOS QUE ME HACIAN PENSAR QUE YO COMETI ESTE PECADO, AHORA VEO QUE NO ES ASI Y SIENTO LA PAZ DEL SEÑOR. GRACIAS POR COMPARTIR ESTO CON NOSOTROS, DIOS LES BENDIGA!

vanessaa92@live.com

m777 dijo...

Muchísimas gracias, Dios les bendiga siempre. La verdad es que tengo aun muchas dudas de haber cometido tal pecado pero gracias a este artículo se me despejaron algunas dudas. MUCHÍSIMAS GRACIAS. que Dios te bendiga también vanessa y a todos los que pueden estar sufriendo de esta forma

Silvia Patricia dijo...

Gracias por su explicación. Yo llevo 22 años sufriendo con este versículo y con un profundo sentimiento de culpa por pensamientos obsesivos. El problema es que esto se degeneró en una enfermedad con una fuerte depresión que está siendo tratada médicamente.
Sin embargo gracias por la explicación que nos das porque cada vez más claro para mi este pasaje.
Dios te bendiga por abrir la mente a tantas personas que sufrimos por esto.

Unknown dijo...

Muchas gracias por la aclaracion pese a que aun siguen esos pensamientos los reprendo en el nombre de Jesucristo y los llevo cautivo a la obediencia de Cristo. Gloria a Dios, le pido a Dios cada dia que me ayude y me de fuerzas, y que su Espiritu Santo me ayude soy Cristiano pero estuve un tiempo lejos del Señor, tengo 20 años. yo amo a Dios y me gusta escuchar la palabra aprender de ella, alabar a Dios. TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE ANIMO QUE EL ENEMIGO VINO A ROBAR MATAR Y DESTRUIR, DECLARESE DE VICTORIA EN VICTORIA... AMEN!!!

Unknown dijo...

Animo y busca la paz del Señor Dios no es espiritu de duda ni de temor,sino de amor paz luz verdad. Sigue adelante, ora a Dios el conoce tus intenciones verdaderas y tu corazon Dios te bendiga

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Pero si ya pasaron más de 2 años ya no hay perdón, llevo 6 años con esto y mi vida espiritual cambio totalmente deje de orar decir Dios mío. Es algo que NUNCA pense cometer. Y eso me ha puesto en una depresión llamese crónica no la he tratado medicamente, no quiero. Tengo miedo, si. Tenes sueños y metas y esa lucha ese pecado te corta todo. Aveces hasta desaparer dan ganas porque a mi alrededor sufren las personas que desean ayudar pero No puede. Ahora veo los demás pecados tan sencillos. Leo leo y cada día es peor, parezco LOCA, mi sentir espiritual se apago, como que me arrebataron algo. Que dificil he visto esto tan feo,de niña decía que abortar era lo peor pero darme cuenta de esto y lo triste estar dentro del problema. Qué hacer? Porqué algunos tienen la fuerza de no hacerlo mentalmente, corazón, todo? Siento que fuí débil, como que con este versículo el rey de este mundo mata a cualquiera (muerte espiritual), él sabe muy bien que ya no teniendo eso esa vía no hay nada más que hacer. Han orado por mí, han intercedido. NADA. :(

Anónimo dijo...

la verdad lo explicas muy bien y a ti jenifer yo estoy igual que tu intenta tomar homeopatía sirve mucho para desbloquer a nivel de conciencia vas a ver que pronto ya no sentiremos todos estos miedos animo y pídele a Dios

Unknown dijo...

Dios puede ayudarnos a todos los que sufrimos con esto. El que persevere hasta el fin ese será salvo. Esperemos pacientemente que Dios oirå nuestro clamor y nos sacará del pozo de la desesperación. Pero nunca dejemos de orar. Eso es vital

Paola funez dijo...

Y si a la mente te biene anatema espiritu santo es el pecado imperdonable

Anónimo dijo...

Tengo miedo, es que un dia dije que Satan es dios y no sabia de esto . Ahora que lo recuerdo estoy muy mal y me estoy muy arrepentido, no quiero ser condenado. Yo quiero acercarme a una vida espiritual y quiero que dios me perdone por eso

Anónimo dijo...

No soy católica ni nada pero luego me empezó a interesar saber mas de Dios y Jesús pero un día vi en youtube un comentario que decía que Jesús no era su verdadero nombre que era Yeshua en hebreo y que dios significaba zeus que espíritu Santo quería decir algo sobre el maligno que no quiero ni escribir y buscando más encontré que espíritu Santo en su idioma real se debe de decir ruaj hakodesh entonces comencé a pensar que alguien había cambiado los nombres de Jesús Dios y espíritu Santo cuando pasaron las escrituras al español y se lo conté a mi hermana varias veces luego me enteré del pecado imperdonable que uno no debe de blasfemear al espíritu Santo. Pero cuando la gente decía espíritu Santo yo pensaba para mi están equivocados la verdadera palabra que se debe de usar es ruaj no espíritu Santo se entiende? Luego se lo escribí a alguien más los supuestos nombres cambiados entonces el me dijo que yo era una falsa pedicadora y quería hacer errar a los demás. Esa no era mi intención yo sólo quería saber que pensaba sobre eso si lo sabía o no es que no tengo a Nadie con quien hablar luego busque más y parece que espíritu Santo era ruaj y ruaj era espíritu Santo sólo que en otro idioma yo cometí blasfemia? Por favor contéstame alguien lloro todo el tiempo cada ves que me vienen pensamientos de esto y pienso que soy rea de juicio eterno ayuda

Sarah dijo...

Yo he tenido tantos pensamientos blasfemos en la mente, que a veces dudo de si realmente lo hice o no. Realmente no quiero. Y trato de evitarlo a toda costa. He pensado en el suicidio. Cuando oran por mí siento alivio. Pero cuando llegan los pensamientos malos, o les doy lugar pensando que no quiero pensar en eso, me siento tal indigna de Dios, tan lejos, que ya no se discernir si estoy perdida para siempre. Me aterroriza la idea de saber que iré una eternidad al lago de fuego. A veces daría todo lo que fuera por nunca haber nacido. Pero no hay peor tortura que tener dudas y nunca poder saber si lo hice o no.

Unknown dijo...

Que bueno saber que no soy la única, pero esto cambia nuestras mentes rotundamente :(

Unknown dijo...

He tenido ese pensamiento tan feo que cometí ese pecado y cada vez que voy orar me viene la mente unas palabras que dije de un predicador que estaba tirando la biblia en el suelo y decía a la gente que tratarán de pasar sobre el se reía y la gente al tratar de pasar se revolcaba en el piso mi hijo vio eso y yo le dije que eso no era de Dios,y el pregunto y los milagros que hacen yo le dije que eso milagros no los hacía Dios, bueno al tiempo estaba viendo un predica y hablaron de blasfemia y entonces empecé a llorar porque d cía que yo había cometido ese pecado al d cir eso, luego ví unos vídeos de ese predicador que otro el hermano estába denunciando a ese predicador como falso apostata,por estaba diciendo muchas heregias con decirle que que dijo que había olido la sangré de Cristo y olía a menstruación de las mujere s y muchas otras heregias, bueno el caso es que me diagnosticaron Toc me llevaron a un siquiatra, mis hijos no quieren que lea la biblia no ore, yo no he dejado de orar ni de leer la biblia eso me trae paz aunque siempre ha veces paso horas orando y leyendo la biblia pido consejos