martes, 2 de febrero de 2010

Cómo meditar en la Palabra de Dios

La palabra ‘meditación’ se halla muy de moda estos días. Todo el mundo está abocado a meditar. Un montón de páginas de internert sobre productividad dicen que si te sientes “quemado”, "oh pues ve y toma un intermedio en meditación." Algunos dicen que meditar puede de hecho prolongar la existencia. Meditar no es exclusivo de monjes tibetanos envueltos en grandes mantos. No, todo el mundo ama la meditación.

La verdad es que la Biblia sí que es grande en eso de la meditación. Salmo 1:2 dice “... se deleita en la ley de Jehová, y medita en ella día y noche.” ¿Qué es meditar con exactitud? Según la cultura, meditación es relajación de la mente a punto tal que poco o ningún pensamiento se presenta. Pero de acuerdo a la Escritura, meditación es enfocar la mente de manera tal que surgen múltiples pensamientos profundos.

El objetivo de la meditación secular es vaciar la mente. El objetivo de la santa meditación es llenar la mente con la verdad de Dios. En definición sucinta: meditación santa es la práctica de llenar la mente con la palabra de Dios con el propósito de aplicar Su palabra.

Así pues, ¿cómo meditar en la Palabra de Dios? ¿Cómo desarrollarlo en la práctica? He aquí algunas sugerencias.

Medita en oración. Cuando leemos la Biblia, no estamos sólo leyendo -estamos leyendo la sacra palabra de Dios. La Biblia son las palabras mismas de Dios, concedidas a nosotros para que sepamos, amemos y obedezcamos. Esto significa que no podremos entender la Biblia si separamos la lectura del poder iluminador del espíritu de Dios. Hemos de permitir que Dios abra nuestros ojos para entender y aplicar las gloriosas verdades que leemos. Apartados del espíritu de Dios, nuestros tiempos de lectura serán estériles, secos, sin fruto. Antes de leer la palabra de Dos, ora que Dios te conceda entendimiento.

Medita en quietud. Es difícil pensar en profundo, concentradamente, en un pasaje de la Escritura, si nos rodeamos de distracciones. Si bien es cierto que puede no ser el caso, la mayoría necesitamos que nuestras meditaciones efectivas ocurran en lugares tranquilos. Si pretendes meditar en la Escritura en medio de la cafetería, te engañas a ti mismo. Para mí, el tiempo más efectivo de meditación son las horas quietas de las mañanas, antes de empezar el día. Salmo 131:2 dice “en verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.” La meditación efectiva ocurre en la quietud.

Medita vocalmente. Estar en un lugar quieto no significa estar quietos. Dios nos habla cuando leemos la Escritura y a menudo es apropiado responder vocalmente a los requerimientos de Dios. Por ejemplo, 1 Tesalonicenses 5:16-18, dice “regocijaos en el Señor siempre, orad sin cesar, dar gracias en toda circunstancia; porque esta es la voluntad de Dios en Jesucristo para ustedes.” Al leerlo, quiero responder con todas mis fuerzas y en voz alta con regocijo, oración y acciones de gracias. La Escritura no es un árido libro de texto, es la viva Palabra de Dios. Hemos de interactuar con ella, responder a sus mandatos, regocijarnos en sus promesas, y deleitarnos en sus revelaciones.

Medita con un bolígrafo y papel en mano. Oí esto primero de J.Piper, quien dijo lo siguiente: “un pastor será incapaz de alimentar su rebaño con pensamientos ricos y profundos de la Palabra de Dios, si no es un pensador disciplinado. Ninguno de nosotros es así por naturaleza. Hemos de entrenarnos para hacerlo. Y una de las mejores formas de auto-entrenarse para pensar en lo que leemos es con una pluma en la mano y escribir el tren de pensamiento que viene a la mente. Sin esto, simplemente no podremos sostener una secuencia de preguntas y respuestas suficientemente larga que nos permita alcanzar conclusiones penetrantes.”

La práctica de escribir mis pensamientos a medida que leo mi Biblia ha tenido efectos transformadores en mi devoción. Escribir me forza a pensar cada verso, a buscar la lógica de cada pasaje. Me ayuda a combatir distracciones y enfocar mi atención en las palabras que están frente a mí. Así que ve, obtén tu cuaderno de notas (Moleskine) y empieza a escribir a medida que leas.

Dos preguntas:

* ¿ Qué te ayuda a meditar en la Palabra de Dios?

* ¿Qué beneficios has obtenido al meditar en la Palabra de Dios?

Stephen Altrogge. http://allsufficientgrace.wordpress.com/2010/01/21/how-to-meditate-on-gods-word/

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