miércoles, 2 de junio de 2010

Meditación del 2 de Junio

"Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración" (Romanos 12:12).


El gozo del alma, traído por la fe en Dios, es de singular ayuda para soportar con espíritu compuesto las aflicciones.

Nos permite resolver con más prontitud los problemas.

Notemos el orden: primero gozo, luego paciencia o espíritu calmado en los problemas -fortaleza espiritual-, y después manos al deber. "Ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre" (Hechos 5:41).

Cuando el sol está afuera las estrellas no se ven del mismo modo; cuando el gozo reina en el corazón del creyente, la oscuridad desaparece y los problemas se ven pequeños, su peso disminuye en el corazón. ¿Qué es gozo? El estado quieto y reposado del alma creyente, que surge como fruto de disfrutar un claro sentido del amor de Cristo.

¿Cómo obtener este gozo y sus beneficios?


El hombre sabio proclama "Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida" (
Eclesiastés 3:12). Nuestra otra labor es mantenernos ocupados haciendo bien.

¿Qué es hacer bien? Obedecer la verdad o actuar de acuerdo a la voluntad de Dios revelada en la escritura. La Biblia nos ayudará a distinguir lo bueno de lo malo y será una segura guía para dirigir nuestra siembra espiritual; que el testimonio sea tal que se pueda decir de uno: "anduvo haciendo bien a todos" (Hechos 10:38).

Hacer el bien es amar a Dios, buscar el bien del prójimo, gobernar nuestros apetitos y deseos, creer en Cristo y vivir una vida de acuerdo a Su Santa Palabra cumpliendo los deberes que pertenecen a nuestro status como evangélicos.


Para hacer el bien se requiere tener el poder espiritual para hacerlo, y hacerlo con gozo. Lo primero es adorar a Dios, acercar tu propia alma a la fuente de vida y poder: "Que no defrauden, sino que demuestren toda buena fe para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tito 2:10). En lo externo es un bien para ti mismo ser diligente en tu empleo. Es bueno y de beneficio a la sociedad que seas responsable con tus deberes y compromisos.

Esto es, que la manera del diario vivir en tu empleo, negocio o profesión te dirá si verdaderamente estás haciendo bien a tu alma.


Hay una senda por delante por recorrer, viajeros, corredores en la carrera por la vida. La competencia se inició, te esperan peligros y enemigos a tu alma, tu éxito dependerá de tu gozo, porque las fuerzas para mantenerte firme, no flaquear y vencer, es tener tu corazón gozoso.

Recuerda que el premio es sólo a los que terminan bien la carrera. Procura no ser como el fuego de Santelmo, que de lejos parece fuego, pero cuando uno se acerca y lo toca está frío.

Que desde este mismo instante hagas el inquebrantable compromiso en gracia de procurar el gozo del Señor.

Amén.

P.Oscar Arocha, www.ibgracia.org

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