Los puitanos fueron capaces de hacer distinciones finas para diagnosticar la raíz causal de los problemas. El sermón de Baxter "¿Cuál es la mejor manera de conservarse en contra de la melancolía y la preocupación excesiva?" [What are the Best Preservatives against Melancholy and Overmuch Sorrow?] discierne cuatro causas posibles de depresión (pecado, fisiología, temperamento, actividad demoníaca) en una diversidad de inter relaciones.
Baxter enumera una lista de pecados que alimentan la depresión.
Primero señala inclinaciones pecaminosas ocultas como terreno para la misma: impaciencia, descontento, demasiado amor por el mundo material, egoísmo, desconfianza en Dios, falta de sumisión real a la soberana voluntad divina. Concluye que cualquier culpa sobre la voluntad pecaminosa (por ejemplo una mala conciencia) es causa de depresión.
Pero distingue cuidadosamente entre causas físicas y espirituales de un problema:
"en muchos sucede que una gran parte de la causa se debe a mal temperamento, debilidad, enfermedades del cuerpo -el alma se ve grandemente incapacitada por ello- pero cuando surge de tales necesidades físicas, puede verse que la pecaminosidad es menor y menos peligrosa al alma, no deja de ser un problema, pero es menor".
Luego Baxter señala algunas causas específicas del "excesivo afán" que se manifiesta como depresión. Incluye "dolor extremo, que el cuerpo es incapaz de soportar"; debilitamiento de las capacidades mentales (como la decadencia mental de personas muy ancianas); y "cuando el cerebro y la imaginación enloquecen" por otras razones corporales.
Demuestra balance notable. Baxter reconoce que algunas depresiones no se derivan de pecado o de fallas para manejar la vida de acuerdo a como Dios dice (de hecho, al final de su sermón sobre la depresión provee direcciones para el cuidado de la salud!).
Pero por otra parte reconoce lo complejo de la relación entre lo físico y lo espiritual.
En la cita mencionada dice que si la afección es de origen físico "será menos dañina o peligrosa al alma".
Hay grados de pecaminosidad y de responsabilidad. En algunos casos, cuando el dolor de una persona es moderado, su tristeza pudiera deberse a rechazar confiar en Dios. Pero si el dolor es violento e insoportable, el cuadro de histeria tendría poco pecado involucrado.
Esto es muy instructivo. La investigación moderna ha encontrado bases fisiológicas para todo, desde adicciones hasta esquizofrenia hasta el egoísmo. Por un lado existe el peligro de que los consejeros bíblicos ignoren esta información e insistan que virtualmente todo problema deriva completamente de pecados deliberados. Pero por otra parte hemos de resistir la creciente tendencia a nombrar cada problema como "enfermedad", sobre la cual el paciente no tiene control y tampoco responsabilidad.
Pero Baxter no ha terminado.
Expone otras dos raíces como causa de depresión, "esta complicada enfermedad del alma". Temperamento es un factor. Algunos exhiben un "temperamento natural" timorato y apasionado, que si bien no es la causa primaria puede considerarse como inclinación a la tristeza. Agrava el "excesivo afán" y ciertamente produce que las personas sean más proclives al mal que otras.
Además, enfoca su atención en la actividad satánica como causa de depresión. "Debo señalar que la persona melancólica es sincera, a punto tal que el conocimiento de causa de la actividad satánica sería más de consuelo que de tristeza". Ciertamente el diablo posee las almas de impíos, pero también es verdad que intenta aciones frecuentes contra los santos.
Estas acciones pueden incluir enfermedades del cuerpo (pone a Job como ejemplo) y también tentaciones que inyectan corrientes de pensamientos pecaminosos y blasfemos en la mente.
Baxter señala con todo cuidado que Satanás "no puede hacer lo que desea contra nosotros, pero que nosotros le otorgamos ventaja para hacerlo. No puede romper nuestra puerta, pero entrará si la dejamos abierta. Puede tentar fácilmente a una persona ...tranquila a la pereza, ...una colérica hacia la ira, ... una sanguínea hacia la lujuria..."
Es importante darse cuenta que Baxter no busca trabajar pastoralmente sobre Satanás en forma directa, dirigiéndose a él autoritativa y directamente, comandándole, como algunos hacen hoy en día. En lugar de ello, el puritano busca "cerrar la puerta" que hemos dejado abierta al diablo. "La mayoría de las acciones diabólicas sobre el alma tienen a Satanás como padre y nuestro propio corazón como madre."
Baxter lucha contra la actividad satánica permitiendo que la persona atormentada no se sienta culpable por sus pecaminosos pensamientos e imaginación (los cuales provienen de Satanás), siempre y cuando tal persona no actúe en pos de ellos.
Intriga el balance provisto por Baxter. No cree que la actividad satánica deba ignorarse en el diagnóstico y tratamiento. De hecho consuela a la persona afligida al mostrarle la mano de Satanás en sus problemas. Confronta la actividad demoníaca con oración ferviente y estimula al creyente a usar la autoridad que posee en contra de conflictos espirituales. Muestra al creyente cómo eliminar los "agarres" que ha otorgado a Satanás (como amargura, por ejemplo, ver Efesios 4:27; 2Corintios 2:10,11).
Sin embargo, el puritano no califica la "posesión demoníaca" como la causa principal de cualquier problema cristiano.
Otro autor, Lovelace, desglosa el enfoque puritano cuando escribe que "el remedio ordinario pudiera no ser exorcismo sino consolación en la plenitud de Cristo, incluyendo mejor entendimiento de nuestra autoridad contra agentes demoníacos y fortaleciendo nuestra resistencia contra ellos en áreas débiles de nuestra personalidad."
El balance de los puritanos en el conocimiento de las raíces de problemas personales no se replica en la práctica pastoral de los evangélicos modernos. Los consejeros de hoy tienden a "especializarse" en alguno de los factores descritos por Baxter.
Algunos delimitan el pecado personale como causa de casi todos los problemas.
Otros han construído un método de consejería basado en el análisis de "temperamentos transformados".
Otros más han desarrollado "ministerios de liberación" donde analizan problemas personales básicamente en términos de actividad demoníaca.
Y por supuesto, algunos evangélicos han adoptado por entero el "modelo médico" de enfermedad mental, removiendo todo concepto de "culpa moral" del paciente, quien no necesita arrepentimiento sino el tratamiento de un médico.
Pero Baxter despliega ante nosotros una apertura objetiva para el descubrimiento de cualquiera de estos factores en el diagnóstico y nos muestra que de hecho todos son factores esperables, usualmente presentes. Cualquiera de ellos podría ser principal, con el cual hay qué lidiar primero para luego combatir los demás.
Vemos pues la sofisticación del enfoque Puritano como médicos del alma.
Es verdad que a veces hacen más distinciones de la cuenta (cualquier lector de un sermón puritano de 14 puntos podría reducirlos a tres o cuatro encabezados!). Pero por desgracia para los consejeros bíblicos de hoy, a menudo se nos acusa correctamente de ser simplistas.
Hemos de aprender de los cuidadosos métodos diagnósticos de estos padres de la fe.
Tim Keller. CCEF http://www.ccef.org/puritan-resources-biblical-counseling
Tim Keller is pastor of Redeemer Presbyterian Church in New York City.
This article appeared in The Journal of Pastoral Practice Volume 9, Number 3, 1988.
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