jueves, 15 de abril de 2010

Su historia debe ser contada




En el ano 1872 nació en Escocia John Harper, en el seno de una familia cristiana. A los 13 anos entregó su vida al Señor, como resultado de haber sido impacto por Juan 3:16. A los 18 años, una pasión por la cruz lo consumió a tal punto que ganar almas se convirtió en la pasión de su vida. Esta pasión era tal que solía decir a Dios en oración: "Señor, Dame almas o muero".
A los 32 años, tuvo un encuentro cercano con la muerte, cuando casi se ahogó en el mediterráneo (una de las 3 veces en las que casi se ahoga), pero ante la cual dijo: "no le temo a la muerte, pues creo que la muerte súbita, súbitamente me llevará a gloria".
En el año1911, Harper fue invitado a Chicago, a Moody Memorial Church a predicar por 3 meses en un periodo de avivamiento. Luego de esos 3 meses, regresó a Escocia, a su iglesia. Pero en Abril del 1912, fue invitado nuevamente a predicar allá. Y mientras se preparaba para su viaje, un miembro de su iglesia le pidió que no fuera, pues mientras oraba, tuvo un mal presentimiento de que algo pasaría, a lo que el replicó que creía que Dios tenia un propósito con este viaje.

Providencialmente hubo un cambio en la agenda de su viaje. Este estaba supuesto a abordar en el barco "Lusitania", pero debido al cambio en la agenda del viaje, subió al barco "Titanic". Conocemos la historia. Un 15 DE ABRIL DEL 1912, El Titanic se estrelló contra un iceberg y el resto es historia. El barco comenzó a hundirse. Ante tal situación Harper clamaba: "mujeres, niños e inconversos primero", algo que no solo dijo, sino que también hizo al ceder su puesto en un bote a un inconverso.
Cuando estaba en el agua helada, peleando por su vida al igual que cientos, aferrado a un trozo de madera, le predicó a todo el que pudo. A un hombre en particular le dijo: "¿Eres Salvo?". El señor le dijo que no. Harper comenzó a predicarle con pasión. Por alguna circunstancia, el movimiento del agua los separó, pero más adelante los volvió a juntar. Harper le preguntó otra vez: "¿Eres ya salvo?". El señor le dijo que no. Harper comenzó a predicarle con pasión nuevamente.

Por alguna razón, Harper resbalo del trozo de madera donde estaba, cayo en el agua y se hundió, de donde no volvió a salir. Lo curioso del caso es que Harper apareció en la lista de los que no se habían salvado, aunque sabemos que aquella muerte súbita lo llevo súbitamente a estar con Cristo.

Pero la historia no termina ahí. Aquel hombre a quien Harper predicó fue rescatado y confesó a Cristo como su Salvador y Señor. Fue posiblemente la ultima alma ganada por Harper, o yo diría, por Dios a través de Harper.
Cuando leí esa historia esta mañana, lagrimas brotaron de mis ojos y mi sincera oración a Dios fue: Señor, prefiero perder la vida antes que desperdiciarla. Concédeme consumirme y gastarme en ganar almas para Cristo. Concédeme perder mi vida por causa de Cristo y del evangelio.

Dios les bendiga, PJJP

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