miércoles, 7 de abril de 2010

Grupo de la mansedumbre

Fragmento del estudio en Los Platanitos, para jovencitos, sobre El Fruto del Espíritu y sus Características.

Templanza significa 'dominio propio' (el significado viene de la palabra griega que Pablo usa en Gálatas 5:22). Es decir que el fruto del Espíritu (el cristiano de verdad), se caracteriza porque sus emociones (cualquiera de ellas) no le gobiernan, sino que él las gobierna.
La palabra que en español traducimos como 'paciencia' puede provenir de dos palabras griegas diferentes (makrothumia y jupomone).
Una de ellas se refiere a la perseverancia en seguir adelante (haciendo la voluntad de Dios) cuando las circunstancias son desagradables (que cansan o duelen). Por ejemplo, en Romanos 5:3-4.
La otra palabra se refiere al dominio propio y al amor que se tiene cuando alguien peca en contra de uno y uno no responde con venganza (sea ésta violenta o pasiva); por ejemplo, Mateo 18:29; Lucas 21:19.

¿Por qué la mansedumbre necesita de la templanza y de la paciencia?
Si substituimos cada palabra por lo que significa entonces veremos la razón: para tratar a los demás con amor y respeto, es necesario que una persona pueda dominar sus propios sentimientos y deseos, y es necesario que pueda amar incluso cuando le han hecho daño.
Además, para uno poder ser humilde es necesario que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios en todo momento.

¿Importancia práctica de todo esto?
(1) Como hijos de Dios, no podemos dejar que nuestras emociones nos gobiernen. Quiere decir que mi razón, apoyada en las enseñanzas de la Biblia, debe gobernar lo que yo amo, lo que yo odio, mi tristeza, mi alegría, mi aburrimiento, mis deleites, mis disgustos, mi ira... Todas, todas mis emociones.

(2) Como hijos de Dios, vivamos en santidad sin importar las circunstancias. Quiere decir que, pase lo que pase, sea por obra directa de la providencia o porque alguien hizo algo, nosotros buscaremos agradar a Dios siguiendo Sus caminos. ¡No somos veletas!

(3) En particular, como hijos de Dios no nos vengaremos. Dios nos manda a dejar en Sus manos la venganza (recuerda: El es quien defiende y juzga sobre los mansos), sea física como un golpe, emocional como cualquier maniobra para hacer sentir mal a otros, mental como malos pensamientos y deseos de que le pase algo malo a la otra persona. ¡Estamos llamados a santidad!

(4) Como hijos de Dios, trabajaremos en ser humildes. Lo haremos recordando que Dios siempre es todopoderoso, sabio, totalmente santo, increíblemente misericordioso, justo, amoroso, con humor, perdonador... y que nosotros no somos así. Y recordaremos que, si los demás son malos, nosotros no somos mejores que ellos. ¡Sólo Dios es bueno!

(5) Finalmente, como hijos de Dios nos ocuparemos en el corazón. En otras palabras, no trataremos de comportarnos de cierta manera porque "así es como debe verse un cristiano", sino que trataremos de ser de cierta manera porque así es como es un hijo de Dios. Trabajaremos de adentro hacia afuera, del corazón hacia la conducta, y que Dios nos ayude.
Persio David.

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