"Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre" (Salmo 100:4).
Un mismo servicio, dependiendo quien lo haga, así mismo se denominará.
Si lo hace un siervo lo llamaremos servicio, si es un hijo será obediencia y si es un amigo será amabilidad.
Si lo que hacemos para Dios nace de nuestro sentido de Su excelencia y gloria, entonces le glorificaremos. Pero si lo hacemos por la cantidad de favores con que nos ha beneficiado, entonces es acción de gracias o agradecimiento. Las Escrituras hacen esta distinción: "Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias" (Romanos 1:21).
La acción de gracias es un libre reconocimiento a Dios de la gloria de Su bondad, con el fin de glorificarle y testificar nuestro amor a El. Está relacionada a algo que hemos recibido. Nace cuando el individuo comienza a considerar consigo mismo lo que ha recibido de Dios, y sobre esa consideración regresa a Dios en gratitud, eso es acción de gracias. David, por ejemplo: "¿Que daré a Jehová por todas sus bendiciones para conmigo?" (Salmo 116:12).
La propiedad esencial de la acción de gracias a Dios es que sea libre, espontánea, en la persona agradecida. En asuntos de dar gracias, hacerlo de libre corazón es más importante que lo que usemos para expresar gratitud. y en otro lugar el dulce cantor de Israel agrega: "Y ahora, oh Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre. Porque, ¿quién soy yo, y qué es mi pueblo, para que podamos ofrecer espontáneamente cosas como estas, siendo todo tuyo, y que de lo que hemos recibido de tu mano, te damos?" (1Crónicas 29:13-14).
Nótese que refiere ambas cosas, el bien material y la espontaneidad.
La sustancia de la acción de gracias es dar gloria a Dios. El mismo lo enseña y lo manda así en Su Palabra: "Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer la carne de los toros? ¿He de beber la sangre de los machos cabrios? ¡Sacrifica a Dios acciones de gracias! ¡Paga tus votos al Altísimo! Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me glorificarás" (Salmo 50:12-15).
Si alguno te invita a comer, reciprocas el agradecimiento invitándole también. Con Dios no es así, para reciprocarle simplemente demos gracias de corazón en reconocimiento de Su gloria: que todo es de El y que El te lo dio.
Entiende, pues, que si amas a Dios y eres de El, podrá haber ocasión donde la gloria de Dios requiera tu salud, u honra, empleo o cualquier otra cosa. Será amor dejar que El tenga nuevamente lo que es Suyo, como mandó Cristo a Sus mensajeros: "Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y cuando entréis en ella, hallareis atado un borriquillo, en el cual ningún hombre ha montado jamás. Desatadlo y traedlo. Si alguien os pregunta: "¿Por que lo desatáis?", le responderéis así: Porque el Señor lo necesita" (Lucas 19:29-31).
Esfuérzate en dar acciones de gracias, no solo es provechoso para ti sino también deleitoso a tu alma. Ser agradecido para con Dios es altamente beneficioso: "Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús" (Filipenses 4:6-7).
Dar acciones de gracias es la forma de obtener más porque convierte las piedras en oro, ingratitud es la vía para perderlo.
Amén.
P.Oscar Arocha; www.ibgracia.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario