jueves, 19 de agosto de 2010

Adolescentes.6

PECADO Y COMUNICACION

Comunicarse con adolescentes a menudo implica reglas, correcciones y disciplina. Reglas se refiere a expectativas, lo que está permitido y lo que no.

Corrección es cuando señalamos alguna falla para mantener las reglas.

Disciplina es asegurar el pago de las consecuencias por no mantener las reglas.


Todo esto es excelente. Necesitamos que existan reglas, correcciones y disciplina en nuestras familias. Pero hay otras dimensiones de la comunicación que también son necesarias para involucrarnos con adolescentes.

Necesitan aliento. Cuando caen, necesitan saber que Dios es misericordioso con el pecador. Volverlos hacia Dios, no alejarlos de él.

Necesitan saber que Dios está cerca del quebrantado de corazón y salva a los de espíritu quebrantado.

Necesitan el estímulo de saber que donde hayan fallado en el pasado ahora pueden conocer gracia y ayuda y fortaleza.

Necesitan corrección. Algunas veces tenemos que bajar la plomada de la Escritura y decir “esta es la vertical. Esto es lo que Dios dice es correcto. Y en este momento tú no estás siendo vertical. Necesitas ser devuelto en coherencia con la posición de Dios.” Nuestros hijos necesitan la función correctora de la Palabra de Dios.


Algunas veces ameritan reprensión.

“Jovencito, hay límites de lenguaje en esta familia, uno no desea la muerte de nadie, mucho menos de su hermano o hermana. Es malo, malvado y reprensible incluso pensarlo!”

Ahora bien, no puedes pasarte la vida reprendiendo, llegará un momento que perderás significado. Pablo expresa que “amonestéis a los ociosos, alentéis a los de poco ánimo, sostengáis a los débiles, pacientes para con todo” (1 Tesalonicences 5:14).

Observa que cada condición requiere un estilo de comunicación diferente:

El ocioso requiere advertencia.

El tímido requiere aliento.

El débil requiere ayuda

Si ayudas al ocioso, lo inflas en su ociosidad. Necesita amonestación.

Si amonestas al tímido, lo desbaratas. Necesita ser alentado.


Tenemos que discernir las necesidades de comunicación del momento. ¿Necesita corrección? ¿Amonestación? ¿Estímulo? Procura no ser culpable de monologizar o tener una sola forma de hablar con tus hijos.

Algunas veces necesitan advertencias. Necesitan súplicas y clamores pero no de un pedigüeño sino los ruegos y el clamor de una padre que entiende la intensidad del momento y desnuda su alma, suplicando a sus hijos que anden en caminos de sabiduría.


Cuando eran jovencitos, rogué a mis hijos y les advertí sobre los peligros de la pornografía porque sabía que eventualmente serían confrontados con ello. Quise que tuvieran las convicciones en su lugar antes de que ocurriera el hecho.

¿Qué pasó? Uno de nuestros hijos, Aarón, se convirtió en cruzado contra la pornografía. Incluso dentro del colegio cristiano, los varones veían basura en sus televisores y vídeos. Aarón les reprendía y se iba. La Escritura dice “Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:11).

Si hubieran más cristianos reprendiendo las obras sin fruto de las tinieblas, quizás los malvados no presumirían tan abiertamente como lo hacen en nuestra cultura.


Aarón se casó con Danielle, su amiga de iglesia de muchos años. Antes de la boda, las damas de la iglesia organizaron una fiesta donde Aarón hizo acto presencial al final. Una de ellas -emocionada- le dijo a la novia que abrazara su futuro esposo. Ella respondió que no podía. No podía porque ambos habían hecho pacto de no abrazarse sino hasta después de casados. Entendían el funcionamiento de sus cuerpos y no querían ser arrastrados. Así que decidieron no abrazarse. Nosotros dimos gracias que hubieran hecho esa clase de pactos.


Nuestros hijos necesitan instrucción. Las jóvenes visten de modo inmodesto incluso en iglesias cristianas, mostrando mucho más de lo que debieran. Las adolescentes creen que a los muchachos les gusta cuando lucen seductoras. No se dan cuenta que la atención que obtienen es degradante, no de admiración. Las jóvenes necesitan ser instruidas de cómo funcionan los varones. Los jóvenes necesitan instrucción sobre las chicas.

Necesitamos enseñar a unos y otros los caminos y la verdad de Dios.

Necesitamos orar por ellos y con ellos.


Tedd Tripp is Senior Pastor of Grace Fellowship Church in Hazleton, Pennsylvania.

This article appeared in Journal of Biblical Counseling, Volume 23 Number 3, Summer 2005.

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http://www.ccef.org/communicate-teens

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