"Juan no describe 'el mundo' y 'todo lo que está en el mundo' primariamente en términos de 'cosas' ni aun de 'hechos', sino en términos de afectos y actitudes del corazón.
Esto puede observarse en al menos dos maneras. Primero, la prohibición de Juan está dirigida al corazón, no hacia un objeto o actividad en particular. Él no dice: 'No toques esto o aquello', ni 'no bebas tal o cual cosa, ni 'no escuches tal o cual cosa.' La palabra griega traducida 'amor' se refiere a una actitud, afecto o inclinación del corazón. Segundo, la descripción que Juan da-'las cosas que están en el mundo' no se refiere a objetos materiales o actividades humanas per se, sino a la manera en que vemos tales objetos o actividades. El problema real no son los cines, las guitarras eléctricas, los autos deportivos, bailar, beber cerveza, fumar cigarros o jugar a las cartas. El verdadero culpable es el corazón del hombre: 'Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo' (énfasis añadido). Esto no niega que la mundanalidad se manifiesta por medio de una conducta 'mundana'. El v.17 implica que la conducta es un componente del amor al mundo. Pero Juan se concentra en la esencia de la mundanalidad y la define primariamente como un asunto del corazón."
- Robert Gonzales
lunes, 25 de enero de 2010
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