lunes, 7 de diciembre de 2009

Señores del sábado

Para mantener su superioridad moral, los fariseos decidieron enfatizar la parte de la ley de Dios que se acomodaba a su inclinación natural.
Originalmente, se apartó el séptimo día para conmemorar la creación del mundo por parte de Dios, y para celebrar Su provisión. Dios hizo la tierra y la llenó con todo lo que el hombre necesitaría. El día séptimo cesó toda actividad; de hecho, la palabra "sábado" se basa en una palabra hebrea que significa "cesar". Dios hizo una pausa para declarar bueno y perfecto lo que El había creado.

El sábado conmemoraba también el pacto que Dios estableció con la nación de Israel cuando les dio la Tierra Prometida. Era día de celebración y de cantos, un tiempo familiar para deleitarse en Dios y para estrechar lazos. Su respiro del penoso trabajo diario les daba oportunidad de celebrar la provisión y protección divina.
Pero algo curioso sucedió cuando los ejércitos de Babilonia destruyeron el templo en el año 586 AC y llevaron cautivo al pueblo judío. Al ser despojados de todo cuanto les hacía característicamente judíos, buscaron apoyo en la ley de Moisés para recuperar su identidad nacional y mantenerse unidos como pueblo.
El exilio dio nacimiento al fariseísmo, el cual hizo del legalismo el valor esencial del judaísmo y de la identidad judía.

En el tiempo de Jesús, los fariseos habían transformado al día sábado en algo muy diferente a lo que Dios había ordenado. Al sencillo mandamiento de "descansar", los fariseos añadieron una larga lista de prohibiciones específicas. Y, por si acaso habían omitido algo, crearon 39 categorías de actividades prohibidas para ese día.
No se podía: llevar cargas, prender un fuego, apagar un fuego, terminar algún trabajo, escribir, borrar, cocinar, lavar, coser, rasgar, anudar, desatar, darle forma a algo, arar, plantar, cosechar, trillar, aventar, escoger, cernir, moler, amasar, alisar, hilar, teñir, hacer punto atrás, tejer, bordar, desenredar, construir, demoler, cazar animales con trampas, esquilar, matar ganado, despellejar, curtir pieles, pulir objetos y hacer marcas.

¡Cuán irónico que el "descanso" fuera una carga tan pesada!

JESUS. La vida más grande de todas.
Ch Swindoll, pp.100

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