“Oro de los tontos: piedra muy similar al oro en su color, que con facilidad engañaba a los aprendices de mineros por su apariencia brillante.”
En The Distinguishing Marks of a Work of the Spirit of God (1741) [Las Marcas Distintivas de la Obra del Espíritu de Dios], Jonathan Edwards deriva de 1 Juan 4 los indicadores bíblicos de cuándo Dios obra, incluso si las personas involucradas complican la obra con sus propios pecados y excentricidades. El verdadero oro de la gracia es discernible en estos cuatro caminos:
Uno, cuando aumenta nuestra estima de Jesús, de manera que le valoramos por encima de cualquier otra cosa en este mundo, Dios está obrando.
Dos, cuando nos alejamos de los intereses de Satanás, nos alejamos del pecado y de los deseos mundanos, Dios está obrando.
Tres, cuando vivimos creyendo, reverenciando y devorando más la Biblia, Dios está obrando.
Cuatro, cuando amamos a Jesús y nos amamos unos a otros, Dios está obrando.
Satanás, además de que nunca produce tales cosas, simplemente es incapaz de producirlas, en sí mismas tan opuestas a su naturaleza y propósitos. Estas cosas son signos seguros de que Dios obra, aún con las imperfecciones que inevitablemente introducimos.
No te alejes por causa del oro falso; valora el oro real. Es Dios quien lo da.
Ray Ortlund. http://thegospelcoalition.org/blogs/rayortlund/2009/12/09/fools-gold/
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