domingo, 20 de diciembre de 2009

III. Fe saludable: la relevancia de Cristo

Buscar sentido a la vida implica aprender a ver los problemas humanos a la luz de las misericordias y el poder de Cristo. Su amor es ingenuo, paciente, efectivo. El pretende que conozcamos nuestra necesidad y le hallemos a El como la verdad. Así, también creceremos en ingenuidad, paciencia y efectividad, en amor por otros que luchan.

Las persuasivas voces de la modernidad tienen otra visión. Los diagnósticos de moda disminuyen los problemas y hacen que las soluciones parezcan fáciles. Explican problemas en términos de genética + medio ambiente + cierto giro en la dirección de cómo nos hablamos a nosotros mismos. Luce tan atractivo: la medicación correcta, la apropiada selección de amigos y las afirmaciones adecuadas para elevar la autoestima nos permitirán corregir cualquier síndrome. El Salvador del mundo no tiene parte en el asunto porque estar separados de Dios no forma parte del problema.

Hay un abismo no pequeño entre ambas posiciones: etiquetas cuasi-médicas y enseñanzas bíblicas directas. Un abismo enorme entre soluciones terapéuticas y el amor sacrificial. ¿Por qué? Porque es muy duro enfrentar la realidad. Jesús nos llama a cambiar el corazón.

HECHOS SON HECHOS -pero, ¿qué significan?

Observa que nadie disputa los hechos. Uno es narcisista, intemperante, bebe mucho y es adicto a pornografía: intenta controlar su mundo porque cree que es su mundo. Aquella es anoréxica, trabaja sin cesar, se mira al espejo cada vez que puede: demanda perfección en sus propios términos.

¿Cómo interpretar los hechos? ¿Qué significan estos problemas? ¿Por qué las personas arruinan sus vidas? ¿”Sufren” o “tienen” alguna condición o enfermedad que las etiquetas nombran correctamente? ¿O “hacen” cosas desordenadas por razones confusas en extremo? ¿Mantienen estilos de vida que Dios nombra correctamente?

En otras palabras, ¿es la explicación final que algo malo nos está sucediendo? ¿O que es algo malo inherente a nosotros? La segunda es la explicación de Dios, y El tiene la última palabra. La interpretación divina señala en concreto el problema del pecado, entronizado en los detalles de la vida y sus problemas de cada quien.

Es crucial entender al pecado. Muchos piensan que al identificar algo como “pecado” significa que la persona escogió a conciencia hacer algo malo. Tal persona tenía el poder para decir No. Pero la Biblia enfoca el pecado desde la dirección opuesta. Hacemos muchas cosas, equivocadas e hirientes, sin siquiera saber por qué. Mucho de lo que hacemos, pensamos y sentimos revela cuán ciegos, engañados, ebrios y zombies estamos, encallecidos, como bestias, caminantes de tinieblas. Sin poder para decir No.

¿Ves por qué necesitamos un Salvador que nos libre de nosotros mismos? El pecado nos torna más inconscientes (ciegos) e impulsivos (esclavizados). Yo soy lo que soy y hago lo que quiero, no importa si me autodestruyo y destruye mis relaciones. Aún más, el pecado es una ofensa e insulto interpersonal -primero a Dios. Dios ve al pecado tal como es, no como muchos, que creen en una simple lista de conductas atroces que hieren a otros. Es imposible verme a mí mismo sino hasta que Dios me hace darme cuenta de cómo luzco delante de El.

Y con todo, el pecado es el blanco de la gracia. Jesús vino a causa del pecado. Otorga misericordia y compasión a causa del pecado. El perdón sepulta al pecado.

La mayoría cree que la palabra “pecado” solo implica juicio, condenación, auto- justicia y exhortaciones morales para trabajar más duro. Esto es lo obvio. Pero Dios no es tan obvio. Dios perdona gentes que son injustas, y la auto-justicia es pecaminosidad. Cristo hace lo que ninguno de nosotros hace. La sangre de Cristo, Su justicia y resurrección nos libra de la culpa y castigo del pecado. El espíritu de Cristo nos libera progresivamente del poder del pecado. El regreso de Cristo nos librará de la presencia del pecado. En directo, Dios aplicará Su misericordia y poder, transformándonos a la imagen de Su gloria.

Argumentamos en contra de las falsas interpretaciones dadas a problemas y estilos de vida. No negamos el problema. Jesús vino por causa del problema.

ETIQUETAS CUASI-MEDICAS SON ETIQUETAS FALSAS

Reflexiona un poco más en estos verbos “sufrir de”, “tener”, “un caso de”. Usamos verbos pasivos para describir experiencias médicas reales. Uno sufre de cáncer o tiene una pierna rota. Ninguna de estas condiciones describe la conducta, tus motivaciones o tu estilo de vida.

Por supuesto que nuestro estilo de vida tiene que ver con problemas médicos: el tabaquismo produce cáncer de pulmón [entre otras cosas]. Bicicletear las montañas puede provocar fracturas. Pero fumar o andar en bicicleta son cosas que hacemos -igual que beber mucho, preocuparse más de la cuenta u obsesionarse frente al espejo. Y nadie dice que “tiene un síndrome de la bicicleta de montaña” o algo parecido.

Observa que nuestros primeros ejemplos [ver parte I] describen lo que hacemos, pensamos, reaccionamos emocionalmente o cómo nos relacionamos con otros. Y en cada ejemplo es obvio que Dios no entra en la ecuación.

La verdad es que simplemente vivimos. Por definición, el ser humano es un “verbo activo”, no un ente pasivo. Deseamos y tememos, amamos y creemos, hacemos y hablamos, actuamos y reaccionamos. Uno no “tiene un caso de determinado” estilo de vida. Uno no sufre de tal o cual etiqueta.

LO QUE HACEMOS AFECTA NUESTRAS RELACIONES

Las etiquetas no son privadas. Otras personas se preocupan, se sienten heridas o se enojan con ellas. Y la razón es que accesos de ira, escapismo, dietas extremas, alcoholismo, auto-recriminación persistente, inestabilidad, morosidad, ansiedad social, son fenómenos que amenazan nuestras relaciones de modo intrínseco. Por definición, tales cosas aíslan de Dios y de otras personas. No podemos vivir así y al mismo tiempo confiar en Dios y amar a la gente.

Hay cuatro maneras de estar devotamente auto absorto. Y todos se dan cuenta. Se preocupan por la ruptura de relaciones debida a nuestra auto preocupación, y tienen buenas razones para ello. Considera el contraste cuando existe un real problema médico: las personas se acercan, las familias están más juntas en amor.

Recuerda, “pecado” no es siempre maldad escogida a propósito. Más bien, el o los pecados expresan cuán dictatorial o desordenado se ha vuelto mi amor por aquello que amo. Cuando el núcleo de mi amor se aleja de Dios, ciegamente me atraerá otra cosa -cualesquier cosa. Y viviré con las consecuencias de mis egoístas selecciones.

Nombrar tu problema como “pecado” no significa que otros deban escarnecer, moralizar o condenarte, o de que debieras llenarte de recriminaciones y trabajar más duro. Jesús vino “para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). Misericordia y gracia específicas contra el pecado. O sea que al identificar cómo opera el pecado se abre la puerta para obrar la misericordia, la paciencia y el poder de Dios. La misericordia divina restaura todas las relaciones amenazadas, reconciliándonos con Dios y equipándonos para reconciliarnos con otros.

ETIQUETAS CUASI-MEDICAS SEPARAN ARTIFICIALMENTE

Etiquetar una persona crea distancia artificial. Debiéramos identificarnos, pero si tú estás enfermo y yo sano, artificialmente me distancio.

Es curioso. Una condición médica real crea una distancia objetiva experimental. Si tengo una pierna rota, pero mis amigos no, su experiencia y la mía son diferentes. Yo estoy enfermo, ellos no. Yo necesito de ellos. Ellos pueden ayudarme precisamente porque no tienen las piernas rotas!

Pero las etiquetas cuasi-médicas de lo que hago, pienso y siento crean distancia subjetiva artificial. Si yo lucho con ansiedad, irritabilidad, escapismo... tú también. Y también los demás. Pero si etiquetas mi lucha como “una enfermedad”, significa que tú eres normal pero yo no. Es una distancia artificial, porque ninguno de nosotros se aíra, tiene temor o busca placer de la manera exacta.

Quizás yo tenga un problema más grande que el tuyo, pero nuestras diferencias son de grado. Quizás me encuentre cautivo y ciego mientras que tú has crecido en sabiduría en alguna área de la vida. Esto es relevante pues podrías ayudarme. Pero al nivel más básico de la experiencia humana, ambos sabemos que tanto tú como yo tenemos las mismas tendencias y tentaciones generales.

ESTA HISTORIA CONTINUARA. <{{{{><


1 comentario:

Pedro Nelson Henr?quez Vel?squez dijo...

Saludos. No es un comentario profundo. 1.Me sorprende, que hoy, momento en el cual. se hace tanto caudal de enfermedades nerviosas, emocionales, tensionales,. y otras muchas...las personas no comenten, independientemente de sus convicciones propias...el comentar, deja pistas que pueden ser útiles a fin de disminuir y suavisar los sufrimienntos . 2:¿porqué tanta exclusión y distancia entre religiones? No creo equivocarme al afirmar, que en términos médicos, muchos procedimientos son valiosos, como el conocimiento y circulación de energías, los masajes, las hierbas volcánicas con poderes curativos, técnicas respitatorias, otras de descontaminación mental, prácticas sencillas pero útiles, como los baños de aire, que relajan sin usar químicos, las dietas livianas,caminar descalzo en tierra límpia, absorve excesos de energías, el considerar las chakras, como centros vitales de fuerza...lo bueno y sano que se puede reconocer de otras fuentes, creo, también ayuda. Es sólo una consideración, no un estudio, ni tésis. Gracias.-