El regreso del hijo pródigo. Rembrandt Harmensz van Rijn
La pintura denota enorme gracia por la ternura con que Rembrandt retrata a cada personaje. El hijo mayor, no despreciado, de pie a la derecha con dignidad y solemnidad. Entre el padre y el hijo mayor, uno de los sirvientes que ha facilitado esta escena extraordinaria. La mujer detrás de la columna, posiblemente la madre de los dos hijos; el perfil de una segunda mujer, más atrás, quizás la esposa del hijo mayor.
La inclusión de estas figuras, no mencionadas en la narrativa bíblica, nos recuerdan la humanidad de la parábola.
Rembrandt no solo leía la Biblia, participaba de ella, reconociéndose pecador en necesidad de redención. Se identificaba con los personajes que pintaba. Supo y pudo expresar como pocos, el significado de la gracia de Dios mediante Jesucristo.
Laurel Gasque. http://www.christianitytoday.com/ch/bytopic/literaturearts/theprodigalartist.html
Foto del Museo Hermitage
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