“Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala. A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (Stgo. 4:13-17).
Cuando Satanás cayó de su estado privilegiado, una de sus metas era deshacer lo que Dios había hecho. Fue por ello que se acercó a Adán y a Eva, pues quiso arrastrarlos a ese estado de rebelión. La manera en que lo hizo fue con mentira, haciéndoles creer que ellos serían como Dios, autónomos y arquitectos de sus propios destinos. Es increíble como después de miles de años el maligno sigue con la misma trampa y millones y millones de personas siguen cayendo en la misma trampa; mas aun, si somos francos y sinceros con nosotros mismos, tenemos que admitir que también nosotros que profesamos creer y amar a Dios, muchas veces caemos en esta misma trampa, especialmente en el aspecto de nuestros planes futuros.
I- ¿A quien va dirigido este mensaje? “Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia”. Si ponemos atención a las primeras palabras del texto notaremos que santiago se está dirigiendo a un grupo específico de personas: “los que decís…”. Probablemente Santiago se estaba dirigiendo de manera primaria a comerciantes judíos-cristianos que estaban dentro de la iglesia. Sin embargo, creo que por el uso de los verbos en futuro, los que apuntan a acciones potenciales pero no realizadas todavía, podemos darle al texto una aplicación más amplia. Podemos aplicarlo a todos aquellos que hacen planes para el futuro, ya sea un futuro lejano o un futuro cercano.
II- ¿Cuál es el llamado de Santiago a todos aquellos que hacen planes? “Oíd ahora”. Dios no se opone a que hagamos planes para el futuro, sin embargo, El tiene algo muy importante que decirnos al respecto.
1- Negativamente: Si hemos de hacer planes futuros, debemos entonces evitar una actitud de jactancia o arrogancia. ¿Cómo se manifiesta una actitud arrogante en nuestros planes futuros? Según Santiago, una actitud arrogante implica no tomar en cuenta a Dios, ni a Su voluntad y ni a nuestra dependencia de El.
¿Cómo podemos conocer esta actitud en una persona? Por lass palabras, es decir, por la forma en que hablamos. Santiago comienza haciendo un llamado a aquellos que dicen... y luego agrega: “En lugar de lo cual deberías decir”. De la abundancia del corazón habla la boca y cuando esta actitud inunda el corazón, eso mismo se revelará en nuestro hablar y aun en nuestro callar.
¿Realmente la Biblia enseña que esto es arrogancia y orgullo? El Salmista dice en el Salmo 10:4: “El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios”. Según el salmista, ¿Cómo se le llama a aquel que no tiene a Dios en sus pensamientos? Impío y altivo (arrogante). Vivir sin tomar en cuenta a Dios en ninguno de nuestros planes es altivez y orgullo. De hecho, el vivir de esta manera apunta a un tipo específico de ateismo, el ateismo práctico, el cual, aunque puede confesar que cree en Dios, sin embargo, vive como si no hubiese Dios.
¿Por qué es arrogante esta actitud? ¿Qué es la jactancia y la arrogancia? La jactancia y la arrogancia son hermanas inseparables del orgullo, es decir, de tener un concepto de nosotros mismos mucho más elevado del que deberíamos tener. Cuando vivimos con esta perspectiva de la vida estamos actuando como si fuésemos Jehová. Jehová significa que solo El es el autoexistente y autosuficiente, quien no necesita de nada ni de nadie para su existencia. Nosotros, en cambio, somos criaturas necesitadas y dependientes de El para todas las cosas. Pero cuando hacemos planes sin tomar en cuenta a Dios actuamos como si fuésemos autoexistentes y autosuficientes, como si no dependiéramos de nada ni de nadie para nuestra existencia. Esa arrogante actitud exalta al hombre como si este fuera el arquitecto de su propio destino.
Santiago no reprende entonces aquí el hacer planes, sino la mundanalidad, el orgullo y la arrogancia de disponer y organizar toda nuestra vida como si Dios no existiera no interviniera en ella. Esta actitud es impía y mala. Podemos estar seguros que el mismo que tentó a Adán y a Eva con el pensamiento de que ellos serian como Dios, está también detrás de tal actitud.
2- Positivamente: tener una perspectiva correcta de Dios y de la vida. ¿Qué implica tener una perspectiva correcta de Dios y de la vida según Santiago?
a) Por un lado, implica reconocer de corazón, no solo de palabras la soberanía y el señorío de Dios sobre todas las cosas, aun sobre la vida y la muerte. Podemos hacer planes, podemos planificar el estudiar tal carrera, el ir a tal universidad, el trabajar en tal lugar, etc, pero siempre con la convicción de que Dios es quien decide en su soberana voluntad. Podemos entonces proponer nuestros planes, pero al fin y al cabo, es Dios quien dispone. Así lo dice el salmista: “del hombre son las disposiciones del corazón, mas la respuesta es de Jehová”. Se trata entonces de reconocer la soberanía de Dios sobre todos los aspectos y esferas de la vida. Se trata de reconocer que El hace según su voluntad en el cielo y en la tierra y que nada ni nadie puede detener su mano ni cuestionar sus propósitos.
b) Por otro lado, implica tener una perspectiva correcta de la vida. Santiago dice que nuestra vida es como una neblina, la cual aparece en un momento y al otro momento desaparece. La niebla no es más que un tenue vapor que se desvanece a la salida del sol. Es frágil y carece de durabilidad. Pudiera ser que vivas 80 años, pero puede ser que vivas solo 12. Sea como sea, cuando comparamos nuestra vida aquí en la tierra con la eternidad futura, llegamos a la conclusión de que la vida presente no es más que un vapor que pronto se desvanece. Mas aun, tener una perspectiva correcta de la vida implica el saber que nuestra larga eternidad futura depende de lo que hagamos en esta corta existencia presente. Por tanto, lo mas sabio que puede hacer es vivir en esta vida presente a la luz de la vida venidera, sembrando para la eternidad. Después de todo, una vez estés en el cielo o en el infierno, no importara mucho si en la vida presente eras ingeniero, arquitecto, limpiabotas, etc.
III- ¿Por qué es importante esta actitud? ¿Por qué es importante el vivir concientes de que dependemos de Dios para todas las cosas, aun para los planes futuros? ¿Por qué es importante recordar que hagamos lo que hagamos El tiene el control y la decisión final? ¿Por qué es importante vivir bajo la sombra de su voluntad?
El asunto radica en que para Dios importa una verdadera perspectiva de la vida, pues ella comunica y modela la forma en que pensamos y hablamos sobre los planes futuros. En otras palabras, la visión de la vida que tengamos determina lo que hacemos y el como lo hacemos en esta vida. Recuerda que Dios nos creó no solo para hacer cosas e ir a distintos lugares con nuestros cuerpos, sino también para asumir ciertas actitudes y convicciones que reflejen una visión real de la vida y de Dios. Dios quiere que la verdad sobre Si mismo y sobre la vida se conozca y se sienta como parte de nuestra razón de ser. Así que, en todo lo que hagas, Dios exige de ti una perspectiva correcta de la vida.
¿Cómo puedo obtener una visión correcta de Dios y de la vida? Las Escrituras es la respuesta: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16-17). Amados, la Biblia es la respuesta. Escudríñala, abrázala y atesórala. Solo ella puede producir en ti raíces, raíces tan profundas como para permanecer firmes cuando llegue el fuerte viento de la prueba. Amado joven, este libro (la Biblia) te apartará del pecado o el pecado te apartará de el. Pero te aseguro que si te apartas de el andarás desorientado, como una brújula sin norte, pues solo El te puede dar la perspectiva correcta y las respuestas precisas a todas las interrogantes que le tengas a la vida. Este libro es como el zapato de la cenicienta, es el único mensaje que encaja perfectamente a las necesidades y a los anhelos más profundos del corazón.
Una palabra más a los padres. Timoteo conocía las escrituras porque la había aprendido desde niño por medio de su madre y su abuela. Tú eres una pieza clave para que tus hijos crezcan con una visión correcta de Dios y de la vida. Si tú no te saturas de la Biblia, no tendrás nada que dar a tus hijos. Te ruego con todo el corazón que abraces la Biblia y la vivas. No hay mejor predicador para tus hijos ni nada que los prepare mas para vivir sembrando para la eternidad que el ver padres que aman la revelación de Dios, que la practican y que la practican con gozo para la gloria de Dios.
¿Qué mas puedo decir? “El fin de todo el discurso es el siguiente: teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre”.
- Juan Jose Perez
jueves, 21 de octubre de 2010
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