sábado, 20 de noviembre de 2010

Meditación del 20 de noviembre

"Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos, porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan con labios lisonjeros, y con doblez de corazón" (Salmos 12:1-2).
 
No significa que no hubiese creyentes en su época sino que la santa influencia de los hijos de Dios había disminuido grandemente.
 
Es de gran beneficio saber en qué tiempo ha caído la porción de cada uno. P
rocura saber la cualidad moral de tu propia generación y que tu alma no sea manchada con maldades propia de tu tiempo. David tuvo esa visión y cuidó de no envolverse en las circunstancias pecaminosas que le rodeaban. No se dejó arrastrar por la corriente de los tiempos sino que por el contrario clamó al cielo por ayuda, como nos hace saber en estos versículos. Sus tiempos fueron malos, pero él fue un buen hombre.
Significa que un hombre piadoso, alguien con discernimiento espiritual, considera quiénes son buenos y quiénes son perversos, quiénes son santos, y quiénes mundanos, y procura andar con los buenos porque se dirige al cielo, aun cuando sean pocos. Conoce la advertencia divina: “No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres” (1Corintios 15:33).

¿Cómo determinar la naturaleza moral de un hombre? 
La naturaleza de un hombre se conoce por sus elecciones y ocupaciones: "Los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Romanos 8:5).
 
¿Cuál es el pecado de esta generación? Si miramos nuestra historia de hará unos cien años, notaremos que el pecado fue oscurantismo,  superstición  e idolatría. Pero ahora es sensualidad o sensualismo (vivir para el agrado de los sentidos): "Hombres amadores de si mismos, vanagloriosos, desobedientes a los padres, amadores de los deleites más que de Dios" (2 Timoteo 3:2). 
Los pecados presentes son más refinados que antaño, es el mismo pecado pero ahora mejor vestido, el mal con apariencia mucho más engañosa. Es más difícil vivir el cristianismo hoy, por eso las Escrituras le llaman "tiempos peligrosos". El contagio es mucho más fácil.

¿Por qué el contagio con el peligro es tan fácil en esta época? 
El apóstol Pablo nos da la respuesta: "Porque tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita" (2 Timoteo 3:5). Dirán ser cristianos, pero lo serán sólo en apariencia, no en verdad. Parecen cristianos y no lo son. Los lobos estarán dentro de las iglesias pero con un atractivo ropaje de oveja.
Dirán que son ovejas, su voz será de ovejas, pero sus corazones serán de lobos.

Por tanto, por la gloria de Dios, por tu propio bien y el de otros, es parte de nuestro deber en fe conocer los tiempos de nuestra propia generación.

Amén.
P.Oscar Arocha; www.ibgracia.org

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