jueves, 25 de noviembre de 2010

De aromas y fragancias.1

La verdadera belleza está latente en cada mujer. Algunas reciben doble bendición: belleza interna y gran apariencia externa, pero la gran mayoría de las mujeres que conozco más bien poseen cierta cualidad de belleza. 
En verdad es sabia quien percibe tanto sus buenas características como sus rasgos débiles y saca buen partido de lo que tiene.

Mujer, examina la enseñanza de Cristo, el origen de toda belleza. Sin Cristo, podrás lucir como una modelo pero serás fea. Con Cristo, podrás tener “una cara ordinaria” pero poseer belleza profunda y perdurable.

Es mi oración que la fragancia de la belleza de Dios cubra y rodee todo tu ser. Ser hermosas en Jesús implica tanto la condición de nuestra alma como lo externo de la apariencia. Ambas condiciones son importantes: una confirma o niega a la otra. 
Quizás Pablo no estaba considerado como un experto en belleza de su época, pero nos ha dejado un legado sobre nuestra vida como cristianos que bien podemos aplicar en forma particular:

Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden (2 Corintios 2:14-15).

No todo el mundo apreciará nuestra fragante belleza, no importa cuán cristiana luzca. El mismo aroma de nuestra vida en Cristo pudiera ser olor de muerte para algunos que no desean a Cristo.
De todos modos estamos en la mira. Nuestras vidas hablan a otros. La belleza de Cristo debiera brillar en nosotras.
Examinemos nuestro ser interior así como la apariencia externa y determinemos exactamente cuánta fragancia desprendemos.
Si una mujer no cultiva su alma, si no hay gusto, refinamiento, la dulzura de una mente feliz... ninguna arte misteriosa podrá convertir su cara en algo hermoso... No hay arte ni maquillaje capaz de cubrir la mente vacía o el corazón destructor.
Joyce Landorf,
The Fragrance of Beauty.
fragancia (del latín fragrantia)
  1. olor suave y delicioso
  2. buen nombre y fama de las virtudes de alguien
RealAcademia Española.

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