jueves, 1 de enero de 2009

╬ 2. DISCIPLINA DEL SERVICIO ╬

Cristo redefinió por completo liderazgo y líneas de autoridad. 

La autoridad es de función, no de estatus. Jesús declara “sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre vosotros” –total y absolutamente rechaza “filas indias”. ¿Cómo será entonces?  “sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor” (Mateo 20:25-28). 

La autoridad espiritual de Jesús no se halla en la posición o el título, sino en la toalla.

Servicio genuino versus servicio en autojusticia

Es preciso distinguir con claridad ambos conceptos, si queremos entender y practicar un servicio verdadero, genuino. 

Servicio genuino

Servicio en autojusticia

Deriva de una relación íntima, de comunión profunda, con el Único Dios. Proviene de urgencias divinas internas; se gasta energía, pero no la frenética energía de la carne.

Proviene del esfuerzo humano. Consume cantidades inmensas de energía al calcular, esquematizar, cómo rendir el servicio. Cartas sociológicas, estrategias de investigación, de cómo ayudar a “esa gente”…

Encuentra imposible diferenciar entre servicio pequeño y grande. Y si la hay, el siervo genuino irá a lo pequeño, pero no por falsa modestia, sino porque lo ve como importante. No discrimina la oportunidad para servir, todo es bienvenido.

Impresiona con la “idea total”. Se preocupa por obtener ganancias de cualquier índole que destaquen en murales eclesiásticos. Disfruta servir, en especial cuando el servicio es titánico.

Descansa en contentamiento al pasar desapercibido. No teme hallarse en la luz o llamar la atención, pero tampoco busca colocarse en esta posición. Como vive bajo un nuevo Centro de referencia, le es suficiente el sello divino de aprobación

Demanda recompensas externas. Necesita saber que otros ven y aprecian su esfuerzo. Busca el aplauso humano  –con la apropiada modestia religiosa, por supuesto.

Es libre de la necesidad de calcular resultados. Su deleite es el servicio mismo. Puede servir a enemigos con la misma libertad que amigos.

Altamente preocupado por resultados. Espera con ansia que la persona servida reciproque el servicio. Se amarga cuando el resultado es menor de lo esperado.

No discrimina en su ministerio. Ha escuchado el mandato de Jesús para ser servidor de todos (Marcos 9:35).

Selecciona y escoge a quien servir. Algunas veces escogerá a ricos y fuertes, porque tiene ventajas. Otras veces a débiles e indefensos porque asegura una “imagen de humildad”.

CELEBRATION OF DISCIPLINE. The discipline of service. Richard J Foster                                                                               

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