viernes, 30 de enero de 2009

Culpabilidad audaz

Culpabilidad audaz significa aprender a vivir en la verdad bien fundada en la roca de lo ocurrido para nosotros cuando Cristo murió en la cruz y resucitó de entre los muertos. 

Significa darse cuenta de que en esta vida siempre seremos pecadores e imperfectos. 

Por consiguiente, en nosotros mismos siempre seremos culpables.

Esto resultará ser emocionalmente devastador si no descubrimos la realidad de la justificación por la fe, es decir, el secreto de la culpabilidad audaz.

Cuando no se disipan las tinieblas. John Piper.

Hombres (y mujeres)

La naturaleza del hombre es una continua fábrica de ídolos.

Juan Calvino

domingo, 25 de enero de 2009

La Logica de Lincoln sobre la Esclavitud aplicada al aborto

Si una mujer mata a su niño recien nacido le corresponden 25 años de prisión pero si lo hace con la asistencia de un médico unas semanas antes, es perfectamente aceptable. ¿Cual es la diferencia entre un niño en el vientre y uno fuera del vientre? La lógica de Abraham Lincoln sobre la esclavitud se aplica.
Dices que A es blanco y B es negro. Entonces es un asunto de color donde el más claro tiene el derecho de esclavizar al más oscuro. Ten cuidado con este argumento, porque por esta regla, serás esclavo del primero hombre cuya piel sea más clara que la tuya.

Realmente no es un asunto de color. Es que los blancos son más intelectuales que los negros y por eso tienen el derecho de esclavizarlos. Ten cuidado una vez más, porque por esta regla, entonces serás esclavo del primer hombre que encuetres que sea más inteligente que tu.

Pero dices: realmente es un asunto de intereses. O sea, que si va a favor de tus intereses, tienes derecho de esclavizar a otros. Muy bien, si el otro lo considera a favor de sus intereses, él tiene el derecho de esclavizarte.
No hay diferencias relvantes entre blancos y negros ni entre niños dentro del vientre y fuera del vientre que justifique esclavizar a uno y matar al otro.
(via Justin Taylor)

viernes, 23 de enero de 2009

3. Puertas estrechas

JANICE Y LA VERDAD

Una figura solitaria se acercaba lentamente. Pude ver que era una mujer. Evangelista sonrió y la saludó, al tiempo que procuraba entregarle un pequeño folleto, que ella declinó mientras aceleraba su caminar.

¿Está segura que no quiere hablar de ello? Inquirió nuestro conocido personaje.

–“Sí, absolutamente”.

-Mmm, quizás sea lo más sabio –dijo Evangelista.

 La mujer paró en seco. Se volvió y preguntó “¿qué quiere decir?”.

“Simplemente que cuando alguien escucha la verdad antes de estar listo para recibirla, se endurece”.

 Janice miró a Evangelista. Algo pensó por un momento pero pareció cambiar de idea. Regresó lentamente: “La verdad, ¿eh? ¿Usted cree en la verdad absoluta?”. “Ciertamente”.

“Vaya, eso pensé. El problema de ustedes los cristianos es que son como los nazis o cualquier otro grupo que proclama ser el ‘poseedor de la verdad absoluta’. Están tan seguros de su verdad como la única verdad, que llenan la tierra con sus disputas. ¡Me enferman! –y al gritarlo se dio la vuelta para continuar su camino.

 “Por favor, excúseme, solo un minuto. Hay algo que usted ha pasado por alto”.

“¿No me diga?” –la ironía era casi palpable en la boca de Janice.

“Excúseme, pero si no hay estándares absolutos, ¿Por qué pelearon los nazis? ¿Cómo sabe que ellos estaban equivocados?”.

“¡Por supuesto que estaban equivocados! ¡Mataron millones de gentes!” –fue la airada respuesta.

“Vaya, ahora es usted quien empieza a sonar como absolutista. ¿Por qué es malo matar millones de personas en Europa? Hay poco espacio y muchos países”.

La mujer miró a Evangelista como si estuviera frente a un loco.

“¿No estará diciendo que fue correcto hacerlo, eh?”.

 “Claro que no. Sin embargo puedo decir que estaban equivocados porque yo creo que Dios ha revelado Sus estándares absolutos al hombre. Resisto a los nazis porque yo creo en la verdad absoluta. Pero usted, ¿en base a qué dice que ellos estaban equivocados?”.

La mujer guardó silencio esta vez.

“Los nazis son una buena ilustración histórica, pero busquemos algo más reciente. ¿Tengo razón al asumir que usted es feminista?”.

–“Tiene razón, lo soy” admitió Janice.

 “¿Se opone al maltrato de la mujer porque es algo equivocado o simplemente porque a usted no le gusta?”. -Supongo que ahora preguntará por mis estándares personales –dijo ella.

“Correcto, si usted no tiene estándares absolutos para medir lo bueno y lo malo, quiere decir que su oposición al maltrato se desprende de sus estándares personales, los cuales no dependen de nada ni de nadie excepto de usted misma”.

“No importa, aún así niego sus absolutos. Me opongo al maltrato porque a MI NO me gusta”.

“¿Se da cuenta que adopta una posición muy curiosa?”.

“¿Qué dice?!”.

“Quien le habla es un cristiano que cree todo lo que Pablo enseña sobre liderazgo y sumisión en el matrimonio, pero que también dice que el maltrato de la mujer por el hombre es absolutamente equivocado. Es erróneo en toda cultura, en toda familia y en todo tiempo. Dios juzgará, al igual que todo otro pecado en el Día Final. Usted es feminista, y sin embargo sólo es capaz de decir que es erróneo porque a usted no le gusta, como si fuera una preferencia personal”.

Esta vez Janice miró hacia el suelo. Parecía avergonzada.

  “Hay algo más” -señaló Evangelista.

Janice levantó sus ojos, su actitud la de alguien que ya no quiere más.

“Cuando no hay estándares absolutos no disminuyen los conflictos entre los hombres. Pero lo que sí cambia es la naturaleza de tales conflictos. Cuando surja un problema, se resolverá sobre la base de quien sea más fuerte. El poder es el hacer. Al perdedor no le gustará lo que ha sucedido pero tampoco podrá objetar en contra. ¿Por qué? Porque su preferencia personal no tiene autoridad sobre la de su oponente”. –-“No entiendo” respondió la mujer.

 “Significa que usted ha adoptado un estándar relativo que destruye su capacidad de juicio moral sobre cualquier cosa. Su oposición al maltrato de la mujer se reduce al mismo nivel de disgusto frente cierto tipo de comida, molondrones por ejemplo, a usted no le gustan pero al otro sí; a usted no le gusta violación, pero al otro sí”.

-“Hey, ¡va muy lejos, no creo que ambas cosas sean comparables!

 “De acuerdo, pero yo tengo un estándar para demostrarlo, mientras que usted no. La postura cristiana no habla de ciertos absolutos suspendidos en el cielo, que luego nos caen encima. El mensaje es que los absolutos provienen de un Dios personal. Somos pecadores, no alcanzamos los absolutos divinos. Por eso envió Dios a Su Hijo, murió en la cruz para que pudiéramos re-establecer relaciones apropiadas con nuestro Padre Dios”.

Hasta aquí se hallaba en silencio, pero al escuchar la palabra “Padre” literalmente pegó un brinco al gritar “¡Lo sabía! Su visión del universo es que hay un masculino en el centro de todas las cosas!”.

Evangelista rió con naturalidad. “No, Dios es Padre. La masculinidad es asunto de biología; el Padre es Espíritu y no tiene existencia corporal, es impropio decir que es masculino. No le llamamos Padre por causa de los terrenales, más bien es al revés: los padres humanos derivan su nombre de El. Incluso el mejor padre humano es una leve sombra de la autoridad que constituye la Paternidad”.

-“¡No hay padres buenos! Todo es una broma de mal gusto. Si este Padre existe, sin duda que es igual a las copias al carbón que tenemos aquí: egocéntricos, arrogantes y orgullosos!”.

“Mmm, se oye absolutista otra vez. ¿Qué tiene de malo ser egocéntrico, arrogante y orgulloso?”.

 –“Ohh!, por qué insiste en el mismo argumento?”

 “Porque usted quiere tener ambas posturas, y no es posible. La amargura contra su padre terrenal le hace combatir contra Dios. De modo que rechaza Sus estándares. Pero cuando los rechaza, descubre que ahora no tiene bases para objetarlo. Usted entonces toma prestados los absolutos de Dios para acusarlo a El. Como si fuera una niña pequeña que quiere darle en la cara, pero tiene que sentarse en Sus piernas para poder hacerlo”.

Janice era una mujer inteligente, había seguido el argumento de Evangelista y ahora se encontraba sin palabras otra vez. 

-“¿Si acepto lo que dices, tendré que perdonar a mi padre entonces?”.

 PERSUASIONS. A dream of reason meeting unbelief. Douglas Wilson 

La interminable faena

Vendedora de fresas para jugo.
Constanza, RD.
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LA FOTO DE HOY

La exhuberancia [de Dios] en el Caribe.
Cosecha de nisperos
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jueves, 22 de enero de 2009

Recibe la Instrucción e Imita al Instrumento

En Filipenses 4:9 leemos:
Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.
Aquí es donde Pablo se distancia de la mayoría de los predicadores. La mayoría de nosotros decimos: Reciban la instrucción, mas no se fijen en el instrumento. Pero Pablo es diferente, él dice: Reciban la instrucción y fíjense en el instrumento para imitarlo.
Para esto se requiere predicar con fidelidad y vivir lo que se predica. Dios nos ayude.


viernes, 16 de enero de 2009

2. Puertas estrechas

LA HISTORIA DE JAIME Y SARAH

Evangelista decidió sentarse en una piedra junto al camino. Una pareja se acercaba, parecían argumentar uno contra el otro, pues su expresión y sus manos se movían inquietas. Se puso de pie, pero no le hicieron ningún caso, enfrascados como venían en su acalorada argumentación.

Evangelista decidió interrumpirles: -Buenas tardes, ¿quizás pueda ayudarles?

El hombre entonces le miró, sorprendido “mmm, ¡sí! Para empezar, ¡no se meta en lo que no le importa!

Evangelista sonrió. “Excúsenme. Pero no ví ninguna indicación de que quisieran mantener en secreto su conversación”. Al oírle, se ruborizó la cara de la mujer quien se apresuró a decir “lo siento, realmente no queríamos publicar nuestras dificultades. Usted no puede ayudarnos. Creo que nadie puede. Me llamo Sarah y éste es mi futuro ex-esposo Jaime”. “¿Quién es usted?”.

“Mi nombre es Evangelista y voy por este camino esperando ayudar a personas en situaciones como la suya”.

Sarah miró a su esposo, quien continuaba enfurruñado, y le preguntó si quería hablar con Evangelista. No pareció muy feliz con la idea, pero de mala gana aceptó hacerlo.

Nuestro amigo empezó preguntando desde cuándo estaban casados y desde cuando eran infelices uno con el otro. Respondieron que tenían 3 años casados y ambos estuvieron de acuerdo en que desde hacía 6 meses las cosas iban de mal en peor. Al preguntarles de qué argumentaban, resultó que cualquier razón era suficiente.

 En este momento Evangelista preguntó si querían oír buenos consejos o buenas noticias.

 Por primera vez Jaime se mostró interesado. “¿Qué quieres decir?”

-“Bueno, que hay dos enfoques posibles al querer ayudar parejas con problemas matrimoniales. Uno es decirles lo que están haciendo mal: haz esto y no hagas lo otro. Este es el enfoque del buen consejo. El otro es decirles Quién les puede ayudar al darles el poder para hacer lo que es correcto. Este es el enfoque de las buenas noticias”.

Evangelista se dirigió a Sarah: “¿Has leído algún libro de cómo tener un matrimonio feliz?”. Aquí Sarah se rió fuertemente “he leído tantos que ya ni me acuerdo, de finanzas, de comunicación, de sexo e intimidad, de apertura…”. Miró a Jaime y dijo “él no ha leído ninguno”. 

Ignorando el último comentario, Evangelista quiso saber si alguna lectura le había sido útil. –“Oh, aprendí muchas cosas”. Pero Evangelista insistió. “Mi pregunta es si te han ayudado, no cuánto aprendiste. ¿Eres más feliz, sí o no?”.

-“¿Qué?”, la sorpresa se reflejó en el rostro de la mujer.

-¿Has aprendido cosas buenas, y te has dado cuenta que no tienes el poder de llevarlas a la práctica?

-“Sí, eso pasa muchas veces”, dijo ella.

-¿Es decir que habéis recibido muchos buenos consejos, y ninguna buena noticia?

-“Pues… sí, así es”.

Evangelista se volvió a Jaime y le interrogó qué pensaba de esos libros. Jaime contestó que los evitaba por dos razones: “porque me dicen lo que necesito hacer, algo que ya sé y además sé hasta dónde soy capaz. Si no me puedo comer lo que ya tengo en el plato, ¿para qué me sirvo más?”. –“¿Y la segunda razón?”. –“Sarah desea que yo sea líder, que muestre más iniciativa. Así que me pone enfrente todos estos libros; quiere que yo sea líder… siempre y cuando sea ella la que me dirija”. Sarah quiso interrumpir, pero Evangelista no lo permitió.

¿Entendiste la diferencia entre buenos consejos y buenas noticias?

“Sí, pero cualquier cosa que digas cae en la categoría de consejos. En un matrimonio solo hay dos, y cualquier cosa por hacer tendremos que hacerla nosotros. Y tal parece que no tenemos la capacidad para hacerlo”.

Al decir esto, Jaime se volvió para continuar su camino pero Evangelista lo detuvo una vez más: “¿Qué dirías si te digo que el problema de tu matrimonio es precisamente que sólo hay dos personas en él? Si Dios estuviera en sus vidas, tendrían poder para hacer lo que El requiere de ustedes”.

 “¿Cuál sería la diferencia? Tenemos un montón de amigos religiosos que son tan infelices como nosotros”. 

No hablo de religión vacía de relación con Dios. Muchas personas utilizan la religión como fuente de buenos consejos, mismos que les condenan cada vez que fallan. Este error es muy común, incluso entre verdaderos cristianos, que debieran saber mejor.

¿Ves ese árbol? ¿Produce fruto porque es árbol de manzanas, o es que trata de producirlas en un intento de ser árbol de manzanas?. Jaime se rió y contestó: “las manzanas son resultado de lo que el árbol es”. “¿Y esos arbustos, darían manzanas?”  “¡Claro que no, el intento es inútil!"

¿Significa esto que las manzanas no te gustan?

“No, sólo que yo sé que los arbustos no dan manzanas”.

 Correcto. De la misma manera, los consejos recibidos en verdad son buenos. Pero ustedes no tienen poder para practicarlos. Son como los arbustos.

Sólo hay Alguien que tiene el poder y la autoridad para transformarles. El lo hará cuando ustedes se acerquen a El apoyados en la muerte y resurrección de Su Hijo. El matrimonio no cambia lo que ustedes son. Más bien amplifica lo que ya son. Por ello hay tantos problemas matrimoniales. En la intimidad, se amplifica el egocentrismo. Ni una multitud de consejería puede cambiar esto.

 Un matrimonio será transformado cuando los individuos que lo componen sean transformados. Cuando cada uno de ustedes, individualmente, venga a Dios a través de Jesucristo. Las buenas noticias son primero, luego los buenos consejos. De otro modo, el único valor de los buenos consejos será revelar cuánto han caído y qué lejos están de los requisitos de Dios.

Por primera vez, ambos permanecieron quietos.

Luego hablaron entre sí en voz baja y después se acercaron a Evangelista y le agradecieron sus palabras. “Hay mucho en lo que has hablado. Por favor, explícanos más”.

PERSUASIONS. A dream of reason meeting unbelief. Douglas Wilson 

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La exhuberancia [de Dios] en el Caribe.
Flor de pitahaya (un cactus)
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♥ SUPERVISIÓN DEL CORAZÓN ♥

Decía Eleanor Roosevelt que “la mujer es como una bolsita de té, no conoces su verdadera fuerza sino hasta sumergirla en agua caliente”.

 ¿Cuál belleza buscamos cultivar? ¿A qué damos mayor atención? ¿La belleza interna o la apariencia externa? La forma como atendamos lo personal será un reflejo fiel de nuestro corazón. Será un espejo. El espejo refleja la imagen de lo que se proyecta en él. Reflejará si la motivación interior es gobernada por la piedad o por el egoísmo anidado en el corazón. ¿Cuál es nuestra prioridad?

 He aquí algunas preguntas para discernir la salud de pensamientos, motivaciones y metas respecto a la belleza. ¡Es agua caliente! ¡Conócete!

 1.       ¿En qué gasto más tiempo? ¿Estudio de la Biblia, oración y adoración? ¿O en el cuido de mi apariencia personal?

 2.       ¿En qué gasto más dinero? ¿Invierto para la gloria de Dios? ¿O en ropa, cabellos, maquillaje y cosas por el estilo?

 3.       ¿Por qué deseo bajar de peso? ¿Para aumentar “mi autoestima”? ¿O para glorificar a Dios en el ejercicio del dominio propio?

 4.       ¿Hago ejercicio físico para tratar de crear o mantener una “buena figura” o para fortalecer mi cuerpo para el servicio a Dios?

 5.       ¿Hay alguna cosa sobre mi apariencia que deseo y puedo cambiar o me siento completamente agradecida a Dios por cómo El me creó?

 6.       ¿Envidio la apariencia de otros? ¿Me siento realmente contenta al observar otras mujeres físicamente más atractivas o mejor vestidas que yo?

 7.       ¿Codicio el guardarropa ajeno? ¿Me regocijo en sinceridad de corazón cuando otra mujer es capaz de proporcionarse ropas nuevas?

 8.       Al asistir a una actividad o algún evento,  ¿me comparo con los demás, o me pregunto cómo mostrar mi amor a Dios en donde esté?

 9.       ¿Cómo es mi vestimenta, mis ajuares o atavíos? ¿Honran al Creador? ¿Cae en la inmodestia? ¿Procura llamar la atención sobre mi persona?

Responder estas preguntas con sinceridad y consistencia no es un mero ejercicio intelectual. Tampoco son una receta de cocina para saber como “lucir la piedad”. En sinceridad, las respuestas servirán para ayudarnos a comprender dónde se halla y cómo arrancar la mala hierba de los valores mundanos, para aprender a cultivar un corazón que honre y glorifique a Dios y para Dios.

 BIBLICAL WOMANHOOD IN THE HOME. Carolyn Mahaney. (Traducción de Yadir)

miércoles, 14 de enero de 2009

1. Puertas estrechas

ENCUENTRO CON RANDY

Una figura se acercaba con lentitud. Evangelista decidió esperar y lo saludó cordialmente, contento de hallar un viajero y poder conversar. Me contó luego que el hombre se llamaba Randy. “¿Hacia dónde va?” preguntó Evangelista.

“Mmm… a ningún lugar en especial. Donde haya mujeres, allá voy”.

-Oh, ¿por qué?

El hombre se rió. Y su risa parecía estar llena de burla y socarronería. “¿Vaya, por qué me preguntas por qué? ¿No sabes? Un hombre necesita un poco de vez en cuando”.

Evangelista respondió con seriedad: “¿Te refieres a fornicación?”

-“¡¿Fornicación?! ¡Lo dices como si fuera la peste! El sexo es normal y saludable”.

“Tienes razón –respondió Evangelista- el sexo es normal y saludable. Pero yo no te pregunté sobre el sexo, sino sobre fornicación”.

Randy se rió otra vez. “¿Ajá, y cuál es la diferencia?”.

 -“Fornicación es cuando no hay lazo matrimonial. Adulterio es cuando se viola el compromiso matrimonial. Pero la actividad sexual dentro de los límites del matrimonio es algo que Dios honra”.

“¡Dios! ¡Dios! ¿y qué tiene que ver Dios con el sexo?”

“Vaya -respondió Evangelista- es como si preguntaras qué tiene que ver Tomás Edison con los bombillos. Dios inventó el sexo. El fue quien lo diseñó”.

 -“¿Entonces por qué ustedes los cristianos se meten tanto con lo del sexo, eh? ¡Les encanta decir y opinar quién debe dormir con quién y quién no!”.

 Evangelista replicó: “Es una equivocación muy común creer que la oposición a la perversión de una cosa es lo mismo que oponerse a la cosa misma. Claro que esto es absurdo. Piensa: ¿si alguien quisiera pintarle bigotes a la Mona Lisa, sería un acto de vandalismo?”

 –Pues claro que sí, respondió Randy.

“¿Si tuvieras oportunidad, lo frenarías?” –¡por supuesto!- “¿Lo harías como amigo del arte o como enemigo del mismo?” –como amigo, claro, se impacientó Randy.

 “Pero supón que el vándalo te considerara a ti como enemigo de lo hermoso por haberlo frenado. ¿Qué le responderías?”.

Triunfante, Randy contestó: “no tendría que responderle; ¡la acusación es absurda!”.

 “Exacto. Absurdo es la palabra correcta. Y si entiendes el argumento, dejarás de acusar al cristiano de ser enemigo de aquello que desea proteger. La inmoralidad sexual destruye el regalo de Dios. La inmoralidad es vandalismo”.

 Randy explotó: “Si es así, ¿por qué ustedes los cristianos son tan hush-hush sobre el asunto? Si piensan que es tan maravilloso, ¿por qué no hablan de ello?”             

 “Es obvio que no conoces a muchos cristianos”, dijo Evangelista.

 “Ok, pero ustedes los religiosos son iguales todos; tienen envidia de los que pasamos un buen rato y en el fondo quisieran hacer lo mismo, pero no pueden por todas sus estúpidas reglas, así que nos las restriegan encima”. 

Evangelista sonrió esta vez, y negó con su cabeza al tiempo que hablaba: “no defenderé las reglas, no son mías sino de Dios; El las aplica y defiende según considere. En cuanto a tu acusación de envidia, te diré una cosa más: si veo a un hombre de 400 libras de peso en la calle, ten por seguro que no envidio para nada el placer adicional que haya tenido al comer; así, tampoco envidio el placer que tú hayas sentido en la cama”.

 “No puedo imaginar algo más aburrido, tener una sola mujer durante toda la vida. Es como comprar un disco y tocarlo una y otra y otra vez” –fueron las palabras de Randy.

De nuevo, Evangelista sonrió: “temo que tu analogía es falsa, no es como comprar un disco sino más bien un instrumento y aprender a tocarlo; si hay compromiso, el aburrimiento no será un peligro”.

 La risa de Randy ahora tenía tintes nerviosos, y lucía como desolado. “No puedo vivir como tú dices. Quiero vivir rodeado de bellas mujeres”. Esta vez quien se rió fue Evangelista:  “¿Entonces por qué gastas tu tiempo en mujeres que no lo son? Mi mujer, Compasión, es una hermosa mujer que nunca me ha avergonzado. De hecho, tendría vergüenza de involucrarme con alguien que estuviera dispuesta a ser usada como un objeto”.

 “Sabes, tengo qué irme” dijo Randy. Evangelista tocó su hombro con suavidad, “¿puedo preguntarte algo?” –Sí, claro.

 “Tienes un hábito que te ha esclavizado a tus deseos. Es comprensible. Pero ¿por qué te jactas de ello?”.

 Randy observó a Evangelista por un momento. “Dices que soy esclavo. ¿Sabes cómo liberar a un esclavo? Necesito tiempo, ¿estarás aquí si vuelvo?”.

 PERSUASIONS. A dream of reason meeting unbelief. Douglas Wilson 

lunes, 12 de enero de 2009

∞ 2. PUROS DE CORAZON ∞

Tratamos con ligereza el daño que hacemos con los labios porque no vemos los cuerpos que dejamos atrás. Por eso Cristo invade nuestra caverna moral y nos dice cuán serio es este asunto a los ojos de Dios. Nos habla en lenguaje comprensible a todos: la ira alimenta juicio; utilizar términos contenciosos (como raca) merece condenación (Mateo 5:22); llamar tonto a otros nos hace merecer el infierno.

El Señor no está graduando la seriedad del pecado, más bien enfatiza que tales pecados son más serios de lo que uno asume. De hecho, nuestra insensibilidad a su condición real indica la dureza de nuestros sentidos espirituales. Los versos 23 al 26 ilustran la necesidad y urgencia de reconciliación, contrario a la animosidad. Jesús nos muestra que cuando una actividad se halla prohibida en la Palabra de Dios, la contraparte positiva es una demanda. Si no estamos supuestos al asesinato verbal o físico, lo estamos a la reconciliación personal.

Imagina un hombre en la iglesia. Está próximo a expresar su devoción a Dios en adoración y ofrendas. Pero no ha tenido comunión con su hermano en la fe, no hay armonía en sus relaciones. Jesús establece que el hombre ha de dejar su ofrenda, reconciliarse con su hermano y después volver en adoración ahora con una limpia conciencia y un corazón lleno. ¿Acaso dice que lo único importante en la adoración es mantener relaciones correctas con nuestro prójimo? ¡No!

Cristo reconoce que nuestra relación con Dios es primordial, pero que aparecemos delante de Dios relacionados –correcta o incorrectamente- con nuestro prójimo. Lo que somos delante de Dios involucra cómo nos hallamos relacionados con otros. Y si nos hallamos en enemistad, ¿cómo ir a la presencia de Dios con manos limpias y corazón puro?

Es locura pensar que El encontrará aceptables nuestras hipócritas ofrendas.

Obediencia es mejor que sacrificios (1 Samuel 15:22). Pedro explica que este principio se extiende hasta el hogar y la familia: esposos traten sus esposas como a un vaso más frágil, con respeto, como a co-herederas de la gracia de la vida de tal modo que nada obstaculice sus oraciones (1 Pedro 3:7). El principio es claro: relaciones correctas con los demás son parte del significado del mandamiento “no matarás”.

La segunda ilustración muestra dos hombres en camino a juicio, todavía argumentando ¡en el camino! Jesús enfatiza que ambos debieran resolver la disputa ahora, antes de llegar ante el Juez. Pudiera ser costoso resolverlo ahora, lo que sí es claro es que resulta humillante. Pero si continúa la disputa, uno se hallará en prisión y no podrá salir hasta que pague el último centavo (es decir, nunca).

Leer estos versos en su contexto nos salvaguardará de confusión para entender las palabras del Señor. Los ejemplos no son leyes ni consejos para la conducta en la iglesia o para resolver problemas legales. Son más bien ilustraciones de cuán vital es mantener buenas relaciones con los demás.

El primer ejemplo subraya la necesidad de reconciliación. El segundo ejemplo presenta la urgencia de la reconciliación.

La animosidad es una bomba de tiempo. No sabemos cuándo explotará. Hemos de lidiar con ella rápidamente, antes que las consecuencias de nuestra amargura estén por completo fuera de control. Muchas de las relaciones humanas destruídas hubieran podido preservarse si hubiera habido comunicación y acción en el momento oportuno.  Y Jesús nos enseña que el tiempo oportuno es tan pronto somos conscientes de la enemistad con nuestro hermano (Mateo 5:23).

Un punto más: el Señor nos insta a buscar reconciliación cuando “tu hermano tiene algo contra ti (v.23) o cuando “tu adversario te lleva a juicio” (v.25). Nos llama a que mientras sea posible hemos de remover toda base de enemistad.

Pero no dice, ni urge, a que compartamos cada pensamiento de nuestro corazón durante el proceso de reconciliación.

Nuestros pensamientos y pecados secretos no serán santificados porque los hagamos públicos. Olvidar esto ha conducido a muchos cristianos (y a aquellos que los han escuchado) a infelicidad y desastre. ¡Jesús no dice que limpiemos nuestra ropa sucia en público! 

Más bien nos conduce a que enfrentemos rápida y totalmente toda ruptura de comunión entre hermanos, antes de que nos lleve a cometer un asesinato espiritual.

THE SERMON ON THE MOUNT. Kingdom life in a fallen world. Sinclair B. Ferguson           

domingo, 11 de enero de 2009

PENSAMIENTOS PARA JOVENES

¿Cómo descubrir la voluntad de Dios en circunstancias confusas, o difíciles?

Considerar las siguientes normas te será muy útil:

 1. Temor a Dios, verdadero, en tu corazón. Los secretos de Jehová son para los que le temen, y El les dará a conocer su pacto (Salmo 25:14).

 2. Estudia MAS la Palabra de Dios y MENOS los asuntos del mundo. Lámpara es a mis pies Tu palabra, y luz para mi camino (Salmo 119:105).

 3. Pon en práctica lo que YA sabes. Si alguno quiere hacer la voluntad de Dios, conocerá de la doctrina (Juan 7:17). Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos (Salmo 111:10).

 4. ORA por luz y entendimiento. Proclamé ayuno para que nos humilláramos delante de nuestro Dios… e implorar…  viaje feliz para nosotros, nuestros pequeños y nuestras posesiones (Esdras 8:21).

 5. Asegúrate de que la providencia concuerda con la Palabra de Dios, y no al revés ni más allá de esto. ¿Estás en aflicción? Humíllate bajo la poderosa mano de Dios. ¿Estás en prosperidad? Regocíjate en Dios. Alégrate en el día de la prosperidad, y en el día de la adversidad considera: Dios ha hecho tanto el uno como el otro…  (Eclesiastés 7:14).

 DIVINE CONDUCT OR THE MYSTERY OF PROVIDENCE. John Flavel (1677) 

Viviendo una fe Prestada (Contado como Justo en Cristo - 1)

Por recomendación de mi hermano Oskar, me inicié con el libro Counted Righteous in Christ (Contado como Justo en Cristo), por John Piper.
El libro se puede descargar gratuitamente en pdf aqui.
Como el libro no ha sido traducido aun, he decidido, mientras voy leyendo, publicar pequeñas porciones que me han sido de edificación.
En el primer capítulo, el autor escribe sobre la importancia de la doctrina en la vida de la iglesia y entre uno de sus argumentos dice lo siguiente:

Miles están viviendo con una fe prestada. Estamos viviendo de los dividendos, si pudiéramos decirlo así, de las inversiones intelectuales y doctrinales de pastores y líderes de siglos pasados. Pero el "banco central" de la Biblia no fue dado para financiar futuras generaciones meramente con las inversiones del pasado. Son preciosas y me beneficio de ellas a diario. Todos nos beneficiamos, aun los que no lo saben. Pero si no invertimos energía en la tarea del entendimiento, el Banco cerrará - como lo ha hecho ya en muchas iglesias.

¿Cuántas de las creencias y prácticas de tu iglesia las entiendes?
¿Cuántas cosas que dices creer son convicciones de otro que no puedes defender?

Aprendamos de los demás, pero dediquemos esfuerzos por escudriñar las Escrituras.

Terminamos con una famosa cita del autor: Rastrillar es fácil, pero todo lo que se obtiene es hojas secas. Escarbar es difícil, pero podrías encontrar oro.

sábado, 10 de enero de 2009

∞ 1. PUROS DE CORAZON ∞

Jesús vino a cumplir la ley, no a destruirla. De hecho, Cristo enseña que la ley de Dios es una herramienta diagnóstica esencial. Ya sea que la observes o la rompas o que alentemos a otros, será indicación de nuestra condición espiritual. Es el estándar de valoración en el reino (Mateo 5:19,) pero no el estándar para entrar al reino de Dios.

 La ley prohíbe asesinar, por ejemplo. Sin embargo, teólogos de antaño (y de ahora!) preguntarán “y ¿qué quiere decir esto exactamente? ¿cuándo ‘asesinar’ significa asesinar?”. Discusiones y distinciones sin fin tienen el resultado inevitable de estrechar el acto de matar a ciertas situaciones y condiciones. Jesús puntualiza que esto destruye la fuerza de la palabra de Dios.

Cristo explica que el mandato no sólo prohíbe actos externos sino también cada pensamiento y palabra que busca destruir la vida de un hombre. Y más aún, como todo otro mandamiento, al prohibir una actividad Jesús enseña que deben tomarse todos los pasos necesarios en sentido contrario. En este caso, no matar por mano o por boca implica utilizar toda nuestra fortaleza para establecer relaciones correctas con todos nuestros hermanos.

Matar un hombre, ya sea su cuerpo o su reputación y carácter con ira o con palabras hirientes, son parcelas del mismo solar, de la misma enfermedad espiritual. Revelan la animosidad del corazón contra nuestro vecino.

Sí, hay ocasiones cuando el hombre es necio. Jesús mismo lo dijo (Mateo 23:17; Lucas 12:20), la Escritura nos enseña a reconocerlos (Salmo 14:1; 49:10; Proverbios 1:7,22,32). Pero aquí Jesús señala el menosprecio deliberado contra otros debido al odio y animosidad de nuestro propio corazón junto con el deseo de señorear, de dominar, sobre otros. Esto es asesinar.

 El asesinato público es casi un deporte. Los hombres construyen imperios dentro y fuera de las iglesias, sin tolerar rivales. En el espíritu de los fariseos, asumen que pueden tener manos limpias mientras destruyen la reputación ajena bajo la cubierta de “querer buscar solo la verdad”.

¡Cuán cuidadosos debemos ser con nuestro espíritu y la lengua que lo expresa! Nuestras palabras son índice de nuestra condición espiritual. No es accidental que el Nuevo Testamento nos enseñe claramente a controlar lo que decimos (Mateo 12:34; 15:18; Efesios 4:29; Santiago 3:1-12).

Tratamos con ligereza el daño que hacemos con los labios porque no vemos los cuerpos que dejamos atrás. Por eso Cristo invade nuestra caverna moral y nos dice cuán serio es este asunto a los ojos de Dios.

 THE SERMON ON THE MOUNT. Kingdom life in a fallen world. Sinclair B. Ferguson

Creencias

1.       ¿Por qué es importante que la Biblia sea la base de nuestras creencias?

2.       ¿Responde la Biblia de modo definitivo cada pregunta que le hacemos? ¿Sí o no?

3.       ¿Por qué sí o por qué no?

4.       ¿Qué asunto revela con toda claridad?

5.       ¿Qué asunto no es visible con claridad? (por favor piense un ejemplo de cada uno).

6.       ¿Cómo afectan estas ideas el peso que debiera dar a cada uno de los ejemplos?

 CHRISTIAN BELIEFS. Twenty basics every christian should know Wayne A. Grudem, Elliot Grudem

viernes, 9 de enero de 2009

HASTA AQUÍ NOS AYUDÓ EL SEÑOR (1ª Samuel 7:12)

La expresión “hasta aquí” se asemeja a una mano que señala el pasado. A través de la pobreza, a través de la riqueza; a través de la enfermedad, a través de la salud; en la patria, en el extranjero; en la tierra, en el mar; en honra y en deshonra; en tristezas, en gozo; en aflicción, en triunfo; en oración y en tentación; en el hogar que teníamos y en el hogar que ya no tenemos… “hasta aquí nos ayudó el Señor”. 

Pero esta expresión: “hasta aquí”, apunta también “hacia delante”, “a partir de aquí”. Cuando una persona levanta cierta señal y escribe en ella “hasta aquí”, indica que aún no llegó al fin y que, por lo tanto, tiene todavía que recorrer cierta distancia. En ese recorrido habrán más pruebas, más alegrías; más tentaciones, más triunfos; más oraciones, más respuestas; más fatigas, más fuerzas; más luchas, más victorias.
Después vendrán las enfermedades, los achaques y la muerte. ¿Y con esto se termina todo? ¡No! Hay más todavía: el despertar a la semejanza de Dios, los tronos, las arpas, los cantos, los salmos, los vestidos blancos, el rostro de Jesús, la compañía de los santos, la gloria de Dios, la plenitud de la eternidad y la inmensidad de Su gloria. 

¡Anímate, creyente! Y con agradecida confianza levantemos nuestro “Ebenezer”, o sea, “nuestra piedra de ayuda” que es Jesús, pues el que nos ayudó hasta aquí, nos ayudará hasta el fin de la jornada. La fidelidad del Señor es eterna, su misericordia es nueva cada mañana. Dios nos ama tal como somos y estamos; nunca miente, sus promesas son verdaderas, su pacto con nosotros es eterno.

¿Recuerdas estas promesas que te hizo durante el año?: 

“En este instante estoy pensando en ti”; “Nunca te dejaré, jamás te abandonaré”; “No temas, Yo estoy contigo, Yo Soy tu ayuda”; “Yo Soy tu consolador”; “Yo estaré contigo en las tribulaciones”; “Yo curaré tu heridas”; “Yo daré nueva vida a tus hijos”; “Mis ojos están puestos en ti”; “Yo levanto tu cabeza, no te humillarán”; “Mi Paz te dejo, Mi Paz te doy. No se turbe tu corazón ni tenga miedo”; “Yo te sostendré y te libraré”; “Tú eres mi siervo, mi elegida”; “Yo hago nuevas todas las cosas”; “Yo te daré consejos y velaré por ti”; “Otra vez abriré caminos en tu soleda y ríos en tu desierto”; “Yo Soy tu Señor, tu Salvador”; “Yo bendeciré el trabajo de tus manos”; “No te angusties, Yo Soy tu Dios que te esfuerzo”; “Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré”; “Yo te escogí y no te deseché”; “Pon tu esperanza en Mí”; “Yo te libraré de las tristezas”; “Yo mismo me ocuparé de todos los que te oprimen”; “Construirás casas y vivirás en ellas”; “Mía es la venganza, Yo pagaré”; “Ninguna arma forjada contra ti prosperará”; “Yo concederé los deseos de tu corazón”; “Mi Presencia irá contigo”; “Yo mismo iré delante de ti”; “Te protegeré por dondequiera que vayas”; “Con amor eterno te amo”; “Aún en la vejez, Yo te cuidaré y te sostendré”; “Yo estoy de tu parte, Yo te ayudaré”; “Yo perdono tus pecados y sano tus enfermedades”; “Te cuidaré como a la niña de mis ojos”; “Yo te daré salud y te curaré y te sanaré”; “Yo enjugaré tus lágrimas”; “Yo te haré gozar de Mi salvación”; “Yo nunca me olvidaré de ti”; “Yo no tardaré en hacerte justicia”; “Yo sanaré a tu nación”… “Yo, estoy a la puerta y llamo. Si tú oyes Mi voz y abres la puerta de tu corazón, Yo entraré en él y cenaré contigo, y tú conmigo.” 

Cuán maravilloso es el panorama que la expresión “hasta aquí” presenta a nuestros ojos, cuando la consideramos a la luz de nuestro único y suficiente Señor y Salvador personal: JESÚS.                Carlos H. Spurgeon. Tomado de  www.perlaspreciosas.org