sábado, 27 de diciembre de 2008

1.PUERTAS DE SALUD: ORACIÓN ∞

Meditar nos introduce a la vida espiritual, ayunar es el instrumento, estudiar transforma nuestra mente, pero la Disciplina de la Oración nos conduce a lo más profundo y elaborado del espíritu humano. Verdadera oración es creación y transformación de vida.

William Carey decía que “la oración –secreta, ferviente, en fe- es inseparable de la raíz de toda santidad personal”. Orar es cambiar. Mientras más cerca estemos de los latidos del corazón de Dios, más veremos nuestra necesidad y más desearemos ser conformados a Cristo.

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites (Santiago 4:3). ¡Pedir bien implica pasiones transformadas! Al orar comenzamos a pensar en los pensamientos de Dios sobre sí mismo: desear lo que El desea, amar lo que El ama, querer lo que El quiere. Se nos enseña a ver las cosas desde Su punto de vista.

(Marcos 1:35)  Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. El comentario es revelador del estilo de vida del Señor Jesús. ¿Y nosotros? Quien camina con Dios sabe que la oración es central en su vida. Es la esencia misma del andar cristiano.

Recordemos que somos salvos por gracia, perdonados en Cristo somos llevados a cosas más profundas según la voluntad de Dios. Recordemos que El nos acepta tal como somos, no por méritos pues no tenemos, sino por la sangre de Cristo con que fuimos comprados. Nos prepara, entrena, instruye, educa y hemos de esperar que al cultivar esta disciplina oremos con mayor autoridad y conocimiento espiritual al paso del tiempo.

¿Por qué orar? ¡Porque somos colaboradores de Dios! (1 Corintios 3:9). ¡Qué tremenda liberación y responsabilidad! Colaboramos con Dios para determinar el futuro. Cambiar el mundo. ¿Qué otra motivación necesitamos para orar?

La disciplina de la oración es un tema tan vasto y multifacético que se presta para toda clase de estudios profundos. Y hay muchas formas de orar: la oración discursiva, oración mental, la oración corporativa, oración individual, oración de guía, oración de quietud, de renuncia, de intercesión… ¡hay mucho para estudiar!

Se aprende a orar. Los discípulos mismos rogaron a Jesús que les enseñara a orar. Hubo algo en la calidad y cantidad de las oraciones de Jesús que les motivó a esta solicitud. ¿Te has dado cuenta, por ejemplo, que ninguna de las oraciones de Jesús termina en la consabida frase “si es Tu voluntad”? Al orar por otros no hay lugar a la indecisión, al medio-esperar-que si se cumple.

Hay tiempo y lugar, claro que sí, para la frase “si es Tu voluntad”. El primer clamor del alma humana creyente es conocer la voluntad de Dios. Oración de búsqueda que debe permear nuestra existencia. Y en la oración de renuncia, compromiso de abandonar nuestra voluntad a favor de la voluntad y caminos de Dios. En tales momentos hemos de seguir la guía: “no según mi voluntad, sino la Tuya”.

 CELEBRATION OF DISCIPLINE. The path to spiritual growth. The discipline of prayer. Richard J Foster

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