viernes, 13 de marzo de 2009

Idolatría los Domingos en las Mañanas, Parte 4

Quisiera continuar tratando un tema que empecé hace un par de semanas, eso es, identificando los ídolos a los que podríamos estar sirviendo en nuestros corazones aún cuando nos reunimos a adorar a Dios con Su pueblo. En publicaciones anteriores miramos la música, la tradición, creatividad, la experiencia, y la liturgia. Aquí está otra más (bueno, dos realmente).

Conocimiento Bíblico
No vacilo en incluir "conocimiento bíblico" como un ídolo potencial. La razón por la que hago esto es que podríamos procurar erróneamente un conocimiento doctrinal que es distinto de un conocimiento de Dios mismo. Tenemos que reconocer esta posibilidad o podríamos caer fácilmente en el error de los fariseos, quienes se enorgullecieron más de su "justicia" que en su relación con Dios. Nosotros también, podríamos estar más impresionados con la teología acertada en nuestras canciones y servicios que en la realidad de que Dios nos ha mostrado misericordia en Jesucristo.

La doctrina y la teología, humildemente estudiadas y aplicadas, siempre nos llevan a temer, amar, y adorar más a Dios, no menos. Por esa razón, Jesús reprendió a los fariseos por buscar un conocimiento de las Escrituras que no lo llevaba a El. "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida." (Juan 5:39-40, ) verso mal interpretado cuando se entiende como una ordenanza, cuando realmente es una reprimenda a la forma de escudriñar. Mientras crecemos en nuestro entendimiento y amor por la Palabra de Dios, siempre debería producir una humildad y piedad correspondiente que nos lleve a Cristo. Que trágico es que aquellos quienes defienden ciertas maneras de adorar a Dios más vocalmente a menudo no toman en cuenta la humildad que Dios tiene en más alta estima. (Isaías 66:2)

Ignorancia Bíblica
En el otro lado de la moneda, podemos exaltar nuestra ignorancia de las Escrituras mientras adoramos a Dios, afirmando que las "palabras se entrometen con la adoración." En algún punto en el futuro planeo compartir sobre la supremacía de la Palabra de Dios en nuestra adoración. Por ahora es suficiente decir que cuando de una forma no intencional no valoramos la Palabra de Dios como la influencia controladora y sustancia primaria de nuestra adoración, otras autoridades se apresurarán a ocupar su lugar. No somos más espirituales, ni estamos más cerca de Dios, ni más maduros si pensamos que no necesitamos palabras para comunicarnos con Dios. Dios siempre ha colocado Su Palabra en el centro de nuestra comunión con El, ya sea a través de el cantar, orar, o predicar. A través de la Palabra de Dios más nos vale venir a conocer Quien es El, quienes somos nosotros, y como hemos de relacionarnos con El. (Ex. 20; 1 Reyes 8:9; Ex. 34:6-7; Josué 1:7-8; 2 Crón. 31:2-4; 34:29-33; Salmo 119; Salmo 19:7-11; Mateo 15:8; Hechos 13:48-49; Col. 3:16; 1 Tim. 4:13)

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