lunes, 16 de febrero de 2009

Desde México

Les escribo desde la ciudad de León en Guanajuato, una zona conocida como el Bajío. León es una ciudad industrial, dedicada casi por entero al encurtido de pieles y fabricación de zapatos. Se dice que todos los zapatos de México se fabrican en León, imaginen… (aunque la verdad, ya llegaron los chinos).

La ciudad tiene amplias avenidas, y en cada esquina hay desniveles para las personas que anden en silla de ruedas; es una ciudad limpia y bien cuidada. Me llamó la atención un letrero que había en cada puente hecho para que la gente cruce la calle (pues en algunas partes las avenidas son muy largas): Peatón, los vehículos son de metal; tú, no. Usa el puente peatonal.
Sin embargo, muy temprano en la mañana y tarde en la noche se siente un cierto aroma, denso, que impacta. El taxista me dijo que ¨es el olor de la riqueza, seño, porque es cuando las tenedurías vierten sus desechos al río; y hay muchas tenedurías¨.
Ay!, cuánta verdad dijo este hombre sin darse cuenta.

Oh Señor ayúdanos, y seamos capaces de exhalar el aroma de Cristo y que cuando otros perciban la fragancia digan ¨es el olor del reino de los cielos¨!

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