lunes, 26 de octubre de 2009

¿Qué es la amargura?

Cuando pecamos podemos sentir culpa. Cuando pecan contra nosotros podemos sentir amargura. La amargura siempre está basada en el pecado de otro aunque el pecado del otro puede ser imaginario o real.

Por Ejemplo: Te dijeron que Pedro dijo algo falso sobre ti y te amargas. Puede ser que lo que dijeron sobre Pedro no sea verdad, pero esa ofensa imaginaria te lleva a la amargura.

El pecado no tiene que ser tan grande, solo tiene que afectarte directamente. Por ejemplo, ayer vi en las noticias que dos jóvenes, uno de 19 años y uno de 14 estrangularon una anciana de 98 años en Santo Domingo para robarle dos mil pesos. Eso es un pecado terrible, pero lejano. No sentimos ningún tipo de rencor o amargura contra esos adolescentes. Sentimos disgusto y asombro, pero no sentimos culpa ni amargura. Pero si tu esposa te acusa de insensible se arma la tercera guerra mundial y podrías durar días sin hablarle con ternura. Es así porque la amargura no tiene tanto que ver con la magnitud del pecado sino más bien con quien lo comete y como te afecta.

La amargura no depende de que tan grande sea el pecado sino como ese pecado te afecta. Mientras más cercana sea la persona a ti, más posibilidades hay de que sientas amargura cuando te ofenden. Candidatos posibles: padres, hermanos, esposos, esposas, hijos, novios, novias, jefes, compañeros de trabajo, pastores, hermanos de la iglesia y Dios.

El amargado siente que tiene el derecho de estar así. Siente que es su derecho y que es lo justo. La amargura alimenta el orgullo produciendo un sentido de superioridad y por eso es que las personas con amargura pueden llegar a sentir un extraño placer.

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