sábado, 31 de octubre de 2009
Clásicos
Apasiona2 x Cristo
jueves, 29 de octubre de 2009
Cautiverio
miércoles, 28 de octubre de 2009
Remedio contra la Amargura
El mundo solo tiene dos maneras de tratar con la amargura.
- La mantienes dentro de ti y te enfermas
- La expulsas y contaminas a otros.
El Evangelio da el único remedio que sana la amargura y no solo la tapa.
Efesios 4.31-5.2
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. 1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
- La amargura es pecado. Mientras veas la amargura como un derecho o una actitud justificable cuando alguien te ofende, nunca verás la necesidad de ser sanado, de quitarla. Claramente, las Escrituras presentan la amargura como un pecado. Es un pecado que te hace daño a ti, a los demás y bloquea la gracia de Dios en tu vida.
- La amargura hay que quitarla, no taparla. “Quítense de vosotros toda amargura.” ¿Por qué no eliminamos la amargura de nuestras vidas? Es porque cuando nos ofenden nos enfocamos en lo que el otro hizo, pero perdemos de vista que mi reacción amarga ante ese pecado también es pecado. Muchas veces razonamos de la siguiente manera:
- “Cuando deje de actuar así entonces quitaré mi amargura.” ¿Y si nunca para, vas a vivir toda una vida de amargura porque otra persona continúa pecando contra ti?
- “Cuando se arrepienta entonces lo perdonaré todo estará bien.” Eso simplemente no es verdad. Si mantienes una actitud de amargura, cuando te vengan a pedir perdón no podrás perdonar. Para poder perdonar a una persona cuando te venga a pedir perdón debes ya haberlo perdonado en tu corazón antes que venga. La amargura no es un botón que se puede presionar cuando te pidan perdón. El problema de la amargura se resuelve unilateralmente independiente de la actitud del otro.
- ¿Y entonces por qué la Biblia nos manda a corregir a los que pecan contra nosotros? Pues para el bien del otro. Para que el vea su falta y se arrepienta y pueda estar bien con Dios; si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele… si te oyere, has ganado a tu hermano (Mt. 18:15). Es por e bien de tu hermano, no como condición para eliminar tu amargura.
- Es posible que tengas amargura hasta con personas que han muerto. Ellos no te van a pedir perdón pero tú si tienes que quitar de ti toda amargura contra esa persona. Es por tu bien y para honrar a Dios.
- Refleja el amor del Padre y de Cristo por ti.
- Si verdaderamente crees que Dios te amó y te perdonó cuando eras su enemigo, cuando aun estabas muerto en delitos y pecados, cuando lo aborrecías y si verdaderamente crees que Cristo dio su vida y sufrió todo el castigo que tu merecías por tus pecados contra El, entonces lo más razonable es esperar que tu perdones a los demás como Dios te perdonó a ti.
- Y si verdaderamente crees que lo que Dios te ha perdonado es cien mil veces mayor que lo que tu tienes que perdonar, entonces te sería fácil perdonar.
- Eso es glorificar a Dios, reflejar su carácter en una manera totalmente radical y contraria a lo que el mundo espera. El mundo no contempla el perdón como una opción, pero nosotros somos la comunidad de la gracia, la comunidad de los perdonados.
martes, 27 de octubre de 2009
Culpa Incrédula
No estás creyendo en la suficiencia de Cristo como Salvador sino que
confías en ti mismo como tu salvador.
- Tim Keller
¿Tengo Amargura?
Veamos algunos síntomas de amargura:
- La amargura recuerda los detalles. Tu has tenidos miles de conversaciones y experiencias en tu vida, la mayoría de las cuales haz olvidado, pero esta ofensa en particular sucedió hace cinco años y recuerdas casi todos los detalles. Recuerdas sus palabras, donde estaban, la manera como te lo dijo y hasta el tono de su voz. Si recuerdas todos esos detalles de una ofensa contra ti entonces tienes amargura.
Podrías decir que es que tienes una buena memoria. Es posible pero poco probable. Lo que permite que recuerdes detalles de cosas que sucedieron hace cinco años es que lo has repasado muchas veces en tu mente. Y si está relacionado con una ofensa de alguien contra ti esa súper memoria indica que lo has repasado mucho en tu mente y lo repasaste porque no lo has perdonado.
Esto sucede con frecuencia con parejas que están en un proceso de divorcio. Hubo momentos felices en su matrimonio, pero ahora no pueden recordar ni uno de esos momentos. ¿Es porque realmente no tuvieron ni un momento feliz? No, sino más bien porque han repasado tanto los conflictos y dificultades que es lo único que recuerdan.
Tal vez sólo lo repasaste en tu mente durante unos meses después que sucedió, pero lo repasaste tanto y tan bien que todavía lo recuerdas muy bien y como no has perdonado, como no lo has soltado, todavía está fresco.
- Otro posible síntoma de la amargura es el desánimo. El mismo texto de hebreos contiene una exhortación a levantar las manos caídas y las rodillas paralizadas. Esto es porque los pecados de los demás contra nosotros tienden a desanimarnos y muchas veces ese desánimo está ligado a un espíritu de amargura.
- Ve el pecado del otro como la causa de sus problemas. Esaú culpó a Jacob por todos sus males, pero Esaú fue quien menospreció su primogenitura intercambiándola por un plato de comida. La persona amargada está tan enfocada en la ofensa y el pecado del otro que muchas veces no ve ni admite sus propias contribuciones al conflicto.
- Simplemente no puedes tener una relación normal de amor con la persona que ha pecado contra ti. Tal vez tu manera de manejar la amargura es la siguiente. El hermano Roberto te ofendió y para no decirle tres cosas, para no alterarte, simplemente lo evitas y piensas que con eso has pasado por alto la ofensa. Si Roberto se sienta abajo tu te sientas en el mezanine. Si Roberto está parado en la puerta trasera y quieres salir, sales por delante aunque tu vehículo esté estacionado detrás. Y si en alguna ocasión se ven de frente y no hay escapatoria lo saludas, pero ya. Eso no es pasar por alto, eso no es perdonar, eso es tapar la amargura. Tienes el mismo corazón de amargura y lo único que estas haciendo es evitar circunstancias que pongan en manifiesto la pudrición de amargura en tu corazón.
Una misionera llamada Amy Carmichael dijo lo siguiente: “No importa cuan fuerte sacudas una copa llena de agua dulce, nunca salpicará agua amarga”. Cuando los pecados de los demás nos sacuden vamos a salpicar lo que tengamos dentro.
Resolver el problema de amargura no es poner tu copa en un lugar estable donde no pueda ser sacudida, sino sacar todo rastro de agua amarga de tu copa y sustituirla por agua dulce de tal manera que no importa que tan fuerte te agiten siempre salpicarás agua dulce.
lunes, 26 de octubre de 2009
Inmensidad
¿Qué es la amargura?
Cuando pecamos podemos sentir culpa. Cuando pecan contra nosotros podemos sentir amargura. La amargura siempre está basada en el pecado de otro aunque el pecado del otro puede ser imaginario o real.
Por Ejemplo: Te dijeron que Pedro dijo algo falso sobre ti y te amargas. Puede ser que lo que dijeron sobre Pedro no sea verdad, pero esa ofensa imaginaria te lleva a la amargura.
El pecado no tiene que ser tan grande, solo tiene que afectarte directamente. Por ejemplo, ayer vi en las noticias que dos jóvenes, uno de 19 años y uno de 14 estrangularon una anciana de 98 años en Santo Domingo para robarle dos mil pesos. Eso es un pecado terrible, pero lejano. No sentimos ningún tipo de rencor o amargura contra esos adolescentes. Sentimos disgusto y asombro, pero no sentimos culpa ni amargura. Pero si tu esposa te acusa de insensible se arma la tercera guerra mundial y podrías durar días sin hablarle con ternura. Es así porque la amargura no tiene tanto que ver con la magnitud del pecado sino más bien con quien lo comete y como te afecta.
La amargura no depende de que tan grande sea el pecado sino como ese pecado te afecta. Mientras más cercana sea la persona a ti, más posibilidades hay de que sientas amargura cuando te ofenden. Candidatos posibles: padres, hermanos, esposos, esposas, hijos, novios, novias, jefes, compañeros de trabajo, pastores, hermanos de la iglesia y Dios.
El amargado siente que tiene el derecho de estar así. Siente que es su derecho y que es lo justo. La amargura alimenta el orgullo produciendo un sentido de superioridad y por eso es que las personas con amargura pueden llegar a sentir un extraño placer.
sábado, 24 de octubre de 2009
Isaías 55:10-13
Clásicos
Sobre todo eres Señor
Sobre todo poder y rey,
sobre toda humanidad y ley,
sobre toda prudencia y saber
eras Dios antes del mundo ser.
Sobre todo reino y nación
y maravillas que el mundo conoció,
sobre toda riqueza y esplendor
nada se compara a Ti, mi Dios.
[Coro]
A la cruz fuiste por amor;
a sufrir dolor y humillación.
Para su gloria el Padre te exaltó,
y todo ser confiese que ¡Eres Señor!
Letra y Música de Lenny LeBlanc & Paul Baloche © 1999 LenSongs Publishing/ASCAP & Integrity’s Hosanna! Music/ASCAP. Trad. Cortesía de la IBI. Arreglo coro Jennifer Arocha.
viernes, 23 de octubre de 2009
Falsos dioses
Pocas veces tenemos el privilegio de escuchar o de leer a un gran predicador hablar o escribir con tanta honestidad como lo hace Tim Keller en este artículo que ayer subió en el blog del Redeemer Church Planting Center.
Espero que su lectura cause inquietud en los corazones y deseo de indagar más en la verdad del evangelio hacia la que señala tan acertadamente.
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A menudo me preguntan cómo es que he llegado a estar tan familiarizado con la manera tan sutil en la que el corazón humano tiende a la idolatría.
Al igual que muchos pastores jóvenes, yo solía trabajar demasiadas horas, nunca diciendo "no" a cualquiera que reclamase mi servicio pastoral. Cuando me ofrecían un incremento del salario pastoral, lo rechazaba. Cuando me ofrecían ayuda administrativa, declinaba la oferta. Me sentía bastante orgulloso de ser el tipo de persona que trabaja muy duro, nunca se queja y nunca pide ayuda. Esta postura provocó frecuentes conflictos con mi esposa, quien acertadamente mantenía que lo que yo estaba haciendo era descuidar mi relación con ella y con mis hijos [por aquél entonces, todavía muy pequeños]. Todo ello, también me llevó a tener problemas de salud, aún cuando sólo tenía treinta y pocos años.
A pesar de todo, continuaba sintiendo que la manera en la que estaba viviendo era noble y buena. Creía que estaba comprometido de una forma sacrificial al ministerio de la Palabra. Especialmente, me encantaba poder hacer sacrificios que nadie veía – ni siquiera los miembros de mi iglesia o incluso mi familia. Eso me hacía sentir aún más noble. Si todo esto me causaba, a mí personalmente, algún problema ¿no era entonces [una clara] evidencia de lo realmente devoto que era? [No hay duda de que] me encontraba en una situación muy peligrosa. Mi futuro era de lo más inquietante, aunque yo no era consciente de ello. A corto plazo, este tipo de adicción al ministerio recibe su recompensa de la admiración de la gente a tu alrededor.
Sin embargo, algunos amigos bienintencionados vieron el problema y, literalmente, cayeron sobre mi con todo "el peso de la ley"; mostrándome que estaba incumpliendo los mandamientos de tomar un día de reposo y de honrar a mi familia. Normalmente, yo solía responder añadiendo una serie de cambios que al final no era capaz de mantener. Otros [amigos] utilizaban la técnica moderna de la auto-estima – "Necesitas pensar en ti mismo; necesitas hacer cosas que te hagan feliz." Yo, [simplemente] desdeñaba ese tipo de consejo como algo terriblemente egoísta. Yo, [por supuesto] lo que valoraba era el auto-sacrificio.
No fue hasta que empecé a explorar mi corazón con la categoría bíblica de idolatría que, [entonces], descubrí horrorizado que todo mi supuesto sacrificio no era sino toda una serie de actos egoístas. Estaba usando a la gente con el fin de forjarme un sentido de valor propio. Estaba enfocando la atención hacia lo sacrificado que era mi ministerio para que éste me diera un sentido de "justicia delante de Dios" que sólo debiera encontrar en Jesucristo. La gente hace ídolos del dinero, del poder, de los logros personales o de la excelencia moral. Tratan de encontrar en todas estas cosas "la salvación" – que les den un sentido de pureza, valor y el sentirse aceptados, algo que [en definitiva] sólo Jesús puede dar. En mi caso, yo estaba utilizando el ministerio (y a mi propia gente) en este sentido.
Sin la categoría de lo que es la idolatría – convertir algo bueno en un pseudo salvador—nunca hubiera sido capaz de verme a mi mismo [bajo la perspectiva correcta]. Nada, aparte del concepto de falsos dioses, podría haberme hecho caer del espejismo de [supuesta] virtud y [sentido] de superioridad en el que encontraba atrapado. Doy gracias a Dios por este dramático entendimiento [que me salvó la vida] – aunque todavía continuaré luchando [de por vida] con tal de ir implementando lo que he aprendido.
Fuente: http://www.kerigma.net/
jueves, 15 de octubre de 2009
Fe atea
lunes, 12 de octubre de 2009
Conferencia Desiring God en Español
- Obrando y Adorando en el Teatro de Dios
- El Libreto Sagrado en el Teatro de Dios
- El Libreto Secular en el Teatro de Dios
- El Escenario Quebrantado en el Teatro de Dios
- La Escena Final en el Teatro de Dios
- Jesucristo: El Desenlace en el Teatro de Dios
Pensar en Cristo
10 Lecciones
sábado, 10 de octubre de 2009
¿Mi iglesia o el Reino?
“Mi pasión no es construir la iglesia. Mi pasión es el Reino de Dios.”
¿Alguna vez has oído a alguien hablar así? Yo sí. Se oye como algo inmenso, pero es un error. Y puede ser destructivo.
Supón que te diga, “mi pasión no es construir mi matrimonio. Mi pasión es El Matrimonio. Quiero que la institución del Matrimonio vuelva a reverenciarse. Trabajaré para esto. Oraré para esto. Pero no esperes que me zambulla en las humildes realidades diarias de construir un gran matrimonio con mi esposa Jani. Mi meta es algo mucho mayor.”
Si dijera esto, ¿qué pensarías? ¿“wow, Ray siempre tan comprometido”? ¿Acaso no pensarías que he perdido la cabeza?
Si te importa el Reino, sé la clase de persona con la que se puede contar en tu propia iglesia. Unete a tu iglesia, ora por tu iglesia, diezma en tu iglesia, ora por los líderes de tu iglesia, participa en tu iglesia cada domingo de todo corazón, apasionadamente.
Construimos grandes iglesias del mismo modo que construimos grandes matrimonios –compromiso real que establece diferencias positivas cada día.
Ray Ortlund, Christ is Deeper Still. http://christisdeeperstill.blogspot.com/2009/09/my-church-or-kingdom.html
miércoles, 7 de octubre de 2009
Sobre la campaña....
¨Regularmente la campaña evangelística busca predicar de Cristo a los inconversos.Regularmente se hace al aire libre.¿Por qué no se pensó en este caso hacerlo así?¿Cuál es el programa para esos dias?¨
Respondemos:
(1) Estamos de acuerdo por completo, y si Dios quiere lo tendremos presente.
Regularmente hemos estado en campaña cada sábado, al aire libre, en los parques de la ciudad y con grupos pequeños. Ahora se ha planificado ¨en grande¨ en IBG por las facilidades disponibles, con sencillez.
(2) Del programa, el viernes 9 de octubre inicia a las 7:30 pm, el sábado 10 a las 7:00 pm y el domingo 11 será tanto en la mañana (11:00 am) como en la tarde (6:00).
El pastor Miguel Núñez, ampliamente conocido por su dones como predicador y evangelista, es la persona encargada de presentar las buenas nuevas a los inconversos y de recordarlas a los ¨viejos¨ para crecer en santidad. P.Núñez es ministro de IBI (Iglesia Bíblica Internacional) en Santo Domingo.
Siéntase en libertad de invitar a todos sus amigos, familiares y conocidos. Gracias por escribirnos.
De sus siervos en Cristo,
martes, 6 de octubre de 2009
2. El Hermano Lorenzo
CARTAS
No tengo otra voluntad que la de Dios. Intento seguirlo en todas las cosas. Estoy tan rendido a la voluntad de Dios por causa de Su amor que lo más que podría hacer contra Sus órdenes sería recoger alguna pajilla del suelo, si hubiera alguna otra razón que no fuera Su amor.
Pienso que la respuesta a nuestros problemas es que debemos confesar nuestras fallas y humillarnos ante Dios. Permanecer ante Dios como pobres, mudos paralíticos a la puerta de un hombre rico. Luchemos por estar atentos en la presencia de Dios.
Por esto confieso todos mis pecados a Dios. Pido Su perdón, y abandono mi ser en Sus manos para que haga conmigo como desee.
Acostúmbrate al sufrimiento. Pide a Dios fortaleza para sufrir como El quiere, por tanto tiempo como El juzgue necesario.
No hay mejor estilo de vida ni mayor felicidad que la de tener una conversación continua con Dios.
Sé esto: Dios cuida de mí. Mi tranquilidad es tan grande que no tengo temor de nada. ¿Qué podría temer cuando estoy con El? Me agarro de Dios con todas mis fuerzas.
Un pequeño levantar del corazón es suficiente. Haz esto incluso cuando estés ocupado porque reflexiones breves sobre Dios, actos internos de adoración -por muy cortas que estas oraciones puedan ser- agradan a Dios.
Hemos de trabajar con fidelidad, sin ansiedad, gentilmente trayendo nuestras mentes de vuelta a Dios siempre que nos encontremos distraídos.
Podemos hacer una capilla de nuestro corazón adonde nos retiramos algunas veces para conversar con Dios. Todo el mundo puede tener estas conversaciones familiares con Dios. El conoce lo que podemos hacer. ¿Por qué no intentarlo? Quizás El solo busca la intención correcta de nuestra parte. Ten valor. La vida es corta.
Piensa en Dios durante todo el día, en cada actividad, aún cuando descanses. El siempre está cerca. No lo dejes solo. ¿Acaso no sería rudo ignorar a un amigo que te visita? ¿Por qué abandonar a Dios y dejarlo solo? No te olvides de Dios. Piensa en El a menudo, adórale incesantemente, vive y muere con El.
Nuestro Dios es infinitamente bueno y sabe lo que necesitamos.
Pon pues tu mano en el arado.
Compilación de Carmen Acevedo Butcher, profesora asociada de Inglés y escolar residente del Colegio Shorter en Roma, Georgia.
¿Te ama Dios?
Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
(Gálatas 4:1-7).
lunes, 5 de octubre de 2009
1. El Hermano Lorenzo
Es extraordinaria la cantidad de citas -más de 200,000- que aparecen en Google si buscamos “Hermano Lorenzo”, una persona cuya biografía es muy sencilla y cuyo portafolio de escritos es bastante escaso: un corto ensayo denominado Máximas Espirituales, 16 cartas a varias monjas, una a un director espiritual, otra a un personaje laico y cuatro conversaciones registradas.
Nacido como Nicolás Herman en 1614 en la villa de Lorraine, Francia, experimentó conversión espiritual a los 18 años de edad. Ese invierno, observando árboles sin hojas, se maravilló de que su desnudez pronto se llenaría de verde otra vez, y habría flores, y también frutos. Estos pensamientos le hicieron reflexionar sobre la profundidad del amor de Dios; sin embargo se enlistó en el servicio militar y fue herido en la Guerra de los 30 Años. Inseguro de su futuro, intentó varios trabajos. Finalmente, a los 26 años de edad ingresó a la Orden de los Carmelitas Descalzos como hermano laico, tomó el nombre de “Hermano Lorenzo” y vivió ahí durante 50 años.
Cojeaba mucho debido a las heridas recibidas durante la guerra, por lo que fue cocinero y lavaplatos mientras su problema físico se lo permitió. Después se convirtió en zapatero del monasterio, arreglando unos 200 pares de sandalias. Murió el 12 de febrero de 1691, pero sus inimitables y sencillos escritos todavían nos enseñan hoy cómo andar en los caminos del amor de Dios.
CONVERSACIONES
Si renunciamos a nosotros mismos, conoceremos gozo inmenso. Siempre acude a Jesucristo, pidiendo Su gracia que todo facilita. No se requiere nobleza ni aprendizaje para acercarse a Dios, sino un corazón resuelto a dedicarse sólo a El, amándole.
Anclate en la presencia de Dios al conversar de continuo con El. Alimenta tu alma al enfocar tu mente en la gloria de Dios. Acepta el gozo que proviene de gastar tiempo con El. Renueva tu fe; es tan terrible que tengamos tan poca.
Entrégate por completo a Dios. Abandona tu yo a El. Encuentra gozo en hacer Su voluntad en toda circunstancia. Gozo y sufrimiento son sinónimos de alquien que se ha rendido a Dios. Seamos fieles en tiempos de aridez, cuando Dios prueba nuestro amor hacia El.
MAXIMAS ESPIRITUALES
Mantengamos nuestros ojos fijos en Dios en todo lo que hablamos o hacemos. Nuestra meta es adorar a Dios incesantemente.
Trabajemos para que cada acción, sin excepción, sea una breve conversación con Dios -no de manera artificial, sino en pureza, con sencillez.
Actuemos siempre con cuidado y deliberación, no con prisas o por impulsos pues estas son las marcas de una mente distraída. Cooperemos con Dios en gentileza y amor.
Puesto que sabemos que Dios siempre nos acompaña en nuestro ser interior, detén lo que sea que estés haciendo y adora, alaba, pide Su ayuda, ofrece tu corazón, y agradécele.
El alma que se interioriza para practicar la presencia de Dios, establece una intimidad tan grande con El que literalmente gasta su vida en actos continuos de amor, adoración, tristeza santa, confianza, gratitud, ofrendas y peticiones. Algunas veces estas acciones se convierten en un hecho sin final porque el alma practica constantemente el ejercicio de la divina presencia de Cristo.
Compilación de Carmen Acevedo Butcher, profesora asociada de Inglés y escolar residente del Colegio Shorter en Roma, Georgia.
sábado, 3 de octubre de 2009
ña...campaña...campaña...campaña...campaña...campañ
Crisis de consuelo
No hay término más repetido en todos los medios de comunicación serios, que el de “crisis”: crisis política, crisis laboral, familiar, de moral, de educación, crisis éticas, crisis religiosas y un largo etc., pero hay una pocas veces mencionada y que desde el corazón creo representa mayor déficit en nuestro mundo, crisis de consuelo.
Consolar a quien acaba de sufrir un gran dolor es lo más difícil que existe, y nuestra civilización, aunque presume de avanzada y progresista, no está sobrada de corazón para hacerlo.
Luego me siento desarmado, impotente, sin saber qué decir, ante el dolor de mis hermanos y amigos. He estudiado y he profundizado acerca de Teología y Psicología, he leído acerca de técnicas para ayudar a los que pasan por horas y situaciones de dolor o prueba, sabiendo que nada reemplaza al Espíritu, la Palabra y la oración, pero aun así, cuando alguien sufre de veras (particularmente cuando alguien es golpeado por la muerte de un ser amado), ¿qué decir?
Me faltan palabras y sólo atino a recomendar “la confianza en Dios, en toda prueba”. Todas las técnicas verbales se vuelven vacías, ineficaces, inoperantes. Entonces, en mis más íntimos pensamientos, me arrodillo ante el dolor, y creo que es la emoción más verdadera.
Y es que el dolor tiene algo de sagrado. Y no uso la palabra meramente en el sentido metafórico. Es sagrado, pues pertenece a esas entretelas entre el alma y el espíritu a través de las cuales nos conectamos con Dios, y nos hacen sentir nuestra fragilidad y nuestra necesidad del Altísimo, pues no sabemos cómo detenerlo.
A mi entender, el dolor auténtico que brota en un hombre y en la permisividad de Dios, debemos intentar aceptarlo con corazón humilde, tal como es; y esforzarnos y que aún a través de él podamos honrar a Dios y ayudar a los que sufren.
Creo que esta es una buena postura de consuelo: ante el dolor, lo primero y fundamental es callar. Acompañar. Pero no malgastar palabras, no decir una sola palabra que no se sienta. Estar junto al que sufre es mejor. Tratar de asumir interiormente su dolor. Y amarle sin palabras.
En rigor, sólo saben consolar Dios y las madres.
Dios, porque es Autor de todo consuelo. Y las madres, porque participan en esto muy especialmente de lo divino.
¿Conocemos muchas personas consoladoras? ¿Quién tiene tanto espíritu maternal en sí, que le permita decir a una persona angustiada y desesperada una palabra luminosa, de tal modo que vuelva a brillar la luz en su alma ensombrecida?
Sí, hay un gran déficit de consoladores en nuestro tiempo.
Los mismos pastores nos hemos vuelto administradores, ceremonialistas y conferencistas, y hemos olvidado que esto no consuela. Para consolar, siempre será mejor el hombre de oración, que además profundiza en el conocimiento de la psicología humana.
Porque, quiero repetirlo, en rigor, sólo Dios da consuelo.
Y los humanos, cuando más, hemos de limitarnos a transmitir el consuelo divino.
Pero, y desde mi mismo corazón me pregunto: ¿Cómo transmitir consuelo allí donde no hay fe, si Dios, en definitiva, es el autor de todo consuelo?
En mi ministerio he tenido que asistir a no pocos entierros, en familias con fe y sin ella. ¡Y qué diferente era todo! ¡Qué desgarro en unas y qué honda serenidad en otras!
Porque ¿cómo ayudar a entender la muerte a quienes creen que detrás de ella no hay nada? ¡No sabe el mundo cuánto pierde cuando pierde la fe, la fe no como tapadera o tubo de escape, sino como realidad hondamente vivida!
¿No será este descreimiento, esa incredulidad, la mayor razón de ese “déficit de consuelo” que el mundo padece?"
P.Roberto Velert Ch.
Iglesia Evangélica Bautista “Piedra de Ayuda”, Barcelona.