martes, 18 de noviembre de 2008

∞ 1. ¿QUÉ SOMOS DELANTE DE DIOS? ∞

A primera vista, las Bienaventuranzas parecen pertenecer a un mundo distinto al que vivimos.     Por lo general, no nos referimos a alguien como “bienaventurado”. Sin embargo, las frases de Mateo 5:3-12 no debieran sonar extrañas a quienes se familiarizan con la Escritura. Incluso el Libro de los Salmos inicia con una de ellas: bienaventurado el varón que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores.

¿Qué significa bienaventuranza? ¿Quién es bienaventurado? 

Bendición y maldición, su opuesto, son palabras íntimamente relacionadas con el pacto de Dios hecho con Su pueblo. De acuerdo a la promesa y compromiso de Dios, quien sea fiel a El experimentará Su bendición en su vida; quien se aleje de El experimentará Su maldición y juicio.

Primero a Abraham (Génesis 12:2-3) y después ratificado en Sinaí (Deuteronomio 28:1-14 y 15-68), Dios da a conocer Su pacto con Israel. Observe que su bendición es pura y simple comunión con El, experimentar Su promesa: Yo seré su Dios y ustedes serán Mi pueblo. Es decir, relación correcta y directa con Dios y disfrutar de El.

Descubrimos entonces que las Bienaventuranzas no se dirigen a lo que nosotros debiéramos hacer. Más bien, describen las bendiciones –la gracia y alegría- que pertenecen a aquellos cuyas vidas muestran las evidencias del gobierno o reinado de Dios. Al otorgar cada bienaventuranza, el Señor explica la razón de la bendición.

Algunas veces nos confunde la naturaleza de las enseñanzas del Señor. Las palabras del Señor Jesús no son producto de “inspiración al momento” ni rayos de “súbita revelación”. A menudo su enseñanza toma la forma de exposición o aplicación e iluminación de la Escritura. Y este es el caso de las Bienaventuranzas. El Señor toca algunos temas del Libro de los Salmos y del profeta Isaías y establece aplicaciones para Sus discípulos. Puntualiza la enseñanza escritural sobre la vida que es bienaventurada.

El elemento “nuevo” no fue que expresara las Bienaventuranzas. Sino que hablara en contra del contexto nebuloso en que los hombres habían convertido la Palabra de Dios. La gente había perdido de vista donde se halla la verdadera bendición.

La voz del Señor necesita ser escuchada otra vez, por cristianos.

¿Quieres una prueba? Considera: ¿Qué hay en tu corazón, que piensas vital para tu vida y carácter? ¿Puedes nombrar al menos 8 puntos que desearías desarrollar en tu vida?

Fuera bueno escribir nuestra lista y compararla con la que Cristo presenta. ¿Nos es favorable?

THE SERMON ON THE MOUNT. Kingdom life in a fallen world. S.B. Ferguson.

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