El célebre Spurgeon dijo a sus estudiantes pastorales:
¿No sería una gran degradación de tu oficio si mantuvieras un ejército de espías en tu nómina para informarte sobre todo lo que tu gente habla sobre ti? Y es básicamente lo mismo si permites que ciertos personajes vengan a ti con los más recientes chismes . Epanta tales criaturas. Aborrece tales sirvientas chismorreosas de la discordia y hacedores de maldad. Los que traen también llevan y sin duda los chismes van de casa en casa reportando cada observación de tus labios con abundancia de adornos adicionales. Recuerda que, así como el que recibe es tan malo como el ladrón, el que escucha el escándalo comparte en la culpa. Si no hubiesen oidos no habrían lenguas murmuradoras. Mientras seas comprador de calumnias, la demanda creará oferta y las factorias de falsedades trabajarán a toda marcha. Nadie quiere hacerse procreador de mentiras, no obstante, quien escucha tales difamaciones con placer y las cree con prontitud, ciertamente engendrará muchos de estos hijos a vida.
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