miércoles, 23 de abril de 2008

Fue un pacto o no fue un pacto?

Se puede llamar la relacion que Dios tuvo con Adan antes de la caida un pacto?

Sabemos que los teologos reformados estan divididos en cuanto a esto. Pero permitanme recordarles las diferentes bases:

A) Los que si creen que se puede decir que hubo un pacto, independientemente del nombre, sea pacto de las obras, de la creacion, adamico, etc.

1- El argumento de que los elementos de un pacto están todos presentes:

· Las partes contratantes. Por un lado tenemos al Dios Trino y por el otro, a Adán como su criatura dependiente. Dios toma la iniciativa y hace un pacto con Adán, donde El mismo impuso de manera soberana esta condición sobre el hombre. No hubo un diálogo entre las dos partes para llegar a una conclusión. Como Señor y dueño de Adán, Dios tenía todo el derecho de poner las condiciones del mismo.

· Una provisión de gracia. Según el texto, Dios puso al hombre en un lugar de mucha felicidad. Dios preparó el jardín del Edén, donde la presencia especial de Dios estaba. Allí estarían las necesidades del hombre satisfechas; por eso se le llama paraíso. La generosidad de Dios puede ser percibida en el verso 16, donde se expresa una libertad sin límites: “Y ordenó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer”.

· Una prohibición especial. Dios dio a Adán un mandamiento adicional a la ley escrita en su corazón. El no debía comer del árbol del conocimiento del bien y el mal (v.17). Esta era especial en su naturaleza; es decir, no era moral en su esencia, sino que era positiva. No había nada inmoral en comer del árbol. Adán tenía que recibir la sabiduría según la manera que Dios había establecido y en el tiempo de Dios. Mientras tanto, Adán debía refrenarse, no porque era malo, sino simplemente porque Dios lo había prohibido.

· Una advertencia solemne. Dios advirtió a Adán que este moriría el día que comiera de este árbol. La muerte que se menciona en esta advertencia es la muerte en el sentido más inclusivo de la palabra, que abarca desde la muerte física hasta la vida espiritual. La idea fundamental de la muerte en la Escritura no es la extinción o aniquilación del ser, sino el quedar separado de la fuente de vida, con la resultante disolución, o miseria y dolor. Esta sentencia de muerte era para que Adán no despreciara todo lo que Dios le había dado.

· Una promesa implicada. Las palabras de Dios a Adán no eran una simple advertencia, pues también había una promesa implicada. Si Adán obedecía y se abstenían de comer del árbol, ellos también hubieran alcanzado un nivel de vida y de comunión con Dios que no se podía perder. Dado que Adán actuó como cabeza y representante de su posteridad, el nivel de vida que este hubiese alcanzado hubiese sido disfrutado por la misma.

2- El argumento de que la amenaza de muerte implica necesariamente una promesa implícita. En la Biblia, muchas amenazas implican o incluyen promesas positivas (Jonás 3:4). Ante la advertencia de Jonás, los habitantes de Nínive infirieron que había una promesa: si ellos hacían caso a la advertencia, serian perdonados. De igual manera, la amenaza del castigo a Adán, implica la promesa de que si obedecían el mandato, obtendrían un nivel de vida superior al que poseían; una vida de santidad en la presencia de Dios y de una forma inmutable.

Por otro lado, la cercanía física entre el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien o el mal sugiere una relación. Si Adán se hubiese refrenado de comer del árbol, hubiese tenido acceso al árbol de la vida. El árbol de la vida es un símbolo de una vida mas allá de la que Adán hubiese alcanzado si hubiese obedecido. Aparentemente Adán y Eva no habían tenido acceso al mismo (Génesis 3:22). El adverbio “también” se usa en el verso 6, donde se nos dice que Adán no había comido todavía del Árbol. ¿Por qué no habían comido Adán y Eva del árbol de la vida? Tal vez la cercanía entre ambos árboles los relaciona: uno era la recompensa del otro. Un argumento a favor de esto es que en otros lugares de la Biblia se presenta el árbol de la vida como recompensa al creyente. En proverbios, el árbol de la vida es usado como metáfora para referirse a recompensas. En Apocalipsis, es usado como símbolo de inmortalidad o vida eterna para aquellos que perseveran (Apocalipsis 2:7; 22:2,14).

3- El argumento de que hay un paralelo entre Adán y Cristo. Según Romanos 5:12-21, Cristo, el segundo Adán, ganó para nosotros lo que Adán fallo en lograr. De esta relación se infiere que hubo un pacto entre Adán y Dios. Este no pudo lograr los términos y por ello Dios envía al segundo Adán.

4- El argumento de que Oseas 6:7 menciona explícitamente que hubo un pacto: “Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí”.

B) Los que creen que a esta relacion no puede llamarsele pacto.

1- Las Escrituras no mandan este pensamiento especulativo. Este argumento lo basa en que no hay indicios de un pacto de obras antes de la caída en los primeros capítulos de Génesis. No se dice nada allí de juramento, ni de ceremonia, ni de ratificación, etc.

2- Esta concepción no reconoce los elementos de gracia que formaron parte de la administración adámica. Aunque es verdad que Adán y Eva recibirían la bendición de vida permanente en comunión con Dios a lo largo de la senda de las obras (perfecta obediencia a la ley de Dios), de ningún modo se sigue que con esta obediencia fueran a ganar o merecer esta comunión permanente.

3- La promesa de eterna salvación antes de la caída es inconcebible. Su punto es que la palabra pacto en las Escrituras se utiliza siempre en un contexto de redención. Dios establece su pacto con el hombre caído, con el fin de proporcionar una forma mediante la cual el género humano caído pueda ser redimido.

4- Esto haría el pacto una relación incidental o complementaria entre la vida de Adán y Dios. Pero la realidad es, plantea Hoekema, que Dios tenía el derecho a una obediencia perfecta sin tener la obligación de prometerles nada en virtud de ser el Creador.

5- La palabra que en Oseas 6:5 algunas versiones traducen como Adan, otras traducciones, incluyendo la Septuaginta traducen "hombres", por lo que la traduccion "como Adan", no es muy clara o segura.

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