En Efesios 4:1-16, el apóstol Pablo nos habla sobre la unidad de la iglesia. Como mencionábamos en nuestra publicación anterior, la humildad, mansedumbre, paciencia y un espíritu perdonador so indispensables para mantener una iglesia unida y en paz.
Pero el apóstol, en los versos 11-16, nos habla de un segundo factor que contribuye a la unidad del cuerpo de Cristo y este es la enseñanza de sana doctrina.
Finalmente, esta es una razón más para ver la enseñanza de sanas doctrinas bíblicas como una de las principales misiones de la la iglesia de Cristo.
Pero el apóstol, en los versos 11-16, nos habla de un segundo factor que contribuye a la unidad del cuerpo de Cristo y este es la enseñanza de sana doctrina.
11 Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, 12 a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; 15 sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, 16 de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Cristo ha dado maestros a su iglesia con el fin de que la instruyan para que sean más fuertes contra los engaños del maligno y de falsos maestros. Así que en lugar de pensar que "Cristo une y la doctrina divide", Cristo utiliza la enseñanza de predicadores, maestros, líderes de estudios bíblicos, padres en los hogares y cualquiera dentro de la iglesia que enseñe, para desarrollar en los miembros raíces más profundas para resistir todo viento de doctrina.Finalmente, esta es una razón más para ver la enseñanza de sanas doctrinas bíblicas como una de las principales misiones de la la iglesia de Cristo.