Este pajarillo es un barrancolí que vive cerca de casa, que ha tomado la costumbre de ir a mirarse en los espejos laterales de los vehículos estacionados en la marquesina.
Pensamos que su conducta es notable y que al menos tiene dos lados.
El lado luminoso es que lo haga buscando compañía, pues solo hemos visto un pajarillo hasta ahora.
El lado obscuro es que lo haga en la arrogancia de saberse bello [porque lo es].
Así es la vida.
Dios nos conceda encontrar balance en nuestras vidas. Y aprender a mirarnos en el verdadero espejo de nuestras almas –nuestro Señor Jesucristo- buscando su compañía y ser más como El cada día.
domingo, 12 de abril de 2009
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