Esta sección de los Institutos incluye uno de los comentarios más notables de cuantos Calvino haya escrito sobre la vida cristiana. “La naturaleza humana” –dijo Calvino- “es una perpetua fábrica de ídolos”.
En contexto, Calvino se refiere a ídolos en su sentido más técnico como objetos físicos utilizados como substitutos de la adoración a Dios. Pero el principio que subyace es de aplicación mucho mayor. Calvino nos enseña a mirar el corazón humano como el sitio –locus- de manufactura de otros dioses.
Todo el tiempo estamos ocupados en la fabricación de cosas nuevas que adorar. Algunos de estos ídolos pueden ser representaciones físicas de la deidad, iguales a los dioses cananitas que los de Israel se sintieron tentados a adorar, o a las deidades que hindúes y budistas adoran hoy. Otros de nuestros ídolos pueden ser placeres corporales (como el sexo), u objetos de la vida diaria (como el dinero), o actitudes del corazón (como el poder para controlar a otras personas).
En cualquier caso, el problema es que somos productores de ídolos; acarreamos en nosotros mismos los medios para la producción de falsa adoración en nuestra propia alma.
La teología calvinista sobre la idolatría es polémica y es pastoral. Además de exponer los ídolos de cada corazón humano, Calvino ataca lo que señala como la idolatría de
Servir es adorar, y querer honrar a Dios de cualquier manera mediante cualquier imagen es deshonrar Su Deidad.
Blog 18: 1.11.7 - 1.11.12
Blogging the Institutes. Phil Ryken http://www.reformation21.org/calvin/2009/01/blog-18-1117-11112.php
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