No hay otra solución al maravilloso misterio de Su encarnación y muerte sacrificial sino este:
Cristo nos amó.
No hay circunstancia alguna en la historia de nuestro Señor que no sea una u otra manifestación de su amor:
Su encarnación es amor que condesciende.
Su simpatía es amor que se conduele.
Su compasión es amor que sostiene.
Su gracia es amor que actúa.
Su enseñanza es la voz del amor.
Su silencio es la quietud del amor.
Su paciencia es la moderación del amor.
Su obediencia es la labor del amor.
Su sufrimiento es la fatiga del amor.
Su cruz es el altar del amor.
Su muerte es la ofrenda encendida del amor.
Su resurrección es el triunfo del amor.
Su ascención a los cielos es la entronización del amor.
Su asiento a la diestra del Padre es la intercesión del amor.
Tal es el profundo, vasto, inmenso e ilimitado océano del amor de Cristo!
—Octavius Winslow, The Sympathy of Christ
Of first importance. http://firstimportance.org/2009/07/30/christ-has-loved-us/
sábado, 8 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario