¿Te ha pasado que has leído algunos capítulos de tu Biblia, cierras el libro, y te das cuenta que “no recuerdo nada de lo que acabo de leer”?
Cuando esto sucede, no culpes a tu edad, al coeficiente intelectual o a tu educación, porque ninguno es la causa. Casi todos los lectores de Biblia experimentamos este olvido con frecuencia. Sin embargo, en la mayoría de los casos el problema tiene que ver con el método de lectura de
Porque si solamente leemos
¿Cuál es la sencilla solución? (y pienso que beneficiarse de la lectura debe ser fundamentalmente sencillo, puesto que el Señor espera que todo su pueblo se beneficie, sin importar la edad, el IQ o el nivel de educación).
La solución no es leer solamente, sino meditar en la lectura. Leer es exponerse a
¿Cómo meditar en
Don Whitney nos ofrece varias ayudas metodológicas en su página web At his website
1. Repetir el verso o frase haciendo énfasis en una palabra diferente cada vez.
Por ejemplo: (Juan 2:5)
* Haced todo lo que El os dijere
* Haced todo lo que El os dijere
* Haced todo lo que El os dijere
* Haced todo lo que El os dijere
* Haced todo lo que El os dijere
Reescribir el verso o frase con nuestras propias palabras.
Buscar aplicaciones del texto ¿Qué haría yo en respuesta?
Orar a través del texto.
2. Hacer las preguntas de Filipenses 4:8 al meditar sobre un evento, o experiencia, un encuentro, etc., y especialmente sobre una historia o evento de
* ¿Qué es verdad aquí? ¿Qué verdad ejemplifica?
* ¿Qué hay de honorable en esto?
* ¿Qué es correcto sobre esto?
* ¿Qué es puro, o qué ejemplo de pureza hay?
* ¿Qué hay de buen nombre aquí?
* ¿Qué hay de admirable, recomendable, fortalecedor de la reputación aquí?
* ¿Qué encuentro excelente? (¿excelente sobre otros de su clase?
* ¿Qué hay digno de alabarse en esto?
3. Hacer las preguntas tipo “Joseph Hall”. El puritano inglés J.Hall, en su libro The Art of Divine Meditation (1606) ofrece un listado de preguntas para hacer al texto de
* ¿En qué consiste? (definir o describir lo que es)
* ¿Cuáles son sus divisiones y partes?
* ¿Cuál es la causa?
* ¿Qué produce? (frutos y efectos)
* ¿Cuál es su lugar, localización, uso?
* ¿Cuáles son sus cualidades y añadidos?
* ¿Qué es contrario, contradictorio o diferente a ello?
* ¿A qué se compara?
* ¿Cuáles son sus títulos o nombres?
* ¿Cuáles son los testimonios o ejemplos de
4. Descubrir el número mínimo de mensajes del texto (establezca el número con anticipación).
5. Encontrar el hilo o la trama relacionada entre todos los capítulos o párrafos que haya leído.
6. Elaborar un mapa de meditación:
* Coloque el verso(s), frase, palabra o tópico a ser meditado en la mitad de una página o cartulina (y si es posible, en un datashow).
* Permita que las ideas, pensamientos y mensajes fluyan rápido y libremente.
* Detecte y use palabras clave para representar sus ideas.
* Conecte mediante líneas las ideas-palabras-clave con el punto central.
* Use la menor cantidad posible de palabras por línea.
* Escriba o imprima todas las palabras para facilitar la lectura.
* Use color, para énfasis y recordatorio.
* Elabore y haga uso frecuente de símbolos y fotos además de las palabras.
(Tony Buzan, The Mind Map Book, and Joyce Wycoff, Mindmapping)
Josué 1:8
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito.
Salmo 1:2
En la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche.
Justin Taylor, Between Two Worlds blog. Disponible en http://theologica.blogspot.com/2009/01/meditating-on-gods-word.html
2 comentarios:
:) muy útil! Manos a la obra, eh?
ASI ES.
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