Efesios 4:3-7 nos dice:
esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
- Porque la realidad es que si mi hermano es creyente y yo también, entonces pertenecemos al mismo cuerpo universal, tenemos el mismo Espíritu Santo, la misma esperanza, el mismo Señor, la misma fe, el mismo bautismo el mismo Dios y Padre quien es la autoridad suprema sobre ambos. En otras palabras en lo que se refiere a lo que es verdaderamente importante, somos idénticos y no tiene sentido tener diferencias con alguien que es idéntico a mi.
- La diferencia realmente está en la medida de gracia que se nos ha dado. A uno mas y a otro menos y por diferencia en medida no vamos a afectar la unidad pues andamos en la misma dirección, simplemente que uno va más adelante que otro. Y si uno va más adelante es por gracia, es un don de Cristo.
NO A LA DISCRIMINACIÓN:
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