John Piper escribió:
El Salmo 119:67 y 71 nos muestran que Dios envía aflicciones para ayudarnos a aprender su palabra.
El Salmo 119:67 y 71 nos muestran que Dios envía aflicciones para ayudarnos a aprender su palabra.
- Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra.
- Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos
- Las aflicciones le quitan el desparpajo a la vida y nos hacen personas más serias para que nuestra mente esté más sintonizada con la seriedad de la palabra de Dios.
- Las aflicciones desmoronan nuestros apoyos mundanos y nos fuerzan a confiar más en Dios, lo cual nos sintoniza más con la meta de su palabra.
- Las aflicciones nos llevan a escudriñar las escrituras con mayor desespero por ayuda en lugar de tratarlas como algo marginal en nuestras vidas.
- Las aflicciones nos hacen partícipes de los sufrimientos de Cristo de tal manera que tengamos una mas cercana comunión con el y veamos al mundo a través de sus ojos.
- Las aflicciones mortifican los engañosos y distrayentes deseos de la carne y por consecuencia nos lleva a una estructura espiritual que encaja mejor con la palabra de Dios.
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