sábado, 5 de septiembre de 2009

I. EL DISCIPULADO EMPIEZA EN LA CASA

“Una casa es escuela e iglesia al mismo tiempo, y el cabeza de la familia es pastor en su casa.”
–Martín Lutero

Hoy más que nunca veo la importancia de integrar la fe en las cosas de la vida diaria. Las estadísticas de divorcio aumentan de modo alamante; el 70 al 88% de adolescentes cristianos abandonarán la iglesia en su segundo año de universidad. Hoy más que nunca es tiempo de volver atrás y repensar la importancia de la disciplina en nuestros propios hogares.

No desatiendas a tu familia

¿Qué hay de bueno en hacer discípulos entre tus vecinos, compañeros de trabajo y amigos, mientras tu familia queda desatendida? Esto es lo que Pablo quiere decir cuando afirma que “si un hombre no sabe manejar los asuntos de su propia casa, ¿cómo cuidará los de la iglesia de Dios?” (1 Timoteo 3:5). Este pasaje no solo es para pastores, también se aplica a todo padre cristiano. La realidad es que no estamos poniendo suficiente atención a la disciplina de nuestras propias familias; abandonamos esta responsabilidad a la iglesia.

Disciplina a tus hijos

El llamado para “hacer discípulos” comienza en la casa. Es nuestra responsabilidad espiritual como padres el enseñar a nuestros hijos sobre la fe. La Biblia nos habla a nosotros, padres: “enseña al niño en el camino que debe andar, aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6). Como padres cristianos, hemos de desear que nuestros hijos adquieran fundamentos firmes y crezcan amando a Jesús y sabiendo lo que dice la Biblia sobre sus vidas.

Fe como rutina

Tener fe no es algo que hacemos una vez a la semana, sino que hemos de incorporarla en las rutinas diarias del hogar. David Wegener decía que “leer y memorizar Escritura así como los catecismos de la iglesia produce desarrollo increíble en los niños, tanto espiritual como intelectualmente… lo que una familia considera importante es aquello en lo que gastará su tiempo.” ¿En qué gastamos nuestro tiempo? ¿Mirando televisión, videojuegos, ir de compras? Tristemente, muchas familias dedican más tiempo a estas cosas que a enseñar a sus hijos acerca de Dios, o a pasar juntos un buen tiempo de calidad.

LA REALIDAD ES QUE NO PONEMOS SUFICIENTE ATENCION A DISCIPLINAR NUESTRAS PROPIAS FAMILIAS.

Es nuestra responsabilidad

No es responsabilidad de la iglesia ni de la escuela criar a nuestros hijos. Demasiadas veces creemos que la iglesia es como un servicio de niñera para que cuide a nuestros hijos un par de horas a la semana mientras nosotros disfrutamos el culto. Es cierto que la iglesia es importante, pero la Biblia enseña que el hogar es el sitio primario de aprendizaje bíblico y de instrucción moral. Deuteronomio 6:4-9 dice:

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

P.Winfield Bevins. http://theresurgence.com/discipleship-starts-at-home-1

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