Disciplinas y restricciones son liberadoras cuando encajan con la realidad de nuestra capacidad y naturaleza.
Un pez, puesto que absorbe oxígeno del agua y no del aire, es libre solamente cuando se haya restringido o limitado al agua. Si lo ponemos en la hierba coartamos su libertad de movimiento e incluso su vida misma.
El pez muere si no honramos la realidad de su naturaleza.
En muchas áreas de la vida, libertad no es tanto la ausencia de restricciones sino más bien encontrar las correctas, aquellas restricciones liberadoras.
En lugar de insistir en libertad para crear realidad espiritual, ¿no debiéramos estar buscando para descubrirla y disciplinando nuestro ser para vivir de acuerdo a ella?
The reason for God. Belief in an age of skepticism.
Timothy Keller, pp 46-47
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