En un sentido, pastorear es el oficio reservado para aquellos hombres que cumplen los criterios bíblicos (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9). En otro sentido, hay un don pastoral también denominado “consejería bíblica” que Dios concede a otras personas dentro de la iglesia, no solo a pastores / ancianos. Estas personas protegen, guían, aconsejan y discipulan a otras personas.
Personas con este don
Su amor por la gente les compele o impulsa a encontrarse con ellas para cuidarlas y guiarlas con instrucción bíblica. Las personas con este don hallan gran gozo al ver que otros maduran en su fe y se sobreponen al pecado y al desaliento.
Consejería en la Escritura
Jesús es llamado el “Buen Pastor” (Juan 10:11-14; 13:20; 1 Pedro 2:25) y el “Pastor principal” (1 Pedro 5:4). También, la Biblia ofrece fotografías de Jesús sentado pastoreando a otros, como por ejemplo su interacción con la mujer samaritana en Juan 4. Pablo es otro ejemplo (Hechos 20:17-35).
¿Tienes este don?
¿Tienes amor profundo por las personas, que te impulsa a cuidar de ellas?
¿Disfrutas reunirte con otros, escuchar la historia de sus vidas y proveerles consejos bíblicos?
Si sabes de alguno que ha sido herido, ¿es tu primer instinto acercarte, reunirte con esta persona y ser de ayuda?
¿Eres capaz de puntualizar el pecado o insensatez en la vida de alguien y hacerlo con amor, de tal modo que sea de ayuda?
¿Disfrutas reunirte con cristianos para ayudarles a madurar en su fe?
¿Te buscan los demás, para consejería e instrucción?
P.Mark Driscoll. http://theresurgence.com/series/spiritual_gifts
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