Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu (1 Corintios 12:8-9).
Estos dones se hallan íntimamente conectados a la soberanía divina. Cuando se habla de cosas como sanidades y milagros, algunos dicen que Dios debe sanarles, mientras que otros dicen que Dios, en efecto, ya no hace tales milagros. Tales personas dicen que Dios debe hacer o que Dios no puede hacer algo. Ambas posturas debieran rechazarse, porque Dios es libre de hacer como El quiera.
El don de sanidad es la capacidad de llamar a Dios para sanar a un enfermo gracias a medios sobrenaturales y con el propósito de revelar a Dios.
Personas con dones de sanidad
Confían en que Dios puede sanar al enfermo y oran por la restauración física de quienes están en necesidad. Ven la sanidad como un signo que Dios utiliza para revelar Su poder de modo que muchos vean y crean en Jesús. Quienes tienen este don no experimentan respuesta de sanidad cada vez que piden a Dios, puesto que sanidad es algo que solamente Dios decide hacer (Gálatas 4:13-14; Filipenses 2:27; 1Timoteo 5:23; 2Timoteo 4:20).
Sanidad en la Escritura
Mateo 4:23-24 y 9:35 hablan de muchas de las sanidades de Jesús. Los Doce tenían don de sanidad (Mateo 10:1), así como los Setenta (Lucas 10:8-9), Pedro (Hechos 5:14-16), y Pablo (Hechos 3:1-8). Adicionalmente, se supone que los ancianos de la iglesia oran por los enfermos para que Dios quiera sanarles (Santiago 5:13-16).
Errores communes sobre la sanidad
Algunos dicen que los dones más sobrenaturales, como el de sanidad, cesaron de operar al final del primer siglo, pero los Padres de la Iglesia del segundo y tercer siglo reportan casos de sanidad que ocurrieron en sus días.
Algunos dicen que si se refiere testimonio de sanidad, es para creerse, pero que es necesario que la sanidad sea verificada (por un doctor, por ejemplo) como prueba de lo que Dios ha hecho.
Algunos dicen que la sanidad debiera hacerse en un servicio de iglesia, pero no hay evidencia de que sea así en el Nuevo Testamento, lo cual puede significar que la sanidad, igual que otros dones, es major cuando no sucede en el contexto de una reunión de iglesia.
Algunos grupos extremos enseñan que como Dios puede sanar, los cristianos no debieran emplear doctores, pero la Biblia no habla en contra de los médicos, y como Lucas, de hecho utilizaron su capacidad médica como parte del ministerio pastoral para ayudar a otros (Colosenses 4:14; 2Timoteo 4:11; Filemón 1:24).
Algunos dicen que al caminar por fe y sin pecado, ningún cristiano necesitará estar enfermo, pero Epafrodito (Filipenses 2:25-27), Timoteo (1 Timoteo 5:23), Trófimo (2 Timoteo 4:20), y Pablo (1 Corintios 2:3; 2 Corintios 11:30; 12:5, 7-10; Gálatas 4:13) padecieron enfermedad cada uno que no fue sanada a pesar del hecho de su amor profundo a Dios y de su caminar fiel con Jesús.
¿Tienes este don?
¿Tienes compasión profunda por aquellos que están enfermos?
¿Tienes convicción profunda de que Dios puede sanar a quien El elija?
¿Gozas al orar por aquellos que están enfermos?
¿Has visto a Dios sanar a alguno?
Cuando Dios sana, ¿te ha estimulado porque esto ayuda a revelar Su poder a otros?
¿Anhelas la llegada del reino de Dios, cuando habrá fin a toda enfermedad pues ya no habrá más pecado ni sus consecuencias?
Mark Driscoll. http://theresurgence.com/Spiritual_Gifts_Healing
lunes, 18 de mayo de 2009
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