Gentileza y la comunidad

Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. (Filipenses 4:5)

¿Qué es gentileza? ¿Cómo se manifiesta? ¿Por qué ser gentil? ¿Por qué algunas personas exudan gentileza mientras otras no tienen ni pizca?
¿Qué motiva ser gentil? ¿Se aprende o es una característica intrínseca del carácter? ¿Cuánto puede aprenderse mediante ejemplos e instrucción?
¿Hay alguna edad ideal para aprenderla? ¿Qué tanto debiera importarnos ser gentiles? ¿A qué se debe que la gente no es sencillamente agradable?

¡Cuántas preguntas sobre un mismo tema!
La definición de gentileza es amplia: cortesía, educación, atención, amabilidad, distinción, galanura, garbo, gracia, gallardía, afabilidad, compasión, benevolencia, consideración, de ayuda… Es un estado, cualidad o hábito de ser amable, afable en el trato, cortés en los sentimientos, de buena voluntad hacia los demás.

Por el contrario, falta de gentileza implica ausencia de simpatía y/o consideración hacia otros; es ser duro, cruel, severo, riguroso, etc.

Así que al disecar la definición es evidente que gentileza contiene dos aspectos: 1) sentimientos y motivaciones del corazón y 2) conducta resultante dirigida a mejorar la situación o circunstancias de otra persona.
O sea, incluye lo que está dentro de mí y es invisible a otros, y lo que exhibo en mi conducta y es visible a otros.

La Escritura llama al primer punto “gentileza” y al segundo lo define como “bondad”.

J.Bridges dice que “gentileza es el deseo sincero de felicidad para otros, mientras que bondad es la actividad calculada para alcanzar dicha felicidad”. Toma en serio la realidad de otras personas, sus vidas internas, sus emociones, sus circunstancias externas, Es una actitud y disposición consciente que requiere esfuerzo para actuar.

¡Gentileza es una virtud! No es un simple valor.
Significa que mi gentileza proviene de que [yo] soy gentil, no de las personas o circunstancias que me rodean. Gentileza es un absoluto, no un relativo.

Tomado de: THE LAW OF KINDNESS. Serving with Heart and Hands.
Mary Beeke