Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
Para considerar al sacerdote Esdras de acuerdo al evangelio de Jesucristo, es bueno y recordemos algunas de las cosas que este hombre hizo y dijo. Así apreciaremos la obra de Dios en su vida y podremos apropiarnos [con toda consciencia] de lo que Dios hace en nuestras vidas.
MINISTERIO DE ESDRAS (Capítulo 7)
Provenía de una familia sacerdotal, del linaje mismo de Aarón. Era de los exiliados en Babilonia y diligente escriba en la ley de Moisés (v.6). Gozaba de alta estima pues era tan versado en las Escrituras que los rabinos le consideraban como el segundo después de Moisés.
Artajerjes mismo, rey de Persia, debe haber reconocido los talentos de Esdras pues le envió a Jerusalén con permiso especial y le concedió todo lo que pidió –tesoros de oro y plata provenientes de las arcas reales- además de autoridad para guiar al pueblo, proponer impuestos, levantar jueces, enseñar la ley de Dios y liderar a Israel.
Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo (v.28). Esdras tenía voluntad para liderar.
También tenía corazón santo. Vemos esto en los capítulos 9 y 10 cuando confronta un gran pecado en la vida de Israel: matrimonios con mujeres idólatras. Nehemías fue agresivo contra este pecado (Nehemías 13:25), pero Esdras tomó una conducta diferente. Rasgó su vestido y su manto, arrancó pelo de sus cabellos y barba y se sentó angustiado en extremo. Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción… [Se confiesa en oración y ¡se incluye entre los transgresores!] Oh Jehová Dios de Israel… nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo… henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto (9:5,6,15).
El efecto de la confesión fue dramático. El pueblo siguió su ejemplo e hicieron sus propias confesiones (10:1). Las lágrimas de Esdras provocaron más cambios espirituales reales que todas las coléricas palabras de Nehemías. Esdras tenía corazón de santidad, y pudo transferir su corazón al corazón del pueblo.
Esdras tenía mente bíblica. Cuando reúne al pueblo en Jerusalén con el fin de renovar el pacto, trajo el Libro de la Ley de Moisés y leyó desde la mañana hasta la noche, explicando también mientras leía (Nehemías 8:8). Uno de nuestros primeros y mejores modelos de predicación expositiva. Esto es la esencia de un ministerio fiel de predicación: leer la Palabra de Dios y darle sentido de manera que todos entendamos.
EL SECRETO DEL ÉXITO DE ESDRAS
Voluntad de ser líder, corazón santo, mente bíblica. Fue un gran hombre. Y si anhelamos seguir su ejemplo hemos de preguntar qué lo hizo tan bueno.
En un sentido, fue la gracia de Dios, por supuesto. La Biblia es muy cuidadosa en esto:
¿Por qué halló favor ante el rey Artajerjes? …porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre él (Esdras 7:6).
¿Cómo fue capaz de viajar hasta Jerusalén? …estando con él la buena mano de Dios (v.9).
¿Dónde halló valor para gobernar al pueblo de Israel? …fortalecido por la mano de DIOS.
Es la mano de gracia divina que capacita a un hombre o a una mujer a cumplir su ministerio. Es la mano de Dios que da valor para liderazgo espiritual, humildad para el arrepentimiento corporativo y sabiduría para enseñar la Palabra de Dios.
Demos gracias a Dios por Su mano de guía que nos ha traído a nuestro presente lugar de servicio, gracias por Su mano providencial que suplirá todas nuestras necesidades, gracias por Su mano de disciplina que nos entrenará en caminos de rectitud y gracias por Su mano de consuelo que nos sostendrá en aflicciones.
La mano de Dios está sobre nosotros para bendición.
Pero hay otro sentido en todo esto. Esdras tenía la mano de Dios sobre él, pero al mismo tiempo él tenía que ser fiel al llamado. Esdras no era un títere. Esdras fue un hombre con una mente, un corazón, una voluntad, hechas para glorificar a Dios. Por tanto, necesitaba ser fiel al encargo que Dios le hizo. Necesitaba entrenar sus dones para el ministerio y luego ponerlos en ejecución. Esdras lo hizo. La Biblia nos deja ver lo que había en su interior, cuál era el enfoque de este hombre sobre la vida y sobre su trabajo: porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos (7:10).
¿Qué le permitió ejercer un ministerio tan exitoso? Reflexiona Esdras 7:10.
ESTUDIANDO, HACIENDO Y ENSEÑANDO LA LEY
Es impecable la lógica del verso. Tres cosas por hacer, en el debido orden [el único que además tiene sentido]: el corazón dispuesto al estudio, luego ejecución, luego enseñanza. Compromiso de corazón, dirección de vida, intención manifiesta del alma.Estudiando la Palabra de Dios. Necesitamos saber lo que Dios quiere que hagamos, por eso estudiamos. Esdras se deleitaba en la ley de Jehová, y meditaba día y noche (Salmo 1:2). Criado en una familia piadosa, leyó la Escritura desde su niñez; sin duda gastó horas diarias leyendo la Biblia, preguntándose cosas, discutiendo implicaciones con otros entendidos. En aquellos días un escriba como Esdras habría memorizado grandes porciones también. La santa ambición de su vida era conocer la Palabra de Dios. Esdras era esta clase de estudiante, ¿somos nosotros así?
Viviendo la Palabra de Dios. Esdras no se detuvo en la teoría. Hacer significa amar a Dios con todas nuestras fuerzas y amar a nuestro vecino como nos amamos a nosotros mismos. Hacer significa guardar los Diez Mandamientos. Hacer significa vivir en santidad lo que se dice en adoración pública. Hacer significa vivir todo lo posible dentro de la ley de Dios.
Esdras entendió que la única teología verdadera es la teología aplicada.
Este fue el enfoque de Esdras. ¿De qué sirve estudiar la Biblia, a menos que vivamos por ella?
Enseñando la Palabra de Dios. Sí, hay un tercer paso. No es simple “ven, hagámoslo”. No. Esdras preparó su corazón para estudiar cómo hacerlo, pensó si valía la pena hacerlo y esperó la voluntad divina para enseñar a otros.
Observe el alcance de la visión: enseñar la ley de Dios “en Israel”. ¡Alcanzar la nación entera con la Palabra de Dios! Se dio cuenta de su responsabilidad hacia la amplia comunidad espiritual.
Tuvo el llamado y privilegio de pasar largas horas estudiando la Palabra de Dios. Pero no para beneficio privado sino para la edificación del pueblo del Señor. Y Dios le concedió el deseo de su corazón. Esdras fue maestro de Biblia para el reino. Ahora bien, Esdras no era maestro, sino que se convirtió en uno.
Luego sucede que algunos se sienten llamados a un ministerio de enseñanza, y se adentran sin haber hecho el duro trabajo de ser verdaderos maestros de Biblia. Lo único que tienen es su propia experiencia espiritual, serán incapaces de compartir las profundas riquezas de la Palabra de Dios.
Otras veces –algo muy tentador realmente-, estudian y de inmediato se lanzan a la enseñanza sin haber permitido que la Palabra de Dios transforme sus vidas.
La palabra sale de la mente a la boca sin haber pasado por el corazón.Como Esdras, somos llamados a ser estudiosos de Biblia. No como academia, sino como estudio devocional, alimentando nuestra relación de amor con Cristo. Meditando, memorizando, disponiendo lo mejor de nosotros mismos a aprender lo que Dios ha dicho en su Palabra.
Significa poner atención especial en áreas de obediencia personal.
¿Qué me dice Dios hoy? ¿Qué practicaré hoy? ¿Qué aprenderé mañana?
Empezar primero a vivir la verdad y después se nos podrá confiar enseñar a otros.
No perder de vista que este es el objetivo final de todo estudio. No estudiamos para beneficio propio, sino por el bien de otros. El conocimiento alcanzado es un sagrado encargo que Dios nos hace para que lo demos a otros.
Dispón tu corazón a estudiar la Palabra de Dios, cumplirla y enseñarla donde Dios te llame a hacerlo.
ESTUDIANDO, HACIENDO Y ENSEÑANDO EL EVANGELIO
Esdras supo de Cristo por fe. Nosotros tenemos el cumplimiento de la promesa hecha por Dios en la salvación provista por Jesucristo. ¿Qué sucedería si tomamos el enfoque de Esdras y lo aplicamos a nuestra relación con Cristo? ¿Si reemplazamos la palabra “ley” con la palabra “evangelio”? Por supuesto que nos preocupamos de la ley, pero el evangelio es nuestra salvación.
Piensa, ¿qué tal si tomamos Esdras 7:10 y decimos?: porque [yo] he preparado mi corazón para inquirir el evangelio de Jesucristo y para cumplirlo, y para enseñar la crucifixión y la resurrección en mi comunidad.
Estudiando el evangelio. Primero, disponer el corazón para estudiar –no solo para incluir Hermenéutica o el Viejo testamento o Historia de la Iglesia o Soteriología- el evangelio. Más bien significa que toda nuestra teología y sistema de pensamiento se halla embebida de la persona de Cristo. Al estudiar Biblia, vemos cómo se entrelazan los sufrimientos de Cristo y la revelación de su resurrección en toda la Escritura. Y sentimos el peso abrumador de la gracia de Dios para pecadores necesitados en nuestra meditación diaria. Y vemos como cada ganancia teológica se convierte en material de alabanza de la gloria de Dios. Dispón tu corazón y estudia el evangelio.Viviendo el evangelio. Segundo, dispón tu corazón a cumplir haciendo. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hicieres (Juan 13:17), dice Cristo a sus discípulos. Hacer el evangelio significa vivir por gracia.
Esto es crucial, pues si crecemos en conocimiento nos convertiremos en gigantes espirituales o en fariseos cada vez más grandes. Nuestra única esperanza es vivir por gracia, no sirviendo al Señor basados en nuestras propias fuerzas sino dependientes momento tras momento en el poder de su Santo Espíritu quien nos capacita.
Vivir por gracia es aceptar lo que somos –individuos egoístas, arrogantes, depravados, salvos solo por la sangre de Cristo.
Significa creer que Jesús murió por nuestros pecados y que nuestro valor delante de Dios no depende de cuánto sabemos o cuán bien lo hacemos o qué tan productivos somos o a cuánta gente le predicamos hoy o cualesquier otro estándar humano… nuestro valor se basa sólo en los méritos de Cristo.
Significa vivir en profunda dependencia al poder capacitador del Espíritu Santo.
Y significa vivir para otros según el modelo de Cristo, de tal modo que su cruz se convierte en el patrón de nuestro discipulado y su resurrección en el poder de nuestro ministerio.
Vivir por gracia es la esencia del hogar. En ninguna otra parte es más importante. Cuando un hombre ama a una mujer con el amor de Cristo –el amor sacrificial modelado en la cruz- cambia por completo la vida de esta mujer.
Si no ama así, hasta su ministerio será amargo para ella. Y cuando una mujer ama con el amor de Cristo –en la sumisión del amor que mostró al caminar hacia la cruz, haciendo la voluntad del Padre y no la suya propia- ella se convierte en la mujer plena a que Dios la llama.
Aprende: la prueba más importante de nuestra educación o de nuestro ministerio es la manera como tratamos a la gente con quienes vivimos cuando es difícil amarlos.
Enseñando el evangelio. Tim Keller dice que la teología reformada es como el plutonio: si todo lo que haces es ingerirlo, te enferma; pero si lo enrollas como un cable alrededor de tu vida y lo expones, explota.
¡Toma ventaja de las oportunidades que tengas de compartir lo que has aprendido!
Dispón tu corazón para enseñar el evangelio en la iglesia. Pero enseña también a quienes no lo conocen. ¿A quién hablaste esta semana? ¿Por quién oras para que Cristo venga y le salve?
Mediante el poder del Espíritu Santo el evangelio que estudiamos tiene influencia transformadora en nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro país, nuestro mundo.
¿Para qué has dispuesto tu corazón este nuevo año?
Es maravilloso el relato escritural sobre Esdras. Sería igualmente maravilloso si Dios escribiera lo mismo de nosotros: que dispusimos nuestro corazón a estudiar el evangelio de Jesucristo, a vivir bajo el poder de su crucifixión y resurrección, y a enseñar la cruz y la tumba vacía a otros.
Quiera Dios hacernos aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (Hebreos 13:21)
EZRA, ACCORDING TO THE GOSPEL. Philip Graham Ryken
Themelios, Volume 33, issue 3, December 2008
disponible en http://www.thegospelcoalition.org/publications/33-3/ezra-according-to-the-gospel-ezra-7-10/
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza (Romanos 15:4).
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